El futuro del Adiestramiento Canino: enseñar a pensar (I)

Adiestramiento, cognición, nuevas tendencias y cómo no morir en el intento (I)

Autor: Alfonso Picó.

El Futuro del Adiestramiento, por Alfonso Picó

El azote evolutivo al que se ven sometidas las ciencias de un tiempo a esta parte ha sido mayúsculo, un avance sin fin cuyo objetivo es el acercamiento racional a todos esos “por qués” que nos han quitado el sueño desde la noche de los tiempos.

Las técnicas de laboratorio que antes se consideraban punteras, actualmente ni se usan habiendo sido sustituidas por otras más rigurosas; la cirugía se atreve con casos que se considerarían hace escasamente 10 años ciencia ficción, y los métodos psicopedagógicos modernos nos abren una nueva ventana de aprendizaje en aquellas instituciones (penosamente escasas) que los usan combinadas con las nuevas tecnologías.

“¿Para qué me cuenta todo esto?”-puede pensar usted- “¡si a mí lo que me interesan son los perros!”. Es que esto también debería aplicarse a los perros ¿sabe?

El adiestramiento “de siempre”

El adiestramiento canino siempre ha sido considerado un arte, que a modo de Doma y con métodos que variaban de un entrenador a otro servía para hacer que el animal se encontrara en disposición de atender la tarea que el amo pidiera de él.

En ese sentido podríamos decir que no hemos cambiado, puesto que seguimos queriendo (los amos digo, a los pobres peludos nadie les ha preguntado) que el animal atienda a nuestro gesto, voluntad o palabra con precisión; porque lo queremos preciso, la buena voluntad de intentarlo que le daríamos a cualquier humano supuestamente superior en intelecto al perro (se asombraría de ver lo que hay ahí fuera) no se lo concedemos a nuestro perro. Y precisamente porque exigimos esa precisión aparece ante nosotros la figura del adiestrador, el experto en conseguir que todos esos deseos del amo de tener una mascota obediente se hagan realidad.

El principal problema que siempre se ha encontrado el estudiante de este arte es que “cada maestrico tiene su librico”, y la gran mayoría de esos métodos, formas o prácticas descansaban únicamente en la experiencia individual del adiestrador, no había mucho lugar para la ciencia, y a su vez la ciencia no parecía tener mucho lugar para los perros, pero eso ya no es así. Los tiempos han cambiado y los métodos cambian con ellos por mucho que queramos aferrarnos a las viejas ideas.

Para haceros un poco más sencillo este cambio me propongo explicaros qué ha cambiado y qué permanece igual, porque los antiguos no eran tontos ni mucho menos y tenían ideas que podemos ver a día de hoy a la luz de la ciencia, mucho más perfiladas.

Nuevos enfoques a viejos planteamientos

¿Y qué hay nuevo en este mundo del perro? Pues principalmente son nuevos los enfoques que se le dan a antiguas ideas lo que hace que este tema sea muy interesante.

Fijaos que ya en 1910, en su “Training Dogs. A Manual Konrad Most ya nos habla en su capítulo 2 de estímulos, de compulsiones en el entrenamiento de sus perros de la Policía Real Prusiana, cuando Watson aún no había inaugurado su conductismo (cosa que haría con un artículo en 1913).
Pero es que además el entrenador alemán en su tratado (en concreto en la sección “The theory of training) nos habla de componentes emocionales y mentales en el perro, del trabajo con distractores, de inductores de la compulsión (que luego cobrarían fuerza con el famoso Helmut Raiser y su cada vez más depurado método de Pressing) y muchos otros que a día de hoy son vigentes.

Ideas antiguas con enfoques novedosos, en su gran mayoría utilizando una práctica mecanicista, completamente conductista a pesar de hablar de un componente mental del cual se comenta pero no se aplica nada.

Y es que la vieja escuela en el adiestramiento ha perdurado hasta nuestro días, y lo que hoy es una tecnología que debe aplicar a su campo conocimientos científicos, algunos aún lo siguen tratando como arte y usan formas muy similares a las encontradas en un librito titulado “Entrenamiento en obediencia y seguridad para perros” (Obedience and Security Training for dogs) de Tom Scott, el que fuera adiestrador de la Unidad canina de la policía metropolitana de Londres, que muestra una rudimentaria forma de entrenamiento en varias fases:

1º) Lo haces porque te gusta.
2º) Lo haces porque te lo mando yo.

Esto esta superadísimo pero no deja de ser curioso cómo muchas de las formas aún aplicadas por unos y otros son tan antiguas.

Es comprensible que cuando el adiestrador sin formación académica se encuentre ante términos como: cognición, expectativas, conación, aprendizaje observacional, etcétera, se asuste o directamente lo desprecie.

Al parecer ha salido un nuevo enfoque llamado cognitivo-emocional del cual no hablaré por no tener base suficiente para hacerlo pero que debo decir que ya era hora de que alguien saliera reivindicando los estados mentales en el perro. Así que aquí propongo subir un poco la apuesta, convencer al escéptico de que el perro es un ser que piensa y siente y que debemos aprovechar eso a nuestro favor en el adiestramiento del mismo.

Lo que me hace pensar que conceptos como el de “escalón” de los chicos de cognitivo-emocional son tan interesantes es que el animal no sólo se queda en el nivel de saber realizar la conducta ante la presencia de estímulos negativos o positivos (o fusta o galletita) sino por la simple razón de obtener la aprobación del amo.

El manejo de expectativas es el futuro

El boom de escuelas de adiestramiento que propugnan otro método distinto al de compulsión es bastísimo y debemos saber que la idea tampoco es nada nueva.

Koehler hace ya más años que Cascorro nos decía aquello de:

“¿Tú quieres un loco de la bola?, a un loco de la bola sólo le importa
la bola, nada más. Tú le sacas la bola y te lo hace todo, le tiras la
bola a un edificio en llamas y ahí que se lanza de cabeza…”.

Claro que para deporte esto lleva a unos trabajos espectaculares, unas reacciones del todo explosivas, pero hablando desde la perspectiva de la calle queda un autómata de la salchicha, bola, galleta o del propio sonido del clícker y todo lo bueno que esto va a traer.
Por eso aún no han desaparecido los trabajos “por respeto”, que no hay que confundir con el maltrato o formas perniciosas de tratar al animal.

Pero tanto unos como otros se dejan fuera algo tan importante como el manejo de expectativas. Los primeros la usan para conseguir la atención plena del perro, que sólo hace que centrarse en su mordedor como un poseso (entreno por compulsión) y los segundos directamente ni lo usan. Pero ahora pensemos un poco, ¿qué expectativas va a ver sin cognición? ¡Alto!… antes de saltarme a la yugular dejad que me explique. La expectación requiere de una suposición centrada en el futuro, de una proyección hacia adelante y eso requiere un pensamiento pro-activo, y no sólo de la conducta reactiva.

De otra manera no habría expectativa alguna, no salivarían nuestros animalitos como lo hacen cuando metemos la mano en el bolsillo (¿habrá galleta?) aunque de todos modos, ya somos mayorcitos y nos quedamos con la explicación más sencilla a este tipo de hechos: condicionamiento.

“Está claro, es de cajón que es por eso”. Bien si así lo crees, pero hay otros «fenómenos» que no se explican con tanta facilidad sin recurrir al pensamiento…

(La segunda parte de este apasionante artículo, disponible en doogweb a partir de mañana 9 de mayo de 2010).

Alfonso PicóAlfonso Picó es actualmente asesor en comportamiento animal certificado en curso avanzado por AEPE (2006), etología canina por el Dr. Pozuelos, Psicoterapeuta, especialista en conducta agresivo-conflictiva en perros, creador de prueba temperamental mastín español, colaborador articulista del Centro de Cría y Fomento del Mastín Español de pura raza (actualmente desvinculado por completo), colaborador de Voraus, colaborador de IDCRO en calidad de profesional (trabajo sobre potencia de mordidas).

5 comentarios en “El futuro del Adiestramiento Canino: enseñar a pensar (I)

  1. Alfonso, el artículo me encanta. Como ya te dije en su día ¡tienes que donar el cerebro a la Ciencia!

    Un fuerte abrazo Compañero.

  2. ¿Redirigir es reprimir?¿Como hace para quitar la agresividad a un perro?Yo solo he visto a Cesar Millan,¿de verdad son tan malas para el perro esas técnicas?Me encantan los perros y quiero entrar en este mundillo.¿Me pueden aconsejar como?

    1. Nos vas a permitir que desde doogweb nos reservemos nuestra opinión por ética profesional. No lo conocemos personalmente, para nosotros, hasta que no tengamos pruebas de lo contrario, Starcan es un centro que merece el máximo respeto.

  3. hola estimado muy interesante artículo, tengo una pregunta
    ¿aquí en me recomiendas leer ? ¿aparte del Dr. Helmut Raider? me interesa mucho el tema,saludos cordiales.

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