Cómo evitar el celo en las perras (y cómo no)

Control de la reproducción indeseada en las hembras

Por: Lcdo. Rafael A. Luna Murillo (Colegiado nº CO 994). Clínica Veterinaria San Antón.

Es una de las cuestiones que más se nos plantean a los veterinarios clínicos de pequeños animales en nuestras consultas, y más en la especie felina que en la canina, por la particularidad del ciclo estral en la primera que conduce de forma poco ética a las castraciones por el mero hecho de que el ser humano propietario/a es incapaz de llevar una vida de paz y cordialidad con lo que la «Naturaleza Fisiológica» fomenta en estas especies.

Está claro, además, que el control poblacional de la reproducción canina y felina es un problema de gran relevancia social y de salud pública en muchos países debido al creciente número de animales vagabundos y/o a la superpoblación de perros y gatos en los refugios.

El control de la reproducción se puede hacer de una forma permanente o temporal:

1. Control permanente: es la solución quirúrgica, la llamada castración. Es la mejor opción para la supervisión permanente en hembras que no se desea conservar como reproductoras. La castración previene los «molestos» episodios de celo y la aparición de enfermedades del aparato genital como la piómetra, la pseudogestación, el edema vaginal, las enfermedades de transmisión sexual, así como los tumores mamarios.

El establecimiento de la edad óptima para realizar la intervención ha sido y sigue siendo un tema de amplia discusión entre veterinarios clínicos e investigadores (y entendidos de foros de Internet). La esterilización quirúgica después del primer celo aparece como la mejor opción, ya que asegura un normal desarrollo de los genitales externos manteniendo baja la prevalencia de los tumores de mama. No obstante, la castración antes de la pubertad suele ser necesaria en animales callejeros o de refugios.

En la imagen una piómetra (enfermedad infecciosa muy grave).

2. Control temporal: debería limitarse a casos excepcionales en los que sea necesario prevenir los ciclos en una hembra reproductora, ya que no existe en la actualidad ningún protocolo disponible totalmente seguro y eficaz para prevenir farmacológicamente los ciclos estrales.

Se utilizan progestágenos con los que se puede conseguir el retraso de la aparición de futuros ciclos estrales o bien la interrupción de los ya iniciados, siendo la primera opción la más inocua ya que se trabaja generalmente con dosis más bajas. En ambos casos es imprescindible que las hembras a tratar tengan ciclos normales y hacer un seguimiento detallado de la perra a fin de reducir sus efectos colaterales. Es decir, control veterinario y no emplearlo indiscriminado por parte del propietario/a o del cuidador/a por muy bien que se haya leído el prospecto (que ya sería un logro).

En este caso, y ante la posibilidad del mal uso que se pueda emplear con estas sustancias que se pueden adquirir muy facilmente prefiero no colocar los protocolos habituales.

La incidencia de tumores mamarios disminuye drásticamente con la castración quirúrgica.

Como resumen, hay que decir que los progestágenos no deben usarse para el control permanente de los ciclos estrales, sino para situaciones puntuales, como exposiciones muy importantes, época de caza o vacaciones, y siempre en hembras muy controladas y con ciclos estrales normales y conocidos en duración.

Otros productos que se pueden emplear son andrógenos sintéticos, agonistas de la hormona liberadora de gonadotrofinas e, incluso la inmunoesterilización que consiste en la introducción de anticuerpos contra las hormonas endógenas o tejidos reproductivos, pero se encuentra en fase de estudio en caninos y felinos, aunque parece ser que en los primeros provoca la esterilización definitiva.