Vídeo de «juegos de nariz» con perros

Satisfacer la necesidad de olfatear

Que el olfato de los perros es su sentido más desarrollado de nuestros amigos es algo sabido desde mucho tiempo atrás (200 millones de células receptoras, en alguna razas más, se encargan de ello, unas 40 veces más que en el ser humano):
Se utilizan perros para rastrear personas, otros animales, detectar explosivos, drogas, enfermedades como el cáncer… Todos esos perros son entrenados por profesionales para discriminar olores, evitando los falsos positivos, son perros de los que dependen en muchos casos vidas humanas y su fiabilidad les hace muy superiores a la más sofisticada de las «narices electrónicas» (los sniffers detectan moléculas de olor, pero no con la fiabilidad y sensibilidad de un perro). Son perros de trabajo que complementan al hombre.

No permitir a un perro utilizar su olfato es igual que si  no se le permitiera ver u oír

El olfato en el perro doméstico
Sin embargo, en nuestros perros domésticos muchas veces menospreciamos su olfato. Y los perros no destinados al trabajo, los de compañía, gozan del mismo maravilloso sentido. Lo tienen igual de desarrollado (aunque infrautilizado), e incluso a muchos dueños les molesta que su perro vaya husmeando de un lado a otro. ¿El resultado? El perro se frustra, no se le permite percibir el mundo por sus olores, no «trabaja» en nada (no olvidemos que todas las razas actuales se crearon para «algo» -pastoreo, defensa, caza (rastrear, cobrar, agarrar)- y en muchos de sus cometidos el olfato era su principal «arma»). Son perros infelices, no permitir a un perro utilizar su olfato es igual que si  no se le permitiera ver u oír teniendo sus sentidos perfectamente alerta.
A menudo nos pensamos que con que nuestro perro corra media hora al día es suficiente (eso en el mejor de los casos), pero nos olvidamos de sus otras necesidades, su «trabajo» que llevan en lo más profundo de sus genes, que no es otro que pensar, solucionar problemas…y olfatear.

Para qué sirven los «juegos de nariz»
Los anglosajones lo suelen llamar «nose work» (trabajo de nariz) pero nos parece más apropiada la definición «juegos de nariz» por hacerlo más lúdico, sin la responsabilidad de un «trabajo». Estos pequeños y sencillos juegos que te proponemos hoy son perfectos para hacer pensar al perro utilizando su olfato, y son excelentes para:
• Perros destructivos. Que en muchas ocasiones entran en esa dinámica por puro aburrimiento.
• Perros estresados. El buscar, encontrar, jugar y acertar con su olfato es un excelente tranquilizante.
• Perros convalecientes. Que no pueden salir o realizar ejercicio. El juego olfato-mente es de gran ayuda en casos de inactividad.
• Perros en adiestramiento. Después de unos ejercicios difíciles en los que se ha exigido, jugar con el olfato (siempre acierta, claro) es una gran forma de «acabar bien» y eliminar tensiones.
• ¡Cualquier perro! Es actividad, pero no implica excitabilidad, sino concentración. ¿Hay algo mejor para un perro?

En el vídeo que encontrarás a continuación, hay un buen número de propuestas muy sencillas, ideas para «jugar con la nariz», y devolver a nuestros perros a su mundo de olores en el que su nariz le dicta las decisiones, devolviéndole el lugar que nunca debió perder.