Consejos para elegir la raza de tu perro

La apariencia física, lo último

Consejos para elegir la raza de tu perro.

Hace unos días, veíamos cómo entre los norteamericanos se ha puesto peligrosamente «de moda» el pastor belga malinois.

Ayer mismo, la frase más escuchada en 100 X 100 Mascota era «papá, quiero un border collie para hacer agility» (las competiciones de agility estaban en el primer pabellón, justo a la entrada). Y no es nada nuevo, porque lo mismo ha sucedido en infinitas ocasiones con los perros de determinadas razas que protagonizan películas o series de televisión (desde Lassie hasta Beethoven o Rex…). También se dan otras tendencias por perros que simbolizan algo (poder, estatus…) y otras sin un desencadenante aparente (hace años los nórdicos, ahora el bulldog francés…), pero el hecho es que muy pocas veces se tiene en cuenta que la inmensa mayoría de razas han nacido de un trabajo y que, por mucho que nos empeñemos, no todos los perros pueden convivir con un mínimo de calidad de vida en cualquier ambiente.

Nosotros, lo primero
Antes de dejarnos llevar por cualquier tipo de «tendencia», es muy importante mirar hacia nosotros mismos.

La disponibilidad de tiempo que tenemos, lo que estamos dispuestos a sacrificar por convivir con un perro, nuestras circunstancias familiares (cuánta gente hay en casa, qué tipo de actividades realizamos…), alergias en algún miembro de la familia. No es obligatorio tener perro, de hecho la lógica nos da muchas más razones para no tener perro que lo contrario, así que si damos el paso tiene que ser con un convencimiento absoluto de que la familia crece y no será posible arrepentirse.

5 Cuestiones a tener en cuenta
1. Esa raza en concreto que has elegido… ¿para que se crió en sus orígenes? Hay perros de caza (por ejemplo retrievers) que toleran muy bien la vida urbana, otros como algunos terriers no tanto…

2. ¿Podemos manejar un perro de gran tamaño y fuerza? No hacemos referencia al tamaño de la casa (que es algo secundario, en un piso de 60 metros puede vivir perfectamente un perro grande) sino a si lo «podemos manejar». Por ejemplo en una situación comprometida (se asusta de un petardo, o decide corretear tras una paloma), o ante un problema físico (¿lo podemos subir al coche en brazos?).

3. ¿Somos conscientes de sus cuidados? Un perro de pelo largo requiere cepillados regulares ¡y deja todo perdido al menos dos veces al año! Los perros de orejas caídas tienen más tendencia que los de orejas erguidas a padecer otitis (requieren limpieza periódica), algunas razas (por ejemplo chow chow) suelen padecer alergias alimentarias…

4. ¿Y de sus necesidades físicas? No hay grandes diferencias entre las distintas razas. Todos los perros tienen que salir al menos tres veces al día… y sumando las tres salidas nunca será menos de una hora y media al día,

5. También necesitan actividad mental. Los perros destinados a trabajos activos en los que «hay que pensar» desarrollan con más facilidad problemas de comportamiento que -por ejemplo- los de guarda. Un border collie (nacido para analizar el comportamiento, la trayectoria, la velocidad del ganado que pastorea) tiene mucha más necesidad de actividad mental que un moloso (criado para pasar largas temporadas simplemente guardando un espacio). ¿Somos capaces de solucionar esa necesidad?

Hay razas más «complicadas» que otras, no nos engañemos, y no todos los perros son aptos para una persona sin experiencia previa

¿Hay algo más?
Pues sí. Y es en realidad el punto más importante de estas líneas. No todas las razas de perro son aptas para todas las personas. Se habla a menudo de la «actividad» o la «energía» (razas activas para personas activas, y viceversa, razas tranquilas para personas tranquilas)… pero no es del todo acertado.

La combinación persona activa-perro activo puede crear estados muy complicados de manejar, los perros tienen una capacidad determinada de manejar situaciones de estrés/ansiedad, y si se superan los problemas no tardarán en aparecer (aunque sea una «raza de alta energía»).

De igual modo, la otra combinación persona tranquila-perro tranquilo tampoco parece la óptima porque ninguno «tira del otro». Pero en ocasiones se confunde «energía» con «equilibrio»: un guía equilibrado podrá manejar un perro activo o tranquilo, un guía desequilibrado no hará buen equipo ni con el más tranquilo de los canes ni mucho menos con uno más activo.

Sin embargo, muy unido a la anterior, hay un punto que casi nunca se menciona en los libros, las páginas webs, las revistas… y es la «experiencia».

Hay razas más «complicadas» que otras, no nos engañemos, y no todos los perros son aptos para una persona sin experiencia previa, y esto debería ser el primer punto a tener en cuenta a la hora de elegir la raza de nuestro futuro compañero.

Además las razas más especializadas en trabajos activos son lógicamente las más llamativas, pero también las que requieren un manejo más cuidadoso. Hemos mencionado al principio al pastor belga malinois (al que vemos en las exhibiciones policiales con frecuencia, además de en deportes de ring), y al border collie (rey indiscutible de las competiciones de agility y obediencia), dos razas en auge, pero que son más «complicadas» que otras, con un equilibrio emocional complejo, sensibles al entorno y a las personas.

Son razas que no deberían popularizarse nunca, porque su lugar no son cuatro paredes y tres salidas al parque a hacer sus necesidades. Son perros que exigen mucho más de las personas, porque su cometido no es la compañía sino el trabajo, y si la persona no está a su altura los problemas llegarán.

Un guía con experiencia «lee» en los ojos del perro, en sus movimientos más imperceptibles y conoce su estado anímico en un vistazo.

¿Llegamos al físico?
Sí, la apariencia física tiene su importancia, pero debería ser mínima. Si cumplimos los requisitos, conocemos los 5 puntos detallados antes, y además tenemos un nivel de experiencia con perros acorde con la raza que nos gusta ¡adelante!

Si no es así, siempre es mejor comenzar con razas que sean más adaptables y, sobre todo, que no sean tan exigentes con nosotros.

6 comentarios en “Consejos para elegir la raza de tu perro

  1. Por desgracia creo que todos conocemos a alguien que tiene un perro que no le corresponde, fruto del maldito capricho.

  2. Yo escogi a mi beagle por su carita tras la urna… si lo compré ¡ entonces no entendia nada del mundo del perro, pero al fin y al cabo es un ser vivo, aunque no lo adoptara.
    Me dicen que es el perro mas paseado del barrio y cuando voy sola, mepreguntan …» donde te lo has dejado». No entiendo como pueden tener perro la gente que trabaja y que solo le saca minutos dos o como mucho tres veces.
    Ah¡ lo de la mirada es cierto, sé lo que quiere e incluso hasta como lo quiere ¡¡ espero durarle muchos años.
    Saludos y gracias por la página.
    Alicia.

  3. Totalmente de acuerdo. Y que se preparen los americanos si se ponen de moda los «Malis», porque más de uno se encontrará la casa hecha trizas!!!

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *