Adiestramiento en positivo Vs castigo negativo

Cómo medir el castigo negativo

Adiestramiento en positivo y Castigo negativo, cosas que hay que saber.

Siempre comentamos que en el denominado «adiestramiento en positivo» no utilizamos castigos positivos ni otros métodos punitivos.

El refuerzo positivo es el medio perfecto para crear y afianzar comportamientos, y el castigo negativo para eliminar los comportamiento indeseados. Son las «armas» a emplear, sin embargo, no todo es tan sencillo como parece, el «castigo negativo» mal utilizado, o sin aplicar en su justa medida, puede acarrear también problemas.

Castigo negativo, cosas que hay que saber
El castigo negativo aplicado al adiestramiento canino es básicamente la privación de algo que el perro desea (de un refuerzo).

Podemos jugar con muchos elementos dependiendo del momento y/o del entorno: privación de un refuerzo primario (comida o juguetes), limitación de nuestra presencia o atención (el perro es un animal social, y si el vínculo está bien construido es muy efectivo este castigo negativo), e incluso la propia libertad del perro… Pero ojo, el castigo negativo no es inocuo.

En las técnicas de adiestramiento modernas se habla en demasiadas ocasiones muy alegremente acerca del castigo negativo. Está «bien visto», es «políticamente correcto» porque  no existe la violencia física, el abuso, la dominancia, todo es en apariencia muy llevadero para el perro, pero nos olvidamos de que con el castigo negativo sí existe la presión psicológica sobre el perro.

De hecho, si no existiera ningún tipo de «coacción» (sí, aunque sea adiestramiento en positivo, el castigo negativo es en cierto modo una coacción) no obtendríamos ningún resultado. Para que el castigo negativo surta su efecto, el perro lo debe sentir con la intensidad suficiente, pero no en exceso. Hay que «medir», y no todos los perros son iguales, ni les afectan las mismas circunstancias.

El castigo negativo es presión psicológica, y si no está adaptado en intensidad y duración a cada perro concreto, puede desembocar en una especie de «frustración crónica»

El perro como individuo
No todos los perros toleran la misma intensidad de ejercicio, la misma duración en las sesiones de adiestramiento, ni el mismo nivel de presión o exigencia. Ni siquiera los refuerzos positivos son los mismos para todos los perros.

Cada individuo es diferente, y por lo tanto tiene una tolerancia también diferente a todos los estímulos que provienen del exterior. Los refuerzos lo son (hay perros que trabajan sin necesitar más motivación que la suya propia, otros necesitan un guía eufórico a su lado…), y los castigos también.

Conocemos los efectos del castigo físico en los perros, pero no se habla demasiado del castigo negativo. Hay perros muy duros que toleran sin inmutarse correcciones enérgicas de la antigua escuela (sobre todo individuos provenientes de algunas líneas de trabajo concretas), y otros «blanditos» que no soportan ningún tipo de presión.

Sí, también existen los perros con una sensibilidad media (de hecho sería el perro perfecto por su equilibrio), pero en cualquier caso es siempre nuestra responsabilidad conocer cómo es nuestro perro y adaptar a él nuestras exigencias y ritmos.

A partir de ahí, podemos medir la intensidad y duración del que pensábamos innocuo castigo negativo. Utilizar las Marcas de Ausencia de Refuerzo a modo de «pistas» que orienten al perro y, por supuesto, intensidad y duración muy medidas y adaptadas al individuo, porque si no es así, el perro entrará en una dinámica de frustración de la que no será fácil salir.

4 comentarios en “Adiestramiento en positivo Vs castigo negativo

  1. Hola! Como explicáis en el artículo, el castigo negativo es presión psicológica.
    Entonces mi pregunta es: ¿por qué es más perjudicial para el perro una presión física que una presión psicológica?
    Creo que, en ambos casos, hay que enseñar al perro cuál es la salida a esa presión. Si el perro la conoce, podrá gestionarla perfectamente, sea física o psicológica.
    Lo que quiero decir con esto es que los adiestradores positivistas rechazan tajantemente el uso del castigo positivo y defienden el uso del castigo negativo, cuando en realidad éste último puede ser incluso más perjudicial para el perro.
    Un saludo.

    1. Hola Sulcata!
      Lo que comentas es cierto, el castigo negativo sin control en un perro «blandito» puede llegar a ser más perjudicial que el castigo positivo medido en intensidad y timing por un adiestrador experto en un perro «duro».
      El problema es que no todo el mundo sabe identificar la «presión» que puede soportar su perro en una corrección, ni si su perro sabrá gestionar situaciones desagradables para salir de ellas (¿se le ha «comunicado» al perro el camino para ello?). En ambos casos se lleva al perro a situaciones de estrés fuera de su control (llámese indefensión aprendida, frustración crónica… desequilibrios en definitiva), y eso no debería suceder nunca, ni en el más férreo adiestramiento heredado de las técnicas militares, ni en el positivismo. Un amigo adiestrador con una larga trayectoria me comenta a menudo «los perros no son ni lobos ni delfines…».
      Las diferencias en los métodos son a la postre diferencias en filosofía, y parten de diferentes formas de entender la relación con el perro. Y cada uno elegimos nuestro camino.
      ¡Saludos!

  2. Hola!
    Me parece muy acertada la frase de tu amigo. Efectivamente, no son ni lobos ni delfines. Ni todo son jerarquías, ni todo es conductismo. Creo que hay que encontrar el punto medio.
    Un saludo.

  3. PUES YO NO CREO NI A UNO NI A OTRO, LOS ÚNICOS PROFESIONALES DE LA CONDUCTA HUMANA Y ANIMAL SON LOS PSICÓLOGOS Y LOS ETÓLOGOS, NO LOS ADIESTRADORES CON UN CURSILLO.

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