Agility. Cómo fotografiar perros en acción

Pretender congelar en el sensor a un border collie o un malinois el primer día de agility es como ir a Montmeló y pensar en hacer lo mismo con Lorenzo en MotoGP

He tirado unos poco miles de fotos de agility, y ésta es mi preferida. No se trata de cualidades técnicas, además era una plaza de toros y estaba muy lejos, sino del perro: La mirada de hielo ámbar, fija en el siguiente obstáculo, concentración, las patas delanteras completamente pegadas, la expresión, tensión… El border collie es mucho más que un perro, es magia, instinto y belleza.

A raíz del artículo que publicamos hace unos días «Trucos para hacer mejores fotos a los perros«, nos han llegado varios e-mails pidiendo información algo más avanzada enfocada a la fotografía de acción, por ejemplo con perros de agility…
Dicho y hecho, aquí lo tienes (este artículo lo publicamos hace unos meses en la revista Super Foto).

El agility es una disciplina deportiva en la que los perros superan una serie de obstáculos de acuerdo a las instrucciones del guía. Una actividad relativamente nueva en nuestro país, pero que está ganando adeptos día a día, hasta el punto de que ya son varias las ciudades que incorporan este tipo de circuitos a sus parques.

Perros, acción, movimiento y colorido ¡Ése cóctel es la definición perfecta de lo más deseamos los aficionados a la fotografía para poner en marcha nuestro instinto de cazadores de imágenes! Nos tiene que gustar los perros, eso es evidente y si estás aquí lo damos por hecho, seguro que tenemos un circuito de agility no muy lejos de nuestra casa en el que pasar unas horas intentando congelar las acciones de los border collie, malinois, perros de aguas… Las competiciones se desarrollan los fines de semana (casi siempre los sábados por la tarde y domingos por la mañana) y el ambientes es fantástico. Pidiendo permiso a la organización del evento, es muy probable que nos permitan acceder a alguna zona del circuito que prefiramos por luz, tipo de obstáculo… Siempre que no molestemos, claro. No debemos olvidar enviarles después unas copias como agradecimiento.

Acerca del equipo
A lo largo del año hay algunas competiciones de agility a las que se desplazan cientos de personas y se desarrollan en escenarios amplios (plazas de toros, pabellones…), pero lo normal es que acudamos a un evento organizado por un club en sus instalaciones, cuyo entorno reducido hace que no sean necesarios grandes equipos fotográficos.

Si montamos en nuestra cámara un zoom 70-200 mm (hablando en el “idioma” del formato APS-C) tendremos cubierto el 99 por ciento de las ocasiones con las que nos encontraremos. Pero como es una foto de acción, la luminosidad de los objetivos que empleemos es más importante que en otras ocasiones (una buena velocidad de obturación es de 1/500 de segundo, mejor aún si es 1/1.000). Ahí el presupuesto manda, pero si el objetivo no es demasiado bueno siempre puedes tirar a 200 ó hasta 400 ISO (la mayoría de sensores modernos no hacen un ruido molesto con estas sensibilidades). El tipo de enfoque en servo y disparo continuo, no hace falta más alardes de configuración para empezar a tirar fotos.

Es importante seleccionar correctamente el punto de enfoque… que es el perro, claro. El equilibrio entre una velocidad alta, diafragma pequeño, ayuda a conseguir desenfoques interesantes incluso en planos muy cercanos entre sí como éste, pero el protagonista tiene que tener la mayor nitidez posible. Desplazar el motivo principal a un extremo de la foto (desde donde viene el perro), aporta más dimensión a la imagen que un plano corto.

Una vez metidos en el lío…
Puedes ver la agenda de competiciones de agility en doogweb (todos los lunes publicamos las imágenes de la semana en curso). Una vez decidido el evento, no es mala idea presentarse a los organizadores y pedir permiso para ubicarnos en donde no molestemos, seguro que te facilitan todo (estos perros son deportistas, olvídate de «¡Huy qué mono!» y a lo nuestro, a las fotos).

El aro (sobre todo de frente) es un obstáculo mucho más sencillo de fotografiar de lo que parece. Por un lado tenemos la suerte de ver al perro venir hacia nosotros y, lo más importante, el salto les ralentiza. Cada uno tenemos la velocidad que tenemos en nuestra particular secuencia ojo-cerebro-dedo… En mi caso, para conseguir una foto en el aro disparo cuando veo al perro prepararse para saltar.

Para empezar, lo idóneo es elegir los perros más lentos, mejor aún en las categorías de «mini» y «midi» que van un poquito más despacio. Pretender congelar en el sensor a un border collie o un malinois en nuestro primer día de agility es como ir a Montmeló y pensar en hacer lo mismo con Lorenzo (y para que sea aún más difícil, los perros ni se caen ni se les rompe el motor).

A ras de suelo se consiguen efectos más dramáticos, pero en obstáculos como el slalom en toma lateral o tres cuartos, es una buena idea adoptar un punto de vista algo elevado con un encuadre cerrado, de esta forma conseguimos eliminar elementos del fondo, y el perro destacará más. Este border collie era rapidísimo, así que también optamos por el disparo continuo para asegurar dentro de lo posible alguna foto «decente». Para lograr una «buena de verdad» hay que esperar muchos perros, ser de «dedo fácil» y confiar en la suerte.

El problema más frecuente, además de la velocidad de muchos perros, es la luz. Resulta que queremos hacer un determinado obstáculo, que además realiza el perro en una dirección concreta (sabremos cuál es la dirección que siguen por los números al pie, pero ojo algunos son de «ida y vuelta») y, además, que el sol se ponga justo a nuestra espalda. Moraleja: no nos obcequemos con un obstáculo concreto, si no podemos hacer el slalom, nos vamos a la empalizada, y si no al túnel, al aro, a los saltos… ¡Será por posibilidades!

El túnel de tela es quizás el obstáculo más complicado para el fotógrafo. El perro entra por la parte rígida y justo en ese momento perderemos todo tipo de referencias (quien diga que ve moverse la tela y dispara miente). Sólo nos queda una solución: muchos agilitys, muchos perros y muchos disparos. Esta fotografía forma parte de una secuencia de cinco fotografías, pero tengo que admitir que ¡ese día lo intenté con otros quince perros más en este mismo túnel! Y si ya quieres la matrícula de honor, aprovecha un agility bajo la lluvia, el efecto que se consigue con el agua explotando desde la tela mientras el perro sale del túnel es fantástico.