La displasia en el perro y los factores ambientales

Nuevos hallazgos de la Universidad de Veterinaria de Noruega sobre displasia en el perro

En el lapso de tiempo que transcurre desde el nacimiento hasta los tres meses de edad, los factores ambientales tienen mayor incidencia en la displasia de cadera en los perros de lo que se pensaba. Así lo asegura la doctora Randi I. Corona Tveit, de la Universidad Veterinaria de Noruega.Los Terranovas han salido malparados en este estudio, con una incidencia del 36 por ciento de displasia de cadera.

Sobre todo en el lapso de tiempo que transcurre desde el nacimiento hasta los tres meses de edad, los factores ambientales tienen mayor incidencia en la displasia de cadera en los perros de lo que se pensaba. Así lo asegura la doctora Randi I. Corona Tveit, de la Universidad Veterinaria de Noruega.

Este descubrimiento da un papel clave a los criadores como responsables, ya no sólo de vigilar celosamente la genética de los perros reproductores, sino de los cuidados y el entorno de las camadas, para prevenir la displasia de cadera en los perros.

Un estudio sobre 500 perros
Para llegar a estas conclusiones, Randi I. Corona Tveit estudió a largo plazo (durante 10 años) 500 perros pertenecientes a las razas Terranova, labrador retriever, leonberger y lobero irlandés. Todos ellos pertenecen a razas de rápido crecimiento y gran peso corporal, lo que tradicionalmente se ha asociado a una mayor predisposición a padecer displasia de cadera.

Aunque, curiosamente, de las razas mencionadas la mayor incidencia de displasia de cadera se dio en la raza de crecimiento más lento (Terranova) con un 36 por ciento de ejemplares afectados, y la mínima en la raza de más rápido crecimiento (lobero irlandés), con sólo un 10 por ciento de ejemplares con displasia de cadera en la edad adulta.

Factores ambientales que afectan al desarrollo de la enfermedadEntre los descubrimientos de Randi I. Corona Tveit, son especialmente destacables: La época del año del nacimiento (los cachorros nacidos en primavera y verano tienen una incidencia significativamente menor de incidencia en el desarrollo de la displasia de cadera.

De igual modo, en los cachorros nacidos en granjas o entornos naturales, con fácil acceso a suelos naturales en los que realizar ejercicio moderado durante los primeros tres meses de vida, también se redujeron los casos de enfermedad.

Sin embargo, también se han descubierto factores ambientales especialmente peligrosos para el desarrollo normal de las caderas de los cachorros, entre los que destaca especialmente las escaleras como un factor ambiental con un claro efecto negativo.

• Más información: Universidad Veterinaria de Noruega.

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