Los «otros cuidados» del perro en vacaciones

Vacaciones con perros

Los "otros cuidados" del #perro en vacaciones. ¿Qué pasa con su estado emocional?

Las recomendaciones para las vacaciones con los perros las tenemos claras, pero ¿cómo se toman los perros las vacaciones realmente? Pues lo primero -y sobre todo- como un cambio en su ritmo de vida, y a los perros no es que precisamente les gusten mucho los cambios, sino más bien al contrario. Podemos tener todo preparado para el viaje ¿pero hemos pensado en cómo se sentirá, tenemos en cuenta su estado emocional?

Recomendaciones para las vacaciones con perros (y la vuelta)
A los perros no les podemos explicar que estamos de vacaciones, que trabajamos todo el año para disfrutar de unas semanas. Para ellos las vacaciones son simplemente cambios (por lo general positivos, más ocio, más naturaleza…) pero cambios al fin y al cabo.
• Antes del viaje. Un paseo largo, juegos y nada de comida. Muchos de los mareos y vómitos en el coche (algunos perros lo pasan realmente mal) se solucionan con algo tan sencillo como ayuno. Ya comerá cuando lleguemos.

• El viaje. Si el perro está acostumbrado a los viajes no habrá problema, pero en caso contrario es una situación de estrés importante. En casos agudos, será necesario recurrir al veterinario, pero algunos medicamentos dejan al perro aparentemente tranquilo (en realidad son sedantes), pero no solucionan la ansiedad que produce el viaje.  Otros (los más recomendables) tranquilizan. Tu veterinario te asesorará convenientemente acerca del producto y las dosis.

• Más sobre el viaje. ¿Recuerdas esa recomendación de la DGT de parar cada dos horas? Pues llevar un perro en el coche es la mejor excusa para cumplirla. Cada dos horas un paseo de 10 minutos nos despejará a todos.

• Antes de llegar al destino. Ya hemos llegado, pero lo primero es lo primero… Y es un paseo largo, con juegos y a ser posible con algún rato de libertad (suelto por la playa, por ejemplo, aunque eso tal ve sea demasiado pedir).

• Llegada a destino. Lo idóneo es que antes se introducir al perro en la casa de vacaciones ya estén allí «sus cosas» (cama, juguetes, cuencos de comida y bebida). Así que antes de entrar en casa todos, primero colocaremos «sus trastos». Es increíble lo que tranquiliza al perro encontrar «sus cosas» con esos olores familiares nada más llegar. Esto hará la adaptación mucho más sencilla.

• Primer día. Primero, y segundo, y tercero…: rutina. Durante todo el año nuestro ritmo diario nos obliga a salir a determinadas horas, casi siempre el mismo tiempo y en los mismos sitios (de vez en cuando cambiamos, los fines de semana, las tardes libres, pero el día a día es completamente rutinario ¿verdad? Pues en vacaciones hacemos lo mismo, y a ser posible incluso respetando los mismos horarios. ¡Eh, eso no quiere decir que no nos lo llevemos a comer a una terraza o ese río cercano!

• Quedarse solo. Y todos los días se quedará solo,igual que lo hace el resto del año. La vuelta de las vacaciones trae a menudo problema de ansiedad por separación derivados del cambio de rutinas. Pasamos todo el día con nuestros perros, y de repente, de un día para otro, todo vuelve de nuevo a la realidad.

• Y vuelta a la vida real. Siguiendo estas simples recomendaciones la vuelta a la vida real no supondrá ningún problema. Simplemente se habrán acabado las vacaciones y el tiempo libre… ¡hasta el próximo fin de semana, claro!

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