Perros con problemas de conducta

Que a lo mejor no son tales

Perros con problemas de conducta... Que a lo mejor no son tales.

Que los perros tienen problemas (la mayoría provocados por el ser humano) no es nuevo. Sin embargo, lo que demasiadas ocasiones no contemplamos es que muchas de las conductas de los perros que nos preocupan son en realidad normales, y que lo que se pretende en realidad es desnaturalizar al perro para incorporarlo con comodidad a un entorno en el que “no moleste”.

5 Conductas problemáticas en perros, que no son tales

1. Mi perro no se deja tocar por el veterinario. No nos debería extrañar esta situación, sobre todo en perros sensibles o con un historial de dolor. Ningún cachorro le tiene miedo al veterinario, pero la acumulación de (malas) experiencias es el campo de cultivo perfecto para ese “odio”.

2. Se come todo lo que pilla por la calle. Coppinger y muchos otros han desarrollado diversas teorías con un punto en común: los primeros perros eran carroñeros, buscaban basura en los enclaves humanos. Y para acabar de complicarlo, las calles están llenas de  pedazos de bocadillo, “tigretones”, y huesos de alitas de pollo en la entrada de los bares. Es para no resistirse, desde luego.

3. Se pelea con otros perros. ¿A veces, o es de verdad “conflictivo” y no soporta a ningún perro? Dependiendo de la situación, que un perro salde sus problemas con otro a mordiscos (y los rituales que conlleva la disputa) es algo normal.

4. Se me ha escapado varias veces detrás de los gatos. Bueno… lo que de que “el perro es un carroñero” en realidad es una verdad a medias. EL perro también es un cazador, así que es completamente normal que tenga un instinto predatorio más o menos desarrollado sobre determinados animales (gatos, conejos, pájaros…).

5. No es sociable con las personas. Nadie dijo que un perro tenga que ser sociable con las personas por el simple hecho de ser perro. Incluso en perros perfectamente socializados, hay individuos con más interés por interactuar con el ser humano que otros.

#Perros con problemas de conducta... Que a lo mejor no son tales.¿Y si al cachorro destructor le dejamos destruir? ¡Pero sus cosas, claro!

Sí, son situaciones incómodas, pero los perros tienen sus propias reglas del juego. Nosotros intentamos adaptarlos a las nuestras, pero hay razas en las que permanece intacto su instinto de caza, en otras el de guarda… Al fin y al cabo somos nosotros los que los seleccionamos para esos cometidos y ahora nos empeñamos en meterlos en una ciudad anulando sus aptitudes naturales.

Canalizar esas situaciones es nuestra responsabilidad. Compartir la vida con un perro tiene sus sacrificios, y la educación sin desnaturalización es uno de ellos.

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