Estudiando el cerebro del perro

El primer estudio de neuroimagen comparativa de una especie no primate (el perro) y los seres humanos

El primer estudio de neuroimagen comparativa de una especie no primate (#perros) y seres humanos.

¿Recuerdas el apasionante estudio de Gregory Berns en el que se ha demostrado que los perros tienen emociones comparables a las humanas? Pues un equipo de investigadores de la Academia de Ciencias de Hungría (entre los que se encuentra Ádám Miklosi) acaba de publicar una investigación también basada en el estudio mediante resonancia magnética del cerebro canino

Durante los aproximadamente 18 a 32.000 años de domesticación, los perros y los humanos hemos compartido un entorno social similar. Las vocalizaciones de perros y humanos son, pues, familiares y relevantes para ambas especies, a pesar de que pertenecen a especies evolutivamente distantes, ya que sus linajes se separaron hace aproximadamente 90-100 milliones de años.

Comparando perros y hombres
En este primer estudio comparativo de neuroimagen entre no primates (perros) y una especie de primates (humanos), los investigadores han hecho uso de esta combinación especial de medio ambiente que compartimos y la distancia evolutiva.

La sensibilidad del cerebro a las señales vocales con contenido emocional se encontró en ambas especies, perros y humanos

El cerebro de los perros se empieza a comprender…
Los investigadores reprodujeron 200 sonidos de voces humanas, ladridos y ruido ambiente que sirvieron para identificar las áreas del cerebro que se estimulaban. Presentaron a los perros y los seres humanos ante el mismo conjunto de estímulos vocales y no vocales para buscar regiones corticales sensibles a la voz funcionalmente análogas. Y se demuestra que existen áreas del cerebro dedicadas a la voz en los perros que muestran un patrón similar a las áreas temporales de voz en los seres humanos.

Los resultados también muestran que la sensibilidad a las señales vocales emocionales se acoplan de manera similar y se sitúan en regiones auditivas no primarias en los perros y los seres humanos. Aunque la evolución paralela no se puede excluir, los resultados sugieren que las áreas de voz pueden tener un origen más antiguo en la evolución de lo que se pensaba. El MRI ha desvelado que los perros también son capaces de interpretar la emoción en los sonidos humanos. “Hay un área próxima a la corteza auditiva primaria de los perros, que se activa más con los estímulos sonoros como la risa que con los tristes».

• Más información: El estudio se ha publicado en Current Bilogy «Voice-sensitive regions in the dog and human brain are revealed by comparative fMRI«.

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