Perros que no tienen confianza en sí mismos

Perros inseguros, cómo ayudarles

La inseguridad hace infelices a los perros, pero además es fuente de infinidad de conflictos que se podrían evitar si trabajamos para que el perro gane confianza en sí mismo.

La inseguridad hace infelices a los perros, pero además es fuente de infinidad de conflictos que se podrían evitar si trabajamos para que el perro gane confianza.

¿Por qué es inseguro un perro?
Los perros, al que las personas, son inseguros porque se sienten incapaces de enfrentarse a una determinada circunstancia o situación. Puede ser algo tremendo que no puede afrontar (por ejemplo un animal grande que no ha visto nunca antes, un tornado, un estruendo fuerte de un accidente…). En esas situaciones es normal que el perro no pueda gestionar bien la situación, pero hay perros que debido a su inseguridad no pueden manejar situaciones cotidianas (cruzarse durante el paseo con otro perro, una maleta con ruedas, sonidos bruscos pero habituales…).

Existen perros con timidez o inseguridad patológica, pero por lo general el problema suele provenir por un mal manejo del guía a lo largo de la vida del perro, y especialmente en las etapas tempranas de sociabilización del cachorro. Por último, como tercera causa, puede deberse a algún tipo de experiencia traumática que haya quedado grabada en su mente (por condicionamiento clásico, que es muy resistente a la extinción).

Ideas para ayudar a los perros a ganar confianza en sí mismos
Los perros pueden superar sus inseguridades de diferentes formas, pero la mejor (no es de Perogrullo, es una realidad) será ganando seguridad en sí mismos. Y eso lo podemos conseguir, o al menos ayudar con tres trabajos fundamentales:

Propiocepción. Enseñar al perro a manejar su cuerpo, su equilibrio y el control sobre sus miembros, exige mucho esfuerzo mental, análisis de la situación, decisión y aplicación de la solución correcta. Los perros que trabajan la propiocepción  son mucho más seguros de sí mismos.

Trabajos de olfato. Enseñar al perro a utilizar su nariz, aunque al principio sean solo simples juegos de búsqueda, es otro gran camino para mejorar la concentración, la calma, y que el perro deje de guiarse por su vista (un sentido que aporta mucha excitación con poca información), y pase a confiar más en su olfato, mucho más fiable.

La confianza en el guía. Para el perro somos (o deberíamos ser) su referente, y sobre todo su mayor seguridad. Eso se crea desde cachorro, aunque se puede mejorar en cualquier edad, por ejemplo practicando un deporte en conjunto.

Si tienes problemas con tu perro, pon estos tres puntos en práctica. Trabajando estos tres puntos, los perros ganan en seguridad, en felicidad, y son perros que pueden convivir en sociedad de forma mucho más amigable y segura.

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