Cirugía veterinaria: reparan el cráneo de un perro atropellado

Cirujanos de la UC Davis School of Veterinary Medicine reconstruyen el cráneo y las mandíbulas de la rottweiler Siba después de que su cabeza fuera aplastada por un coche

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Siba es una cachorra de rottweiler de 8 meses que fue atropellada hace cuatro meses, sufriendo graves heridas en la cabeza. Su cráneo y los huesos de la mandíbula se fracturaron en varias zonas, y el daño cerebral parecía inevitable…

Un éxito sin precedentes de la UC Davis
Gracias a los cirujanos del Hospital Veterinario de la UC Davis, Siba está hoy recuperándose… Pero conozcamos antes su increíble historia:
Siba fue atendida por el Servicio de Cirugía Oral y Odontología (DOSS). Tenía hundido su ojo derecho, una clara falta de alineación de las mandíbulas, hinchazón generalizada de la cara, estaba sangrando y había disminuido el flujo de aire en ambas fosas nasales, tenía la saliva teñida de sangre en la boca, y necesitaba mucho esfuerzo para respirar (con sonidos fuertes de ahogo). El líquido cefalorraquídeo también estaba goteando por sus fosas nasales, una clara indicación de potencial daño cerebral y un reflejo de la gravedad del traumatismo.

Un diagnóstico poco prometedor
Incluso si se pudieran reparar las fracturas del cráneo de Siba, el daño potencial del cerebro podría conducir a problemas sistémicos secundarios como convulsiones o diabetes.

Las tomografías iniciales de su veterinario de referencia determinaron muchas fracturas en su cráneo, junto con inflamación del cerebro y falta de oxígeno.

El veterinario de cabecera de Siba consultó con el servicio DOSS del hospital UC Davis para examinar más posibles daños y conocer su estado. Por suerte, Siba tenía relativamente pocas alteraciones neurológicas, dado el alcance de sus lesiones -la mayor excepción fue que su nervio óptico derecho se había visto comprometido, los oftalmólogos determinaron que estaba causando ceguera en ese ojo-.

Se realizaron más exploraciones: CT del cráneo, así como radiografías torácicas y abdominales. Las radiografías no revelaron evidencia de trauma en la cavidad torácica o abdominal. El TC, sin embargo, reveló la verdadera magnitud de los daños a la cabeza: numerosas fracturas mandibulares maxilofaciales y bilaterales, fractura de la vértebra C1, fracturas deprimidas del cráneo, hemorragia intracraneal leve, dislocación parcial y fractura de la articulación temporomandibular derecha (TMJ), también se apreciaron cambios en los huesos de su aparato hioides (que mantiene la laringe en su lugar y donde apoya la faringe y la lengua) y los músculos del cuello que lo soportan, además de complicadas fracturas radiculares en la corona del cuarto premolar superior derecho y primeros molares.

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Aún así la cirugía reconstructiva podía ser posible
Gracias a la edad de Siba y a su estado general, los veterinarios determinaron que la cirugía reconstructiva maxilofacial parecía posible, y que podría recuperarse con un tratamiento de seguimiento adecuado. La cirugía, de casi cinco horas, se llevó a cabo por miembros de la facultad Doss, asistidos por los veterinarios residentes y personal dedicado.

La reconstrucción del cráneo y de las fracturas se realizó con mini-placas de titanio y tornillos especiales, contorneados y colocados para restablecer la anatomía normal de los huesos y las articulaciones. Después de la cirugía, se colocó también un alambre de grueso calibre se alrededor de la parte inferior de la mandíbula de Siba, detrás de los dientes caninos, con el fin de alinear sus dos mandíbulas para facilitar una curación adecuada.

También se unieron sus dientes caninos superiores e inferiores juntos en cada lado con un compuesto de restauración especializada biocompatible (temporal, después de quitaría) para lograr fijar el maxilar y la mandíbula.

Siba se recuperó de la cirugía en la Unidad de Cuidados Intensivos, donde permaneció durante la noche bajo una monitorización postoperatoria individualizada. Dos semanas después de la cirugía, Siba regresó a la UC Davis para la retirada de los puntos y un examen oftalmológico. Por desgracia, la ceguera en su ojo derecho persistió y parece ser permanente. Siba debía permanecer todavía en reposo absoluto y alimentarse a través de un tubo.

Un mes más tarde, Siba regresó para otro examen de seguimiento, en el que los veterinarios retiraron el material y el cableado temporal, así como los dos molares fracturados. Siba fue capaz de comer alimentos con éxito por la boca por primera vez desde la lesión. Todavía see mantuvo en reposo en jaula, pero se le permitieron los primeros breves paseos.

En otras dos semanas, la condición de Siba mejoró lo suficiente para poder comenzar a utilizar juguetes suaves para masticar y ejercitar así sus mandíbulas y las articulaciones.

Por último, tres meses después de la cirugía, una tomografía computarizada del cráneo de Siba mostró que las fracturas se han curado apropiadamente, y no hay evidencia de fracaso del implante o infección. Aunque puede haber posibles problemas a largo plazo asociados con el trauma, el equipo de atención veterinaria de Siba está muy satisfecho con su progreso y tiene esperanza de que Siba tenga muchos años por delante.

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• Más información: UC Davis.

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