Las 9 reglas para que tu perro adoptado se integre en la familia y todo vaya bien
- No elijas a tu perro por la apariencia. La primera regla para adoptar un perro debería ser la compatibilidad entre estilos de vida (el tuyo con el del perro, claro).
- No tengas pena de tu perro adoptado. Trátale con normalidad y haz con él «cosas de perros». Porque haya pasado un tiempo en la protectora no significa que debas tener un trato diferente con él.
- Prepara un plan de adaptación. No se puede conseguir todo el primer día, a lo mejor no le gusta montar en coche, o rompe su cama, o no camina bien con correa… No te preocupes, con paciencia se solucionará todo.
- Sé coherente en el día a día y en su educación. Pon de acuerdo a toda la familia, y trabaja por tu perro de forma coherente y amable. Es un animal sensible que necesitará un poco de tiempo para adaptarse.
- Crea y respeta rutinas. A los perros les gusta seguir rutinas, les viene bien para que todo lo que sucede sea predecible, y eso es tranquilidad facilitando la adaptación.
- El paseo del perro es muy importante. Una buena idea es alternar paseos de socialización (o «re-socializacion» si el perro es adulto) con otros paseos enfocados al juego y crear vinculo. Los perros están «programados» para querernos y nosotros para quererlos a ellos, será fácil.
- Dedica todos los días tiempo a su educación. No hace falta que sea mucho, es suficiente con 10-15 minutos, pero debe ser un tiempo dedicado a aprender cosas nuevas y consolidar antiguas. La obediencia siempre es útil, y a muchos perros les encanta.
- Observa el comportamiento de tu perro y sus miedos. ¿Se relaciona con normalidad con otros perros? ¿Y con las personas? ¿Le gustan los niños? ¿Y personas con sombrero o paraguas?…
- Nunca sueltes a tu perro en entornos no controlados. Lo ideal sería que practiques la llamada en un parque cerrado, en una parcela vallada o similar. Muchos, muchísimos perros se pierden en los primeros días después de la adopción porque se sueltan «para que jueguen», y no vuelven.