El rescate canino es salvar vidas

Exigir un nivel sólido de eficacia y rigurosidad a las Unidades Caninas de Rescate constituye un deber oficial, urgente y vital

Exigir un nivel sólido de eficacia y rigurosidad a las Unidades Caninas de Rescate constituye un deber oficial, urgente y vital.

Por: Jaime Parejo, Director del CTRIMA-España, Sede en Sevilla.

Realizo el presente artículo e informe técnico-operativo, obedeciendo también a la noble, obligada e importante responsabilidad profesional, cívica y humanitaria, y firme impulso innato de contribuir en todo lo posible, a lo que hemos de considerar permanentemente como una prioridad de carácter inflexible e innegociable, la potenciación del salvamento de vidas. En este caso, informando sobre aquellos aspectos que demostradamente afectan a las intervenciones de las Unidades Caninas, de cualquier punto del planeta, favoreciendo el salvamento o por el contario el fallecimiento de supervivientes sepultados (ya sea involuntariamente, por insuficiencia de conocimientos científico-técnicos específico o cualquier otro motivo).

Los responsables políticos y de servicios de emergencia competentes, pueden adoptar ante la importante realidad que se informa, dos tipos de acciones, una supuestamente más cómoda e insensiblemente pasiva u otra responsablemente activa y ejecutante, aunque deberían tener siempre muy presente, por una parte, que esta regulación no implica en absoluto gasto presupuestario alguno, y por otra, que los cometidos que oficialmente incumben a sus cargos, están destinados a garantizar en la mayor medida posible la seguridad y protección pública de la ciudadanía, que además, en definitiva es la que con sus impuestos cubren fundamentalmente las retribuciones laborales de los mismos.

¿Qué sucede cuando los derrumbamientos con posibles personas sepultadas, son inspeccionados por equipos caninos de rescate indebidamente utilizados o erróneamente considerados aptos para la intervención?
Obviamente, que en aquellos casos donde existan personas, aún con vida sepultadas, no serán señalizadas por dichos perros, cuyo insuficiente nivel de concentración, motivación u otro tipo de deficiencias, impedirán que capte y señalice los inherentes focos de flujo odorífero. Seguidamente el edificio siniestrado en cuestión, será desestimado y consecuentemente la persona/s atrapada, no visible ni audible, pasará a engrosar el número de víctimas mortales, ya sea por causas clínicas (traumatismos, deshidratación…) o afectada por la indiscriminada remoción de escombros con maquinaria pesada, por ejemplo.

Informando a este respecto, que ateniéndonos al Código Penal de España, observaremos que estas clases de negligencias pueden ser tipificables, quizás, en el ámbito penal como “homicidio imprudente”, en su artículo 142.

Además, el homicidio al ser cometido por imprudencia profesional, se castigaría en estos casos, con pena de prisión de uno a cuatro años más la inhabilitación especial para el ejercicio de la profesión, oficio o cargo por un periodo de tres a seis años, considerando además que para poder apreciar la imprudencia y de acuerdo con la jurisprudencia del Tribunal Supremo será necesario que concurran las siguientes circunstancias (todas demostradamente intervinientes en el caso descrito):

a) Una acción u omisión no voluntariamente intencional o maliciosa.
b) Una actuación negligente por falta de previsión.
c) Un factor normativo representado por la infracción del deber objetivo de cuidado.
d) Originación de un daño (el delito de homicidio imprudente es un delito de resultado).
e) Adecuada relación de causalidad entre el proceder descuidado o inobservante y el daño o mal sobrevenido.

El perro ha de experimentar un impulso motivacional respecto al desarrollo de las búsquedas especialmente sólido, manteniendo al máximo de sus posibilidades psicofísicas, los necesarios niveles de intensidad, perseverancia y concentración

¿Qué debería exigirse exactamente a un equipo canino de rescate, para considerarlo oficialmente operativo y que consecuentemente intervenga en siniestros con unas ciertas garantías?
En base a criterios técnico-operativos forjados de la experiencia que he acumulado tras numerosos años de rigurosa investigación científica de campo, dirigiendo intervenciones de búsqueda y localización (en exterior o espacios confinados), y la formación oficial especializada de múltiples equipos caninos de rescate, he concluido y constatado reiteradamente la importancia tan determinante que supone el hecho de que el ejemplar canino, durante la operación de búsqueda en masas de escombros de gran envergadura, presente de forma continua, una intensa línea de atención, concentración dirigida a la posible captación de moléculas olorosas humanas en el aire, que puedan permitirle conducirse con rapidez y precisión, hacia el foco de emanación odorífera de la persona sepultada, pues de no ser así (perro afectado, ya sea de forma continua o esporádica, por distracciones ante cualquier estímulo desviatorio, como puede ser el propio guía por ejemplo, estímulos potencialmente inhibitorios, deficiente motivación…), los respectivos dispositivos de recepción-elaboración olfativos no reaccionarán adecuadamente ante el flujo odorífero humano, aunque estén presente niveles fisiológicamente perceptibles para el olfato del ejemplar y consecuentemente en caso de existir una o más personas con vida sepultadas, no serían captadas ni señalizadas.

Por otra parte, el perro ha de experimentar un impulso motivacional respecto al desarrollo de las búsquedas especialmente sólido, manteniendo al máximo de sus posibilidades psicofísicas, los necesarios niveles de intensidad, perseverancia y concentración. Al igual que en búsquedas exteriores, para considerar operativo un ejemplar como perro de rescate, ha de presentar también un alto nivel de concentración durante las operaciones de búsqueda en espacios confinados, asociado al suficiente estado de seguridad, carente de interferentes síntomas de inhibición o estrés (que afectarían gravemente al necesario nivel de concentración en el acto olfatorio, estratégico desplazamiento o a la pauta de señalización) aunque el espacio a batir sea de mínimas dimensiones y con un reducido o incluso nulo nivel de visibilidad, siendo operativamente esencial, que los ejemplares realicen también las operaciones de búsqueda, con idéntico nivel de eficacia, aunque no se encuentre visibles los respectivos guías por los mismos, considerando que en las intervenciones en siniestros, es una circunstancia inevitable, con relativa frecuencia, en periodos de diversa duración, por diversos motivos como son la oscuridad inherente a los espacios confinados, o los frecuentes obstáculos e fecto de seguimiento visual contínuo, que constituyen las abundantes masas de escombros existentes.

También resulta fundamental, en pro de la seguridad pública, controlar y verificar rigurosamente, si los Jefes de Unidades Caninas de Rescate, poseen realmente el suficiente grado de conocimientos técnicos pero además el necesario nivel de aptitud específica, que les permita, afrontar adecuadamente la continua, compleja e imprescindible formación teórico-práctica de los Guías de la Unidad así como la de sus respectivos ejemplares caninos y por otro lado dirigir técnicamente de forma adecuada las operaciones de intervención de los equipos caninos de rescate de la U.C.R. (Unidad Canina de Rescate) a su cargo, diseñando las más idóneas estrategias de búsqueda adaptadas , según circunstancias y analizando los diversos matices conductuales del conjunto de ejemplares intervinientes frente a la alta complejidad de siniestros y situaciones .Para lograr disponer de un perro de rescate sólidamente operativo, resultará lógicamente imprescindible aplicar adecuadamente un método oficialmente constatado y reconocido como altamente efectivo para la formación e intervención de equipos caninos de rescate.

Los sistemas tradicionales de formación para detección canina en general, existentes en la actualidad, se encontraban limitados en exceso, alrededor de los imprescindibles aunque insuficientes procesos básicos o primarios del aprendizaje, como son las formas más sencillas de aprendizaje asociativo (condicionamiento clásico o pavloviano y condicionamiento instrumental u operante)

¿Qué diferencia fundamentalmente al método Arcón del resto de sistemas de búsqueda y detección con perros?
Los procesos de moldeamiento (reforzamiento de aproximaciones sucesivas a una respuesta instrumental deseada) que caracterizan a cada uno de los sistemas tradicionales de formación para detección canina en general, existentes en la actualidad, se encontraban limitados en exceso, alrededor de los imprescindibles aunque insuficientes procesos básicos o primarios del aprendizaje, como son las formas más sencillas de aprendizaje asociativo (condicionamiento clásico o pavloviano y condicionamiento instrumental u operante), habituación, evitación, extinción, generalización, discriminación…, no sucediendo así con el caso concreto y posterior del método Arcón, donde un dilatado, persistente, intenso y complejo trabajo de observación, estudio, análisis de variables y respuestas, verificación de múltiples hipótesis, experimentación de campo, constante razonamiento analítico y sintético, investigación científica en definitiva, permitieron la ardua confección de un conjunto de innovadoras técnicas conductuales que minuciosamente interrelacionadas, se complementan e inciden con gran eficacia consiguiendo respecto a todos los demás sistemas existentes, una óptima, positiva y visible potenciación del nivel motivacional, autonomía de trabajo y paralela línea de concentración, de los ejemplares caninos durante el desarrollo de las operaciones de búsqueda y localización de personas sepultadas, ya fuese en el exterior o en espacios confinados con nivel de visibilidad nulo y espacio vital reducido a los mínimos valores factibles para el desplazamiento. Y más adelante, con igual eficacia y características, respecto a búsqueda y localización de cualquier otro elemento que emita olor, como explosivos, narcóticos, especies animales protegidas…

Así por ejemplo, respecto al denominado umbral de estímulo, destacar que ha quedado demostrado de forma sólida, oficial y reiterada, desde octubre de 1994, tanto en simulacros como en intervenciones reales, el altísimo nivel de efectividad del método Arcón, quedando ya plenamente verificada la determinante circunstancia de que el umbral de estímulo o percepción ( intensidad que requiere poseer un estímulo para ser percibido ) en lo que respecta al olor de la persona sepultada, resulta considerablemente menor para los perros instruidos con el método Arcón, debido a que el conjunto de las complejas técnicas Arcón consiguen optimizar positivamente los niveles de autonomía y motivación durante el desarrollo de las operaciones de búsqueda, favoreciéndose al máximo el mantenimiento de un elevado grado de concentración, la elaboración de fructuosas estrategias de búsqueda canina y un rendimiento del dispositivo olfativo visiblemente excepcional, que permite detectar y localizar con rapidez y precisión, personas sepultadas incluso en puntos, de extrema dificultad perceptiva, en base al nivel de profundidad y/o hermeticidad o frente a otras formas de adversidad visual, auditiva, odorífera, espacial…

Se han conseguido localizar (constando en los pertinentes informes oficiales) personas totalmente sepultadas bajo metros de tierra, basuras o escombros, tanto en operaciones de búsqueda exteriores como en el interior de adversos espacios confinados, por Equipos Caninos Método Arcón de Cuerpos de Bomberos de Chile, Cuerpo de Bomberos de El Salvador, Cuerpos de Bomberos de España…

Los perros de rescate oficialmente certificados mediante la metodología Arcón, han de superar con carácter anual, unas exigentes pruebas de homologación, requisito oficialmente imprescindible

Si bien es cierto que la metodología Arcón ha demostrado oficialmente, a nivel científico y operativo, ser perfectamente transferible y reproducible mediante la adecuada formación, ha de puntualizarse también que la completa asimilación relativa a la interacción y dosificación de sus respectivas técnicas innovadoras, según los casos y respecto a las diversas fases del proceso formativo, así como de otros aspectos específicos, resulta altamente dificll y compleja, exigiendo logicamente un nivel de aptitud humana muy especial y un periodo de formación contínua tan dilatado como progresivamente profundo, de cientos de horas lectivas.

Los perros de rescate oficialmente certificados mediante la metodología Arcón, han de superar con carácter anual, unas exigentes pruebas de homologación, requisito oficialmente imprescindible, para conservar las respectivas certificaciones oficiales de operatividad, ejercicios donde se verificará rigurosamente si el nivel operativo demostrado en el curso oficial donde fue certificado el ejemplar, ha sido mantenido o no, con el necesario nivel de alta efectividad, y que por ejemplo en España, han comenzado a llevarse a efecto oficialmente en la ciudad de Sevilla, sede del CTRIMA-España, Consejo Técnico Rector Internacional del Método Arcón, en mayo del presente año 2011, la primera edición en el seno del curso introductorio Método Arcón, y siendo en diciembre el segundo módulo, homologado por la FAMP, Federación Andaluza de Municipios y Provincias y ofertado a través de la CSI-F, Central Sindical Independiente de Funcionarios .

¿Deben estar castrados los perros machos destinados a la especialidad de búsqueda y detección?
En relación al conjunto de factores incidentes y específicamente interferentes sobre el imprescindible nivel de concentración del perro de rescate durante las operaciones de búsqueda, indicar que resulta demostradamente necesaria y consecuentemente preceptiva la castración de los perros machos oficialmente destinados a la detección de personas, explosivos, narcóticos… informando que se trata de una justificada y constatada medida preventiva rigurosamente adoptada desde hace numerosos años genericamente por las Unidades Caninas de Cuerpos oficiales.

Si el macho no está castrado y con la suficiente antelación, la percepción sensorial de las citadas feromonas le producirá durante un periodo de tiempo variable, inevitables reacciones fisiológicas, asociadas a respuestas de visible estrés que dificultarán la efectividad del aprendizaje o de la conducta del trabajo de búsqueda

Las feromonas son sustancias químicas o mezclas de sustancias que, emitidas al exterior por un animal, producen determinados efectos en la conducta de un individuo receptor de la misma especie. Las que nos ocupan concretamente son las feromonas sexuales de las perras, cuyo componente principal es un derivado del ácido benzoico, que al ser de bajo peso molecular resulta consecuentemente muy volátil, que está presente en la orina y en las secreciones vaginales y que la perra las genera en condiciones normales durante el proestro y estro.

Si el macho no está castrado y con la suficiente antelación, la percepción sensorial de las citadas feromonas le producirá durante un periodo de tiempo variable, inevitables reacciones fisiológicas, asociadas a respuestas de visible estrés que dificultarán la efectividad del aprendizaje o de la conducta del trabajo de búsqueda, según el caso, que por ejemplos exijan un cierto nivel de atención sostenida, más o menos intensa, memorización…, presentando en todos los casos, un conjunto de pautas específicas e inequívocas que delatan estar afectado por el citado estado (sacar repetidamente el extremo de la lengua fuera de la boca hasta contactar con la trufa, acusada conducta interferente olfativa y de marcaje así como una visible y lesiva incapacidad asociada de concentración) y que obviamente dificultan gravemente un adecuado proceso de aprendizaje o en el caso de un ejemplar ya operativo, lo que sería un correcto desarrollo de las conductas de búsqueda, implicando un continuo riesgo, extremadamente alto según datos observacionales registrados con la suficiente frecuencia y periodicidad, de trágicas consecuencias, al no percibir suficientemente las moléculas olorosas de una persona con vida sepultada, aunque los valores de las citadas emisiones odoríferas se encontrasen comprendidos en lo que se denomina umbral de estímulo (valor de la intensidad del estímulo, en este caso odorífero, por debajo del cual, éste no es percibido).

La totalidad de Unidades Caninas que trabajan con Perros de Búsqueda, independientemente de la institución o país al que pertenezcan, tienen el deber universal, humanitario, social y profesional, de mantener siempre como riguroso y prioritario objetivo y línea de ejecución:
Desarrollar las intervenciones aplicando rigurosamente aquel método de formación e intervención (mediante medios caninos o de cualquier otro tipo) que verifiquen sólidamente, sus máximos expertos oficiales, como más efectivo, porque de ello dependerá fundamentalmente, entre otras consecuencias, que salven más o menos vidas en las futuras operaciones reales.
Y salvar una vida es mucho más importante que los aspectos personales, políticos, económicos, institucionales…
Esta forma innata de pensar y de sentir ha sido exactamente el motor que ha dirigido e impulsado constantemente con fuerza y solidez la ardua labor desde el inicio hasta la consecución final del único y real objetivo: Aumentar el salvamento de vidas en el mundo gracias a la alta efectividad constatada de un nuevo sistema, el método Arcón.

Igualmente esta ha sido sido la razón ética, profesional y unánime de las Unidades Caninas de Policías, Bomberos, Militares… que desde hace años lo aplican con excelentes resultados en sus intervenciones reales, para la búsqueda de personas, explosivos, narcóticos…, así como de los Gobiernos que progresivamente están eligiendo y aprobando el Método Arcón como el sistema oficial para la formación e intervención de equipos caninos de búsqueda, siendo el único sistema, oficial, por diversos Gobiernos, Instituciones, en base a su superior eficacia comprobada y al sólido programa preventivo y operativo que constituye.

Responsables y especialistas oficiales de Cuerpos de Policías, Bomberos y Protección Civil, así como las autoridades gubernamentales competentes, de diversos países, han logrado, como importante medida preventiva, oficializar el método Arcón, al comprobar técnico-operativamente que se trata de una metodología de carácter científico, extremadamente rigurosa y completamente elaborada cuyo alto nivel de efectividad potencia la seguridad pública, al constituir una sólida respuesta operativa en todas aquellas operaciones de intervención frente a cualquier tipo de siniestro que implique el sepultamiento de personas, u otras circunstancias ya descritas.