Leishmaniosis en los perros, mitos y realidades (y II)

Conozcamos al transmisor de la enfermedad, el flebotomo, cómo se transmite la leishmania, los mecanismos naturales de defensa que se ponen en marcha y cómo prevenir la enfermedad

Leishmaniosis en los perros, mitos y realidades (y II)

Por: Lcdo. Rafael A. Luna Murillo (Colegiado nº CO 994). Clínica Veterinaria San Antón.

Como vimos en la primera parte de este artículo, los transmisores de la leishmania son unos insectos llamados flebotomos. Conocer su hábitat, costumbres, especies y actividad es tan importante que toda la prevención de esta enfermedad se basa en este conocimiento…

Los flebotomos son los insectos transmisores de la leishmania en todo el mundo. Son dípteros muy pequeños, 2-3 mm, con una coloración ocre-amarillenta y una densa pilosidad que le cubre el cuerpo, patas y alas. En reposo, las alas se disponen formando un ángulo de 45º respecto al eje corporal. Sufren metamorfosis compleja con cuatro estadíos larvarios terrestres separados por sus correspondientes procesos de muda, pupas sésiles y hembras hematófagas.
Dónde «viven» los flebotomos
Los biotopos más comunes de los flebotomos son madrigueras, grietas de muros, establos, corrales, jardines, sótanos, zanjas, alcantarillas, hendiduras profundas del terreno, ruinas, minas, escombreras, vertederos… Las características comunes de esos biotopos son las temperaturas moderadas y estables, escasa o nula iluminación, humedad relativa alta y constante y un elevado contenido en materia orgánica de origen animal o vegetal que les sirve de alimento.
La dieta de las «flebotomas» se alterna entre ingestas de azúcares con el consumo esporádico de sangre que necesitan para la puesta. Las especies de flebotomos de nuestro entorno son antropozoófilas, es decir, que les da igual alimentarse en animales que en humanos, aunque es determinante la facilidad de acceso que encuentran más en los animales sobre todo en entornos periurbanos y rurales donde los perros suelen pernoctar en el exterior de las viviendas.

«Los mosquitos flebotomos no suelen alejarse más de 500 metros de sus lugares de reposo. La luz parece ejercer una moderada atracción sobre ellos ya que son fácilmente capturados con trampas luminosas».

Cuándo y cuánto pueden desplazarse
La movilidad de los flebotomos está directamente relacionada con la disponibilidad de animales de los que nutrirse y los lugares adecuados de reposo y puesta. Para localizar a un vertebrado, se desplazan a pocos centímetros del suelo en dirección contraria a la del viento con vuelos de corta duración en los que recorren pocos metros. No suelen alejarse más de 500 metros de sus lugares de reposo. La luz parece ejercer una moderada atracción sobre ellos ya que son fácilmente capturados con trampas luminosas.
El clima ejerce una influencia decisiva sobre el ciclo del flebotomo, que variará de acuerdo con la región geográfica en la que nos encontremos. En las condiciones climáticas más favorables la actividad de los flebotomos puede extenderse de marzo a mediados de diciembre (regiones orientales de Andalucía y Murcia), aunque lo más frecuente es que se inicie en mayo y concluya en octubre.
La actividad diaria de los flebotomos es crepuscular, se inicia tras la caída del sol y se prolonga durante las primeras horas de la noche, siempre y cuando la temperatura no descienda de los 17-18º C, no llueva y no haya viento.
Los meses de mayor peligro
De las especies involucradas en la transmisión de la leishmaniosis canina en España, la más abundante es Phlebotomus perniciosus, aunque se han identificado nueve especies más. Éste es el principal vector de la enfermedad que comparte de foma puntual con P. ariasi. En condiciones climátológicas normales la dinámica estacional de P. perniciosus es en nuestro entorno de tipo difásico, con dos picos: uno en julio y otro en septiembre.

«Aunque estos dípteros son sensibles en general a los insecticidas que comúnmente se utilizan en la lucha antivectorial, no debe ignorarse la aparición de resistencias, sobre todo cuando se emplean de forma masiva».

Cómo controlar a los mosquitos
El control del flebotomo como parte del programa de control de la leishmaniosis es una ardua tarea. Aunque estos dípteros son sensibles en general a los insecticidas que comúnmente se utilizan en la lucha antivectorial, no debe ignorarse la aparición de resistencias, sobre todo cuando se emplean de forma masiva. Las medidas de control frente a los vectores solamente se pueden dirigir frente a los ejemplares adultos debido al desconocimiento que se tiene de los lugares donde se desarrollan las larvas de los flebotomos, y aunque se sospeche las condiciones de dificultad del terreno las hace prácticamente inútiles.
Se considera que los entornos doméstico y peridoméstico son los más apropiados para rociar los insecticidas. En concreto se han de rociar las paredes interiores de las viviendas, los quicios y jambas de puertas y ventanas, barbacanas, leñeras, perreras, gallineros, agujeros y grietas en los muros, cuevas, registros de canalizaciones, etcétera.
El control intradomiciliario de los flebotomos se debe complementar con mallas mosquiteras de medidas 0,3-0,4 mm, en ventanas, puertas, perreras, o con cortinas y mosquiteras tratadas con piretroides sintéticos residuales.
La aparición en el mercado de nuevo productos insecticidas más eficaces y persistentes ha hecho reconsiderar la vieja estrategia antivectorial en la lucha contra la leishmaniosis canina. Consiste básicamente en interceptar la picadura de los flebotomos mediante la aplicación tópica de insecticidas sobre el perro en forma de loción, collares, pulverizadores, o soluciones tópicas en spot on (pipetas). Además de la reducción de las picaduras de los flebotomos, el objetivo fundamental que se persigue con esto es el control de la enfermedad mediante la interrupción de la transmisión del parásito. Ponedlo en práctica que funciona.

Hasta que no se consiga una prevención de la enfermedad mediante vacunación, según mi punto de vista ésta es la más eficaz prevención de la misma junto con el control de casos humanos: el diagnóstico precoz y tratamiento de los perros infectados y la detección de la seroprevalencia y desgraciadamente el sacrificio de perros seropositivos en colectividades.

3 comentarios en “Leishmaniosis en los perros, mitos y realidades (y II)

  1. Muy interesante y documentado en las dos partes, pero creo que hay un error porque he leído en varias ocasiones que uno de los grandes problemas de estos mosquitos es que pueden desplazarse más de dos kilometros desde su nido. Me gustaría saber los insecticidas con piretroides. El resto chapeau.

  2. Hombre si el flebotomo es llevado por una corriente de aire pues a lo mejor recorre dos km o más depende de las zapatillas que se haya puesto.

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