Los coyotes son monógamos

Al menos los de áreas urbanas

Los coyotes son monógamos. Algunas parejas permanecen toda su vida juntos.

La monogamia en los coyotes y otros cánidos como el zorro ártico, aunque en diferentes grados, se conoce desde hace tiempo, pero no ha sido hasta ahora cuando ha sido demostrada mediante un ambicioso estudio en las áreas urbanas de Chicago.

¿Coyotes urbanos?
Los coyotes (Canis latrans) se han adaptado a los entornos urbanos o semi-urbanos de Noteámérica. Comida fácil y abundante, aparte de una relativa seguridad, son responsables de su adaptación. Sin embargo, estas circunstancias son precisamente contrarias a  las «teorías de Casanova», según la cual los en entornos con abundantes recursos los apareamientos deberían ser fundamentalmente polígamos (como sucede con los perros). En los lobos la estrategia de reproducción se puede considerar «mixta», mientras que existe una pareja estable, en los núcleos familiares se pueden producir apareamientos de otras hembras con lobos machos que vagabundean por los alrededores.

El estudio sobre los coyotes
Se capturaron y analizaron 236 coyotes desde 2000 a 2006 en el área de Chicago (con una población estimada de 1.000-2.000 coyotes), los seguimientos se realizaron mediante telemetría y antes de ser liberados fueron analizados sus marcadores genéticos… Los resultados reflejaron que casi el cien por cien de los coyotes eran monógamos. Ningún coyote cambio de pareja mientras que su compañero/a seguía vivo. También se estudiaron 18 camadas (96 cachorros en total) entre las que se encontró un único caso en el que la camada procedía de dos padres. Algunas parejas de coyotes han sido identificadas durante periodos muy amplios de tiempo (2000-2010), hasta 10 años después, lo que sugiere que la monogamia es también muy duradera en el tiempo.

Los coyotes son monógamos. Algunas parejas permanecen toda su vida juntas.

No se identificó ni un solo coyote que cambiara de pareja mientras que su compañero/a permaneció vivo/a

Los autores del estudio aseguran que esta estrategia reproductiva conlleva una serie de ventajas: por un lado los machos tienen un claro interés en cuidar de su prole ya que existe la seguridad de que son suyos, una especie de «vigilancia genética». Y por otro lado, la monogamia es también responsable de que no existan híbridos con perros, y la especie permanezca pura.

• Más información: El estudio ha sido publicado en la revista Journal of Mammatology.

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