Pit bull… ¿o no es un pit bull?

Identificar a un «pit bull» no es nada sencillo

Cachorro de pit bull.

La leyes de Perros Potencialmente Peligrosos (BSL en el mundo anglosajón) establecen una serie de medidas y limitaciones para la tenencia de perros con una determinadas características físicas. Muchas razas de engloban en estas «listas malditas», pero bajo el paraguas «pit bull» se encuentran demasiadas variables.

En la actualidad muchas leyes PPP (incluida la española) además estigmatizar a algunas razas, se han encaminada a las características físicas del perro (por ejemplo un peso corporal superior a 25 kilos) para valorar su potencial peligrosidad en un posible caso de agresión a personas o a otros animales. Pero, por desgracia, en todos los países del mundo, la raza «pit bull» se han convertido en sinónimo de perro potencialmente peligroso (en muchos países incluso está directamente prohibida su tenencia). Llegados a este punto la pregunta es obvia ¿cómo podemos saber si un perro es un pit bull, o es de otra raza, por ejemplo un cruce de labrador?

Identificando a los pit bull
Identificar a simple vista a un perro como «pit bull» es muy atrevido, incluso para personas expertas como lo pueden ser los empleados de albergues caninos en un país con tantísimos pit bulls como Estados Unidos. Y para demostrarlo, traemos este interesante estudio de la Universidad de Florida…

El estudio se centró en la precisión (o no) con la que el personal de un refugio identificó a los perros del albergue como «pit bulls».  Pero el llamado genéricamente ‘Pit Bull’ en realidad no es una raza reconocida, sino un término que se aplica a los perros derivados de la herencia de razas American Staffordshire Terrier o Staffordshire bull terrier.

El American Pit Bull Terrier también se deriva de estas razas y con frecuencia se incluye bajo la definición amplia de «pit bull»

Evaluaciones personales Vs análisis de ADN

La Dra. Julie Levy jugando con un pit bull antes de ser adoptado en el albergue del condado de Alachua. (Foto de Mindy Miller.
La Dra. Julie Levy -autora principal del estudio- jugando con un perro ¿pit bull? antes de ser adoptado en el albergue del condado de Alachua. (Foto de Mindy Miller).

Las evaluaciones de razas analizadas se realizaron sobre 120 perros, por parte de 16 miembros del personal del refugio, incluyendo cuatro veterinarios, en cuatro refugios diferentes. De estos 16 miembros del personal, todos tenían al menos tres años de experiencia de trabajo en un ambiente de refugio. Posteriormente, los investigadores tomaron muestras de sangre de los perros, desarrollaron perfiles de ADN para cada animal y se compararon los resultados contra las evaluaciones iniciales del personal.

«Hemos encontrado que incluso entre los diferentes miembros del personal del refugio que evaluaron los mismos perros al mismo tiempo, sólo tenían un nivel moderado de acuerdo entre ellos», dijo la Doctora Levy, autora del estudio. Los resultados del estudio también mostraron que mientras que las limitaciones en los perfiles de ADN disponibles hacen complicada la identificación absoluta de una raza concreta, cuando la identificación visual se comparó con los resultados de las pruebas de ADN, los «aciertos»  en el estudio fueron aún peores.

Los perros con ADN herencia de raza pitbull se identificaron sólo en un rango del 33 al 75 por ciento de las veces. Y los perros sin ninguna herencia de ADN de estas razas relacionadas con pit bulls… ¡fueron etiquetados como pit bull de forma completamente errónea hasta en un 48 por ciento de las encuestas!

• Más información: Universidad de Florida.

https://www.youtube.com/watch?v=o_pWKcTvCM8

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