La natación en los perros

Un ejercicio muy beneficioso

Labrador retriever nadandoCon la cercanía de la Semana Santa somos muchos los que nos llevaremos a nuestros amigos a playas y embalses. En la mayoría de las playas no está prohibido casi nada… excepto los perros. Aún así, es posible que encontremos lugares aislados, horarios permitidos o lugares en los que simplemente sí están autorizados. Llega el momento de tener en cuenta que, aunque parezca increíble, no todos los perros saben nadar. Si es su primera vez, siempre habrá que practicar un poco antes para asegurarnos de que nada «aceptablemente». Por poner un ejemplo, los bulldog francés son el claro ejemplo de mal nadador, pero eso no quiere decir que no puedan disfrutar del agua, en el otro extremo el terranova o el labrador, auténticos perros «anfibios». En cualquier caso, siempre tendremos cuidado con:

  • En el mar, atención a las mareas y olas/resaca. Mejor en una zona tranquila.
  • En los ríos, lo mismo pero con las corrientes y/o remolinos.
  • Cuidado con la hipotermia. En el agua se pierde mucho más calor que en el aire.
  • No forzar el ejercicio a los perros que padezcan problemas articulares en la arena de la playa.
  • No fuerces nunca a un cachorro a introducirse en el agua.
  • Siempre estaremos cerca de una zona accesible, con poco desnivel, en la que el perro pueda salir con facilidad del agua cuando lo desee.
¿Por qué es beneficiosa la natación en los perros?

Para el aparato respiratorio. El ejercicio aeróbico en agua es mucho más exigente que en tierra firme. En perros jóvenes, con un plan de entrenamiento adecuado, se pueden conseguir resultados asombrosos en desarrollo y resistencia.

Para el aparato locomotor. En el agua no existen los impactos contra el suelo, el perro no puede saltar, ni cambia de dirección forzando las articulaciones. Sólo actúan los músculos, mientras que el esqueleto «flota». De esta forma los músculos se fortalecen sin castigar las articulaciones. Por este motivo, la natación es el mejor ejercicio para perros aquejados de problemas como la displasia o la osteoartritis, lógicamente, con un plan de ejercicios continuado de varias veces a la semana, y personalizado en frecuencia e intensidad para cada ejemplar y sus circunstancias particulares.

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