Adiestramiento ¿por qué funciona el clicker?

Memoria asociativa, la clave para «cargar» el clicker

Es curioso observar cómo el clicker empleado como herramienta útil a la hora de enseñar habilidades concretas, e incluso adiestramientos complejos (trickdogging, dogdancing…), cuenta con un buen número de seguidores en todo el mundo… mientras que en nuestro país no acaba de despegar y sólo se emplea en algunos círculos cercanos a los profesionales caninos.

Errores comunes

Seguro que habrás visto en alguna ocasión a alguien haciendo “castañuelas” por el parque, mientras que su perro permanece ajeno a todo tipo de instrucciones y sonidos… yendo “a lo suyo”. Hay incluso quien piensa que el clicker se comporta como un silbato de entrenamiento, o que los perros nacen comprendiendo que ese “click click” ya es una instrucción en sí misma. Como todo, el clicker es un instrumento fabuloso, que nos puede ayudar sobremanera en la educación de nuestros perros, pero sólo si se utiliza de la forma adecuada. Por sí solo apenas es poco más que un pedazo de metal y plástico.

Otro error común, o falsa creencia, es pensar que el clicker sólo «funciona» con cachorros. No lo dudes, con un poco de método el clicker será igual de efectivo con cachorros que ante perros adultos.

Clicker ¿por qué funciona?

A la postre, el clicker no es otra cosa que un instrumento que nos permite comunicarnos con nuestro perro de una forma clara, directa y rápida. Es el sustitutivo del “¡muy bieeeen!”, y funciona mejor que las palabras porque siempre suena igual (las palabras cambian de entonación) y sobre todo, porque es instantáneo (antes de adiestrar con clicker… previamente deberíamos adiestrarnos nosotros mismos para usarlo y ser rápidos). Algunos adiestradores enseñan a sus perros con monosílabos (es algo habitual, por ejemplo, en los mushers de trineos), pues bien, el clicker no deja de ser lo mismo, sólo sustituimos la imprecisión del humano por la precisión de una pequeña lengüeta metálica. En definitiva, el “click click” es sólo un sonido que el perro asocia con algo positivo (recompensa) o, lo que es lo mismo: memoria asociativa pura y dura.

Pero claro ¿hemos dicho “memoria asociativa”? Correcto, antes de que el clicker “funcione” el perro debe haberlo asociado con algo positivo, es lo que en el argot canino se denomina “cargar el clicker”.

Cómo “cargar el clicker”

Primera condición: un lugar tranquilo y sin distracciones, mejor en casa. Segunda condición: disponer de un clicker (obvio) y un puñado de suculentos premios (por ejemplo rodajitas de salchicha -pequeñas, se trata de premiar, no de alimentar-).

El procedimiento es muy sencillo: Nos sentamos frente al perro reclamando su atención (será fácil, él ya sabe que hay salchichas de por medio, aunque no se las debemos mostrar de momento…). Hacemos «click» con una mano, y en ese preciso instante le damos el pedacito de comida con la otra (antes del «click» no debe haber comida, ni movimiento por nuestra parte). Repetimos el mismo proceso unas cuantas veces, por ejemplo diez o quince, después iremos dejando un tiempo variable entre acción y acción (click-salchica… 5 segundos de pausa… click-salchicha… 30 segundos de pausa… click-salchicha… 5 segundos de pausa. Al día siguiente realizaremos el mismo procedimiento (mejor si cambiamos el lugar, para evitar que el perro asocie cosas que no deseamos, sólo debe ser “click-premio”). Así durante unos pocos días. Por regla general, en dos o tres sesiones el perro habrá asociado absolutamente el sonido del clicker con las recompensas, reaccionando ante el «click» con alegría. ¡Ya hemos “cargado” el clicker, podemos empezar a trabajar con él!