“Existen importantes diferencia a la hora de interpretar el lenguaje humano, según la raza de la que se trate”.
Márta Gácsi, de la Universidad Eötvös en Hungría ha realizado junto a un equipo de investigadores un estudio en el que el objetivo era examinar y contrastar la capacidad para interpretar el lenguaje humano (fundamentalmente los gestos) en las diferentes razas de perros. Dado que el perro ha sido seleccionado para vivir con humanos desde hace más de 10.000 años, este estudio podría aportar luz sobre la propia evolución de las habilidades comunicativas de los humanos. Sin embargo, una de las primeras conclusiones es ya de por sí muy interesante: Existe una enorme diferencia en la capacidad para interpretar el lenguaje humano según la raza de la que se trate.
Perros pastores, perros visuales
Así, los perros pastores son los primeros, los más hábiles a la hora de interpretar los gestos del hombre. Mantienen un contacto visual directo con el hombre, y son capaces de aprender con rapidez el significado de los gestos que transmiten órdenes complejas (gira, trae, lejos, centro…). Los perros de guarda, por el contrario, trabajan solos, sin órdenes directas, y durante miles de años no han necesitado interpretar órdenes complejas… ni gestos.
La importancia morfológica
Además de lo anterior, el estudio ha demostrado que la forma de la cabeza también es importante. Los perros pertenecientes a razas con mayor visión binocular (con los ojos situados al frente del cráneo y una ubicación óptima de la retina, que les proporciona una superior agudeza visual), tienen de nuevo más capacidad, los que presentan una fisonomía craneal en la que los ojos se encuentran a cada lado del cráneo son menos visuales.
Según Gácsi, el resultado de estos estudios demuestra que hay que tener mucho cuidado a la hora de comparar el comportamiento del perro con el lobo, ya que después de miles de años de selección por el hombre, ni siquiera se podrían comparar razas diferentes pertenecientes a la misma especie Canis familiaris.
Más información: Behavioral and Brain Functions.
N. de la R.: Ya en los años 50, Jay Sisler afirmaba que el primer ejercicio que enseñaba a sus pastores australianos era «mirarle», después vendría el adiestramiento.
Como todos los estudios tendrá su razón pero yo lo habría asegurado y firmado sin haberme gastado los miles de euros que seguro ha costado. Lo mismo que Jay Sisler lo sabía sin una universidad avlanándolo ¿no?