Cómo mejorar la calidad de vida del perro mayor

En nuestra mano está que sus últimos años con nosotros sean igual de felices que los primeros

Cómo mejorar la calidad de vida del perro mayor.Hablamos en muchas ocasiones del cachorro recién llegado a casa, de sus cuidados, alimentación, adiestramiento… pero el perro “mayor” que nos ha acompañado durante toda su vida tiene también unas peculiaridades y necesidades acordes a su edad. En nuestra mano está que sus últimos años con nosotros sean igual de felices que los primeros.

Un perro se considera “mayor” o “senior” para los amantes de los anglicismos, en el último veinte por ciento de su esperanza de vida. Por ejemplo, en razas que la estadística contemple una vida promedio de diez años, lo consideraremos como tal a partir de los ocho.

Cambios degenerativos que son naturales
En esa etapa se sucederán una serie de cambios degenerativos en su organismo (sí, exactamente igual que nos sucederá a todos y cada uno de nosotros), aparte de posibles complicaciones en dolencias que ya padeciera con anterioridad (crónicas o no).

Dentro de esos cambios destacan los digestivos (menos tolerancia a determinados alimentos) y músculo-esqueléticos (la aparición de artritis es muy frecuente). También la pérdida de visión y/o audición, que suele ser irreversible.

Cómo actuar y ayudarlo
En un perro joven, pletórico, quien más quien menos “ignoramos” las visitas al veterinario (tampoco vamos demasiado al médico hasta que cumplimos los 40, así que tampoco es de extrañar). Nos limitamos a las vacunas anuales y poco más. Pero con un perro mayor es muy importante que nuestro veterinario de confianza realice un chequeo completo al menos dos veces al año. Él podrá evaluar y realizar un seguimiento de las posibles dolencias de nuestro perro y cómo evolucionan.

Se trata de actuar con sentido común y respeto por quien nos ha acompañado durante tantos años

Pero si todo va bien y el veterinario no nos da instrucciones concretas, nosotros en la vida cotidiana también podemos aportar comodidad y calidad de vida a nuestros perros mayores con unas pautas muy sencillas:

Adaptar la comida, cantidad y frecuencia. Afortunadamente, en la actualidad se comercializan alimentos de alta digestibilidad destinados precisamente a los perros de avanzada edad, sin duda los más apropiados. Además, retomaremos las tres o cuatro comidas diarias, fraccionando la ración diaria para evitar sobrecargar el sistema digestivo. Beberá más agua, que debe estar siempre disponible limpia y fresca.

Cuidar y mejorar el descanso. Dormirá más tiempo y más profundo, evitaremos los sobresaltos y los cambios bruscos de temperatura. No importa si en su juventud dormía en la terraza a bajo cero… ahora debemos cuidar estos detalles y proporcionarle una cama cómoda, estable y una temperatura ambiente intermedia.

Ojo con el ejercicio y las articulaciones. El ejercicio es imprescindible, pero sin brusquedades ni sesiones maratonianas. Mejor salir muchas veces poco tiempo que pocas durante demasiados minutos. Andar a paso ligero es el mejor ejercicio, y si el perro no quiere correr nunca lo forzaremos con pelotas o similares. La mayoría de perros no muestran el dolor articular, y «eso» que interpretamos como cansancio puede ser dolor provocado por una artritis. Existen complementos alimenticios derivados de la Glucosamina que aliviarán estos problemas articulares, consúltalo con tu veterinario.

También, en casa, podemos hacer algo por él: si nuestro suelo es resbaladizo (baldosa, parquet…), colocaremos pequeñas alfombras en sus lugares preferidos, así facilitaremos los movimientos de levantar/tumbar para no castigar innecesariamente las articulaciones.

En definitiva, se trata de actuar con sentido común y respeto con quien nos ha acompañado durante tantos años. Él, seguro que lo haría.

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