«En todo trabajo con perros, incluidos los de familia, debemos diferenciar tres etapas: introducción o inicio, desarrollo o progreso y finalización o acabado».
Extracto de la documentación oficial:
“Primeras Jornadas de Adiestramiento del Perro de Familia“.
Por: Alfonso Espadas.
En la etapa de inicio primaremos el refuerzo positivo a la hora de enseñar (no podemos corregir cuando el perro no sabe lo que le pedimos); en esta fase crearemos comportamientos para posteriormente ponerlos bajo control del estímulo.
Haremos todo lo posible para que el perro asocie el trabajo y la obediencia con algo positivo y placentero para él. Iremos introduciendo las nociones de cada ejercicio, apoyándonos con todas las ayudas que necesite el perro, de forma que comprenda perfectamente lo que significa cada gesto o voz que emitamos, consiguiendo crear en el perro un esquema mental de sus posiciones y siendo nosotros el referente (espacial, visual, auditivo).
Construir correctamente los ejercicios en esta fase es vital para evitar futuros fallos y errores en la ejecución. Las sesiones cortas serán ideales pero también podemos hacer sesiones largas con períodos de descanso entre ejercicios. Trabajaremos preferentemente dinámicos-estáticos-dinámicos. (Gestual-verbal). (Refuerzo continuo-refuerzo variable).