La importancia de las zonas de esparcimiento y ocio para perros
Autor: Miguel Ángel Signes Llopis.
En Gandía (Valencia), localidad en la que resido, hay pocas zonas de esparcimiento y ocio -al igual que en otras muchas localidades de España- para que nuestros amigos incondicionales, los perros, puedan desarrollar su conducta gregaria, jueguen, se socialicen, entre otras cosas; siendo todo lo anterior muy importante para que gocen de una buena salud tanto física como mental.
Lo primero de todo quiero empezar este artículo comentando las semejanzas que tenemos los humanos y los perros. Ambas especies somos mamíferos, gregarios y jerárquicos. Otra igualdad a destacar que nos une es la capacidad de imprinting heteroespecífico, es decir: la tendencia a identificarnos como miembros de nuestra especie a la vez que aceptamos a otra.
Gregarismo
Según Pozuelos (2007): “Una definición evolutiva del concepto de gregarismo podría ser la tendencia que tienen determinadas especies a vivir juntos optimizando, de esa forma, sus factores de supervivencia y reproducción. El gregarismo que favorece sobre todo al instinto de supervivencia y la pérdida por expulsión del grupo supone, para el animal, una baja considerable en su tasa de aptitud que puede llevarlo incluso, a su desaparición como individuo”.
El perro como animal gregario en su comportamiento social, tiene unas necesidades de relacionarse e interactuar tanto a nivel intraespecífico como interespecífico, por lo que no debería ser privado de esto; al igual que nosotros, los humanos. En caso de ser privado estaremos ante perros poco equilibrados y que pueden llegar a sufrir problemas de comportamiento, entre ellos de agresividad, y éste es un problema muy grave y de alarma social.
“Cualquier estímulo cariñoso es de valor para Homo sapiens y el del perro es de alto valor”. (Pozuelos, 2010). En efecto, sólo hay que ver las personas que no tienen hijos -o que no pueden tener hijos- y tienen perros, y el bien que les hacen. Ni que decir del alto valor que tienen en personas con discapacidad o necesidades especiales mediante la utilización de esta especie en Intervenciones Asistidas con Animales en las que se obtienen muy buenos resultados mejorándoles su calidad de vida y su integración social. Verdaderamente, bajo mi humilde opinión, las personas que no tienen perro “no saben verdaderamente lo que se pierden”.
«Tanto en el Canis familiaris como en nuestra especie, la conducta gregaria ha evolucionado por lo que la misma es adaptada y la llevamos en los genes».
La importancia del juego en los perros
El juego es muy importante sobre todo con miembros de su misma especie, aunque también con miembros de la nuestra.
Con el juego los cachorros están estableciendo su jerarquía; mediante los “juegos de guerra”, se están socializando y además están aprendiendo a controlar la mordida.
La inhibición de la mordida la aprenden, entre otras formas, jugando, y esto se puede ver en cualquier parque cuando hay una interacción de juego entre ellos (también en las manadas de lobos o de perros en libertad). Cuando uno de los cachorros que están jugando se queja (chillidos que suenan como ¡Yaii… Yaii… Yaii…!) por una mordida más fuerte de lo «normal», se puede comprobar que el juego finaliza inmediatamente. El que ha mordido más fuerte, si pasado un rato quiere seguir jugando con el otro cachorro, no le queda otra que inhibir el mordisco ya que si no lo hace no hay juego, es decir: un quejido de dolor es igual a una pausa en la sesión de juego que estaban disfrutando. Con lo cual al final el que inhibe el mordisco ha aprendido la lección: “si muerdo fuerte no hay juego, si muerdo flojo sí hay juego”.
También es fundamental que nuestros perros jueguen con nosotros. No sólo lo tienen que hacer saliendo detrás de un pelota que les tiremos o que nos tire del mordedor para quitárnoslo, sino que también se juega con ellos mediante -por ejemplo- el adiestramiento con el clicker, y ya se aprovecha por un lado que se está jugando con él y por otro que se le está educando o adiestrando -bien a obediencia o a habilidades- y como dice el refrán “matamos dos pájaros de un tiro”.
«Los perros al igual que las personas sufren estrés, y éste es un indicador fisiológico de bienestar animal».
Estrés y bienestar animal
Los perros al igual que las personas sufren estrés, y éste es un indicador fisiológico de bienestar animal.
Según Mateos (2003): “El concepto de bienestar animal hace referencia a la salud física y mental de los animales, a la necesidad de garantizar su eficacia biológica y su adaptación sin sufrimiento, y a la obligatoriedad de atender tanto a sus necesidades fisiológicas como etológicas”.
El estrés es acumulativo y en un perro que sufra estrés crónico sus umbrales de agresividad y miedo disminuirán, con lo cual estas dos reacciones se desencadenarán más fácilmente y ante estímulos cada vez menos predecibles. Además, un perro muy estresado puede mostrar un aumento en la defecación, tener vómitos, diarrea, temblores y padecer polifagia (excesivo deseo de comer), pica, anorexia, polidipsia (aumento anormal de la sed que lleva a la ingestión de grandes cantidades de agua), conductas anormales y estereotipias, lo que nos indicará que su bienestar se encuentra comprometido ya que todo lo anterior repercute en la capacidad del animal para poder competir o adaptarse al medio. Por eso es muy importante la ausencia de estrés en los perros.
La estimulación física de los perros es imprescindible, y sería conveniente -además de la realización de paseos para que les baje el estrés-, que jueguen con otros perros o personas -realizando ejercicio físico-. Todo lo anterior con el objetivo de aumentar los niveles de serotonina en sangre y relajar al animal para que le pueda permitir desarrollar su conducta exploratoria, lo que los equilibrará física y mentalmente.
Necesidades fisiológicas y etológicas
No se puede ni se debe privar a estos animales de sus necesidades fisiológicas y etológicas.
Nuestros perros, además de tener unas necesidades fisiológicas (comer, beber, resguardarse del frío, marcar el territorio con orina y heces…) también tienen unas necesidades sociales y de comportamiento, que deben satisfacerse siempre que sea posible.
Dentro de los comportamientos de la especie tenemos la conducta compleja de caza que incluye estos displays: busca y rastrea (ve, oye y olfatea), persigue, caza, manipula (ingiere, porta, esconde) por lo que habría que satisfacer esa conducta mediante la utilización de pelotas, mordedores, apports… Y esto es lo que están haciendo mediante el juego con otros perros y personas, que como he mencionado anteriormente es muy importante para su salud física y mental. En dichos juegos se realizan muchas actividades que son imprescindibles para la formación y buena educación de los perros adultos, así como de los futuros perros adultos, puesto que entre ellos mismos aprenden conductas que son correctas y establecen su jerarquía.
También dicha conducta compleja de caza ha evolucionado por lo que la misma es adaptada y los perros domésticos la llevan en los genes.
Hay que tener en cuenta que no hay mejor maestro/a para un cachorro -así como con perros que tengan miedo a personas y otros perros- que el estar ante perros adultos bien equilibrados de los que puedan aprender lo que es correcto.
Conclusión
Por todo lo anteriormente expuesto, considero imprescindible -y espero que tomen nota las autoridades competentes- que se hagan zonas de esparcimiento y de ocio para perros donde puedan dar salida a sus necesidades fisiológicas y etológicas, para prevenir el estrés y que gocen de una buena salud física y mental. Con lo cual toda la sociedad salga beneficiada ya que estaremos ante perros generalmente equilibrados.
Me gustaría concluir con los beneficios que estos parques aportan a los dueños de los perros (en las ciudades que disponen de ellos): poder disfrutar de sus mascotas al aire libre, fomentar las relaciones interpersonales y de amistad con los dueños de los otros perros, realizar ejercicio físico (tan necesario para la salud) y en definitiva tener un rincón donde relajarse tras una jornada laboral.
Bibliografía.
Mateos, C. (2003): Bienestar Animal, Sufrimiento y Consciencia. Universidad de Extremadura, Servicio de Publicaciones, Cáceres.
Pozuelos, A. (2007) en: Conceptos de Gregarismo, Jerarquía y Dominancia” (www.aepe.net). Consultado el 18/10/10.
Síiiiiiiiii necesitamos parques caninos en todas las ciudades de España!!!!!!!! Parques caninos YA!!!
Arriba Miguel!!!