Resulta llamativo cómo lo que denominamos «problemas de comportamiento canino» son en realidad «problemas de comportamiento humano». ¿Lo dudas? A continuación detallamos el «top ten» de los problemas caninos que nos llegan con más frecuencia a doogweb.
1. Se hace sus necesidades en casa y ya tiene tres meses… Dice el refranero que «nadie nace sabiendo», pero a eso le tenemos que unir una imposibilidad física por parte del cachorro de esa edad para controlar sus esfínteres. Simplemente su tránsito intestinal es más rápido ahora, y le es imposible aguantar. Se hace todo en casa por el mismo motivo que nosotros lo hacíamos en un pañal: ¡es un bebé de perro!
2. Se hace sus necesidades en casas y ya tiene ocho meses… Pues amig@, lo has hecho francamente mal. La naturaleza del perro es evitar hacer sus necesidades en su entorno, así que a nada que le ayudemos él mismo tenderá a ir acomodando sus ritmos a las salidas. ¿Sale lo suficiente, el tiempo necesario y con una rutina fija? ¿Le premias cuando lo hace fuera? ¿Aprovechas los «momentos clave» del cachorro para salir -después de comer, después de despertarse-…?
3. No me hace caso a la llamada. ¿Por qué no le damos la vuelta a la pregunta? Sería algo así como ¿Por qué tiene que hacer caso a la llamada? ¿Te has preocupado de ser lo suficientemente interesante para tu perro? ¿Has utilizado correctamente los «premios», refuerzos… o tal vez le has castigado cuando no viene y te has convertido en el motivo perfecto para no acudir a la llamada?
4. No se lleva bien con otros perros, es «muy dominante»… No es probable, puede que sea así, pero ¿Está bien socializado, ha vivido las suficientes experiencias cuando era cachorrito? Una deficiente socalización será causa de problemas con total seguridad. Si ya es un perro mayor costará tiempo solucionarlo.
5. Se sube a la gente, tira de la correa, ¡no me hace caso en nada!… Repetimos la misma pregunta de antes ¿Por qué tendría que hacerte caso? La obediencia básica se consigue con pocas repeticiones, es agradable para perro y dueño y el tiempo gastado en ella es la mejor inversión que se puede hacer. Aplica la fórmula PPP: Paciencia, Perseverancia y Premios. Y -muy importante- sé coherente en la educación.
6. Cuando nos vamos de casa llora, aúlla y rompe todo lo que encuentra… La ansiedad por separación siempre está entre los problemas más habituales. Tranquil@, tiene solución (pero que conste que si has llegado a este punto es que algo se ha hecho mal antes). ¿No es ansiedad por separación pero rompe cosas? Es posible que no tenga suficientes juguetes, o que no haya aprendido lo que son «sus cosas».
7. Se come todo lo que encuentra por la calle ¡Es un basurero andante! Claro, ¿y por qué no iba a comer lo que encuentra? Aunque el perro esté bien alimentado, la «basura» que encuentra son «chuches irresisitibles»… porque nadie le ha enseñado lo contrario, y que ignorar esos «regalos» supone algo mejor.
8. Se sube al sofá a la cama… Normal, son los sitios más cómodos de la casa ¿si desde pequeñito se subía al sofá y/o a la cama, por qué debería dejar de hacerlo? Una vez más, si nosotros no hemos sido coherentes en su educación, no podemos pretender que el perro sepa por sí solo lo que está permitido y lo que no.
9. Tiene miedo a todo, a los coches, a las maletas con ruedas, a las bicis… ¿Recuerdas el punto 4? Un cachorro es una esponja, y habituarle a su entorno en sesiones cortas sin estrés innecesario, pero continuas, es la mejor garantía para conseguir un perro equilibrado. Si ya es adulto hay que iniciar un programa de desensibilización (supervisado por un profesional).
10. ¡Se le ha «olvidado todo», antes «hacía caso» y ya no! Bueno, no es tan raro, seguro que aquellos cursos de inglés que hicimos hace unos años ya se nos han olvidado a nosotros también ¿verdad? Hay que refrescar la educación del perro cada cierto tiempo (y la nuestra), además el perro aprende durante toda su vida.
como puedo hacer cuando salgo con mi perro para que no corra tanto delante mio y no se ponga a morder la correa porque empieza mordiendo la correa y acaba agresivo conmigo, se va excitando poco a poco y aunque lo corrijo su excitacion es cada ver mayor. gracias
Pues hay dos caminos que yo sepa: 1 evitar que llegue a ese estado (parándolo antes de que empiece a cabrearse, se puede hacer desviando su atención a otra cosa p.e. pelota), 2 enseñarle una instrucción que sea «calma» (premiando los estados de calma y asociándolos a una instrucción).
Cristina, a lo mejor no es agresividad lo que percibes. Yo juego con mi perro al «tira y afloja» y él gruñe pero lo hace en plan juego, para nada demuestra agresividad. Mi perro cuando salía a pasear se ponía tan contento y estaba tan excitado que también se ponía morder la correa como un loco. Ahora cuando voy a pasear no le digo nada y hasta que no se tranquiliza no salimos a la calle.
Me encanta este artículo. El razonamiento hecho en él es de lo más sencillo y elegante.
Gracias por los apuntes J.A.R. y kuno. Lo cierto es que sin ver el caso concreto del perro de Cristina no se puede saber si es -como bien comenta kuno- simple juego un poco «pasado de vueltas», o una cierta competitividad que pueda incrementarse en intensidad si no se para… Saludos.