Desde pequeños errores que se pueden solucionar con facilidad, fallos del guía en la comunicación gestual con el perro, equivocaciones «de libro» en las zonas de contacto (sobre todo con los impetuosos malis, atención al minuto 9:30)… y algunos percances que afortunadamente se quedan en simples revolcones. Este tipo de vídeos son una excelente herramienta para el aficionado al agility, que puede encontrar el origen de los fallos y esos pequeños defectos en la ejecución que pueden suponer unos segundos preciosos en la clasificación.◊