Jane Kelsall entrevista a José Antonio Gómez (Grupo Yaakun)

¿Qué hizo que centraras tu trabajo en las emociones de los perros?
En un primer lugar en mi experiencia en los trabajos técnicos en el adiestramiento deportivo, parece ser que había algo que no me estaba permitiendo conseguir mis objetivos como yo quería, ya que por muy bien que aplicara ciertas técnicas y que por muy actualizadas que fueran los resultados no salían como yo quería, hasta que pude comprender que me estaba dejando algo muy importante y era cómo me sentía yo y mi perro cuando hacíamos adiestramiento y competíamos juntos.
En un segundo lugar en mi experiencia en la modificación de conducta donde el día a día de trabajar con personas que tienen problemas en la convivencia con sus perros me hicieron entender que muchas de las técnicas que aplicaba se me quedaban obsoletas no pudiendo del todo llegar a solucionar algunos problemas, pero al llegar a comprender y sentir que las mismas emociones que provenían del entorno humano eran las responsables en mayor parte de mantener el comportamiento inadecuado de los perros entendí que no podía trabajarlos desde sólo un aspecto psicológico y aislado.
Desde el plano teórico parece fácil reconocer y entender que nuestros perros tienen emociones pero realmente lo importante y fascinante es sentirlas, esto te da la posibilidad de empatizar mucho más con ellos con lo cual se mejora enormemente la comunicación.
Realmente nuestras emociones y la de nuestros perros juegan un papel muy importante a la hora de conseguir resultados excelentes en las competiciones, en la modificación de conducta y lo que es más importante todavía en la convivencia con ellos.
¿De verdad crees que las emociones de las personas son tan importantes que influyen en la conducta de un perro?
Por supuesto, ellos se comunican especialmente através de la emoción y son capaces de sentir las nuestras en el día a día tanto cuando haces adiestramiento deportivo o simplemente cuando convives con ellos en el hogar. Realmente los perros tienen una capacidad de percepción muy desarrollada llamémosle un “sexto sentido” que les permite detectar -por muy sutiles que sean- nuestros cambios en nuestro estado de animo.
Si nosotros nos sentimos deprimidos, asustados, estresados, contentos, etcétera, a ellos les puede llegar a afectar manifestando y sintiendo esa misma emoción y lo que es peor desarrollando una conducta concreta. Saber mirar y preguntar a la emoción tanto en los perros como en las personas es lo más importante a la hora de intentar interpretar y mejorar una conducta inadecuada.









