Las 5 «causas» principales del abandono

El abandono de perros es una constante. Aunque las cifras de adopciones afortunadamente crecen en algunas estadísticas, en pocos días la cercanía de la Semana Santa supondrá la primera de las fechas críticas del año. Los perros regalados en Navidades han crecido, rompen cosas, exigen responsabilidades… y suponen una incomodidad para el ocio de muchas personas.

Se abandonan perros porque…
1. Exigen responsabilidades que hay que cumplir. Salidas, veterinarios, dedicación, educación. Nadie dijo que tener un perro fuera fácil.
2. Una vez que ha crecido no es lo que se espera de él. Producto de una compra por impulso, el cachorro crece y deja de ser un peluche para convertirse en un jovenzuelo alocado (primero) y en un perro adulto después.
3. Nacimiento de un hijo. Una de las «excusas» más absurdas. El binomio perro-niño es enriquecedor para ambos, son compañeros por naturaleza.
4. Problemas de comportamiento. Desde la ansiedad por separación hasta la agresividad, los perros inadaptados acaban en demasiadas ocasiones abandonados.
5. Ya no sirven. No es un caso frecuente entre los perros de compañía, pero sí entre los de trabajo o caza. Galgos, perros de pastoreo o de caza que no cumplen su función bien porque la temporada ha acabado (perros de caza) o porque no alcanzan las expectativas. En cualquier caso son perros que «ya no sirven» y son abandonados o asesinados en rituales tan crueles como el ahorcamiento de los galgos.

«Un perro es un perro y con comer y salir a la calle quince minutos es suficiente», es el lema…

Víctimas de la crisis
Una sexta «causa», cada vez es más frecuente el abandono de perros porque «no me puedo hacer cargo de él», o porque «me tengo que cambiar de casa a un piso pequeño» (mala excusa, un perro es feliz allá donde esté con los suyos, independiente del tamaño de la casa). De igual modo, los perros son víctimas habituales de las separaciones sentimentales. Hay casos en los que las demandas de custodia por los perros llegan a los tribunales, pero por desgracia son mucho más frecuentes otros muchos en los que los animales acaban en las perreras porque ninguno de los dos lo quiere consigo.

¿Y la solución?
Todos los abandonos tienen un punto en común: los llevan a cabo personas que nunca debieron haber tenido un perro. Si nos centramos en los perros de compañía, la falta de información es la causa número uno: no se conocen las necesidades del perro, las responsabilidades que conlleva, la educación  y se escogen las razas exclusivamente por motivos estéticos. El abandonador-tipo ignora cómo educar al perro y lo que es peor, no le presta importancia, atención, el tiempo necesario ni los recursos. «Un perro es un perro y con comer y salir a la calle quince minutos es suficiente», es el lema… y el resultado son perros infelices, desequilibrados, desplazados de las familias y finalmente abandonados.
No todo el mundo puede ni debe tener un perro como compañero en su vida, pero en una sociedad en la que todo se compra y se vende, los perros siguen mostrándose en las tiendas como si fueran objetos. Las personas inmaduras e inconscientes realizan compras de impulso habitualmente, cambian de móvil cada pocos meses, de zapatos, de ordenador, ¡y compran perros porque «son muy monos»! Nadie les informa sobre los sacrificios que supone que un perro conviva con nosotros. Y esos perros acaban abandonados poco tiempo después. Por eso desde doogweb apostamos por la tenencia responsable como el arma más importante que podemos emplear contra el abandono. Para que no haya perros abandonados, esos perros nunca debieron caer en las manos equivocadas. La información es imprescindible para concienciar sobre la enorme responsabilidad que supone hacerse cargo de un ser vivo.

Foto: Fundación Affinity.