Motivación, trabajo, estrés y felicidad en los perros

¿Dónde y cuándo está la felicidad para el perro?

Motivación, trabajo, estrés y felicidad en los perros.

Por: Juan Francisco Calle.

Vaya por delante que estas líneas no son otra cosa que un cúmulo de ideas. En doogweb encontrarás muchos contenidos prácticos, de actualidad, deporte, salud, alimentación, sobre etología o adiestramiento, pero éste no es más que un repaso ¿filosófico? sobre lo que observo en los diferentes eventos caninos y en la vida real… Opiniones acertadas, o no.

Eduard Punset, en su libro «El viaje a la felicidad» menciona el caso de su perra «Pastora» y cómo él interpreta que es más feliz durante el camino que le lleva a «algo» que consiguiendo el objetivo.

La felicidad está en el «durante», en la expectativa en vez de en el logro, y no es un planteamiento en absoluto descabellado.

He visto perros de agility sometidos a unos niveles de estrés intolerables, y otros felices en cada obstáculo. Perros presentados a una exposición que no soportan el ambiente, perros de ring con estereotipias más que evidentes, y también todo lo contrario perros de defensa con un temple espectacular.

Pero todos tienen una cosa en común: los perros no son dueños de sus destinos. Todos esos perros se han preparado para algo por el ser humano (para ser un animal de compañía, para practicar un deporte o un trabajo), no han sido los perros los que un buen día han amanecido con una motivación en sus vidas «¡quiero ser estrella de agility!» es algo que no ha salido de la boca ni de la mente de ningún perro.

Acerca de la motivación
Lo primero y más importante es conseguir motivación en el perro, y eso no siempre es fácil. De hecho no todos los perros sienten motivación por las mismas actividades para las que se supone fueron seleccionados.

Las Pruebas de Aptitudes Naturales (PAN) realizadas por los diferentes clubes de raza se encargan de evaluar este aspecto, y no todos los perros las pasan. Un labrador puede no estar interesado en absoluto por la caza, o un pastor alemán puede ser de carácter débil… Pertenecer a una raza concreta predispone, pero no conlleva al cien por cien unas aptitudes concretas.

Pero nos empeñamos en modificar los comportamientos naturales de nuestros perros (desde el momento en el que les ponemos un collar y una correa ya lo estamos haciendo), y en algunos casos los destinamos a cometidos concretos. Las grandes instituciones (ejército, policía, ONCE…) realizan una selección previa (razas, progenitores), y varias posteriores (por enfermedad, aptitud…), hasta llegar a unos pocos individuos que sean capaces de superar las diferentes etapas.

Pero nosotros no podemos, con suerte tal vez tengamos dos o tres perros, y si lo que queremos es conseguir lo mejor de ellos en cualquier actividad la primera clave es la motivación.

En el perro adulto motivar correctamente dependerá de su propia genética, las experiencias previas y de la habilidad del guía…

De la motivación al trabajo, o del trabajo a la motivación
Motivar a un cachorro es sencillo. Todo es nuevo, y todo sirve para despertar su interés. En perro jóvenes la frontera con la excesiva excitación es difusa, y en el perro adulto motivar correctamente dependerá de su propia genética, las experiencias previas y de la habilidad del guía… pero eso es otra historia.

Las motivación puede llevar a un trabajo bien hecho, pero claro «la felicidad está en el camino, no en el fin», y llegado este punto me pregunto si para conseguir un objetivo (desde que el cachorro no muerda un mueble, hasta una presa perfecta en el ring francés) vale todo, o no.

Se puede conseguir un trabajo impecable por diferentes medios (infinitos, son tantos como combinaciones guía-perro) pero no todo vale. Y ahora comprendo dónde está la diferencia entre esos perros que ves trabajando con una felicidad infinita, y esos otros que son autómatas o son lentos, tristes.

El responsable de esa actitud en el perro es el guía, y más concretamente su capacidad para motivar durante el aprendizaje. Son perros que han «aprendido bien», y después «trabajan bien». Han sido felices aprendiendo y después son felices en su cometido.

Trabajo con estrés… sí, pero cuidado
Ya hemos hablado en otras ocasiones de la importancia del estrés positivo en el aprendizaje del perro, y lo peligroso que resulta cuando se acumulan demasiadas situaciones estresantes.

Desde la estimulación temprana hasta el adiestramiento avanzado, el estrés siempre está presente, y de nuevo siempre es el guía quien debe saber hasta dónde llega su perro, cuando «apretar» y cuándo «aflojar». Demasiados perros de deporte o trabajo salen a la competición con excitación, muy presionados, y son perros con aptitudes, pero que se equivocan con facilidad. Equivocación-corrección-equivocación-corrección… estrés-frustración-estrés-frustración: Mal resultado.

En las pistas de agility (deporte al que asistimos con frecuencia) no es raro ver dos prototipos de participantes:

1. Perros que chillan, con claras señales de estrés, que no aguantan en la salida, dudan en algunos obstáculos… Estos perros suelen ir acompañados de un guía «gritón» y nervioso. El lenguaje corporal es inexistente o, lo que es peor, confuso.

2. Perros que no ladran, aguantan en la salida el tiempo que sean necesario, y que superan obstáculo tras obstáculo como si flotaran. El circuito fluye bajo sus patas… y en muchos casos sus guías no emiten una sola palabra en todo el circuito. Su lenguaje corporal es clarísimo, no hace falta más. Es magia, pone los pelos de punta.

Por supuesto que no todos los perros se pueden englobar en uno de estos dos grupos. Pero son los extremos que nos valen para entender el siguiente punto ¿hasta qué punto importan las emociones?

Las emociones en el adiestramiento (aprendizaje) son de gran ayuda para mejorar la comunicación claro que sí, son imprescindibles, pero en el deporte, en el trabajo y en la vida real…

A veces interfieren. De hecho, en el ejemplo anterior, «el perro-guía 1», transmite continuamente emociones negativas (exigencia desmesurada, enfado ante el error, frustración), mientras que en «el perro-guía 2»  sólo -que no es poco- hay comunicación. Las emociones están presentes antes (aprendizaje) y después (objetivo cumplido), pero no «durante».

Motivación, trabajo, estrés y felicidad en los perros.

No importa el cometido (eso es una invención del hombre), importa el camino y que el perro sea feliz

¿Pero no habíamos dicho que la felicidad está en «el camino», no en «el objetivo»?
Pues sí (ya te avisé que en estas líneas no encontrarías soluciones, sólo opiniones). Pero no es ninguna incongruencia: el conjunto que hemos llamado «perro-guía 2» lo cumple a la perfección: el perro es feliz en el «durante» (en el aprendizaje también), entran en juego las emociones (entrenamiento), existe comunicación (gestual) y una vez finalizado (circuito terminado) hay más felicidad (refuerzos). También hay estrés (el justo), exigencia (la que puede soportar ese perro en concreto). La conclusión a la que llegamos finalmente es que son perros felices en el «durante» por una sola razón: hay comunicación. El perro sabe lo que se espera de él, porque el guía sabe comunicárselo.

Así la secuencia de acontecimientos para que el perro trabaje con alegría, para que sea un perro feliz sería: comunicación-motivación-trabajo-felicidad.  Y si conseguimos que el perro alcance ese momento en el que el trabajo ya no es el camino para un refuerzo, sino que el trabajo es en sí mismo el objetivo. Entonces tendremos el mejor perro del mundo… de compañía, de terapia, belleza, agility, mondio… No importa el cometido (eso es una invención del hombre), importa el camino y que el perro sea feliz.

2 comentarios en “Motivación, trabajo, estrés y felicidad en los perros

  1. Me ha encantado el artículo, estoy totalmente de acuerdo con tu opinión. La motivación lo es todo y mucho mas cuando hablamos de aprendizaje y cometidos, en el mundo humano y canino. La comunicación juega un papel crucial en el desarrollo de la motivación en nuestros perros.
    Muy bueno.
    Saludos.

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