Entrevista con Carlos Alfonso López García (EDUCAN)
Carlos Alfonso es el Director Técnico de la empresa de adiestramiento y formación EDUCAN, la mayor empresa del sector en Europa, con veinte delegaciones en España llevan a cabo más de mil quinientos adiestramientos y modificaciones de conducta y forman a casi quinientos profesionales del adiestramiento cada año (Ver currículum detallado al pie).
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Al grano desde el principio Carlos… Cognitivo emocional, ésa es la definición, pero si hubiera que detallar un poco más este tipo de adiestramiento en unas líneas ¿Cuáles serían los puntos fuertes, las ventajas de esta metodología?
Lo principal del adiestramiento Cognitivo Emocional es que nos devuelve a la idea original que todos teníamos cuando empezábamos a aprender a adiestrar: que el perro trabaje con nosotros por el gusto de realizar una actividad conjunta con su guía. Nos hemos ido habituando a pensar que el perro sólo se mueve por refuerzos individuales (comida, pelota…), porque nos lo han repetido una y otra vez: ¿quién no ha oído que los perros son animales egoístas que necesitan obtener un beneficio individual para generar conducta? Esta era una idea que tomó auge en los años cincuenta del siglo pasado, con el “boom” del condicionamiento operante pero que hoy se ha demostrado incompleta. Los perros son capaces de generar un increíble caudal de conducta por motores sociales, principalmente por afecto, son las técnicas de entrenamiento que se basan únicamente en refuerzos individuales las que educan a los perros para volverse egoístas: si yo trabajo durante años a un perro haciéndole ver que su objetivo durante el entrenamiento es conseguir comida o un juguete no puedo esperar que después el perro active con normalidad su capacidad de recibir recompensas afectivas, es como si conociera a una persona que me cayese bien y el primer día que quedásemos le regalara un reloj de lujo, el segundo día un coche deportivo, el tercero un móvil de última generación, el cuarto unas entradas para un espectáculo… ¿Qué es lo que crees que me va a preguntar el quinto día cuándo me vea?
Doogweb: Creo que te preguntará “¿Qué me traes hoy?”
Efectivamente, pero de ahí no puedo concluir que las personas seamos una especie egoísta, sencillamente yo he educado esa relación en concreto potenciando esas características. Eso es lo que hacemos con los perros cuando les adiestramos únicamente usando refuerzos individuales.
Es curioso que se considere que el perro no puede realizar conductas tan sencillas como sentarse o acudir con nosotros por refuerzos sociales cuando después todo el mundo acepta que un perro con ansiedad por separación, que al fin y al cabo es un trastorno afectivo, es capaz de generar conducta suficiente para destrozar una casa. Es cierto que el perro con ansiedad por separación tiene un afecto patológico, pero o aceptamos que un perro es capaz de generar conducta (¡y mucha!) por afecto o estamos afirmando tácitamente que cuando un perro siente afecto por su propietario está enfermo y debe corregirse: “Caballero, su perro le quiere y desea hacer cosas con usted. En unos meses le curaremos y sólo será capaz de actuar cuando le ofrezca comida o le castigue”. Parece un poco ridículo ¿no?
Lo cierto es que los refuerzos individuales son ideales para la primera enseñanza de las conductas y en adiestramiento C-E los usamos para este fin, pero una vez conseguido el aprendizaje inicial el afecto es un motor más potente para generar conducta, la principal diferencia del trabajo C-E con otros es usar diferentes motores para activar la conducta del perro según avanza el adiestramiento.
«Las principales dificultades -y las principales satisfacciones- siempre vienen de perros con problemas emocionales, como la mayoría de los casos de agresión y de miedos»
Pero claro… nada es infalible, cuéntanos algunos de los casos más complicados con los que te has encontrado, los que más quebraderos de cabeza te han dado… ¡o siguen dándotelos!
Bueno, el adiestramiento Cognitivo Emocional es una excelente manera de trabajar, pero también exige unas determinadas condiciones previas. La más importante es que se construya una relación afectiva y emocional de calidad entre el perro y quien lleva a cabo su entrenamiento, la principal limitación es esta. Hace unos años estaba impartiendo un curso en Chile y un entrenador me comentó que él adiestraba casi cincuenta perros al mes en régimen de residencia y que sólo interactuaba con ellos unos minutos al día durante las sesiones de entrenamiento, me preguntó cómo podía aplicar el adiestramiento C-E en estas condiciones y le tuve que responder que no podía, sin construir esa necesaria relación afectiva era más conveniente que se mantuviera en un modelo de entrenamiento que se centrase en los motores individuales de aprendizaje, como el condicionamiento operante, pues estos sí le permitirían progresar. Es como si yo pretendiera que alguien me ayude a hacer una mudanza sólo porque coincidimos todos los días en el ascensor ¿qué afecto existe ahí? Por eso las mudanzas siempre les tocan a los amigos, ellos sí tienen una relación afectiva que les hace implicarse en colaborar contigo.
Por otra parte las principales dificultades -y las principales satisfacciones- siempre vienen de perros con problemas emocionales, como la mayoría de los casos de agresión y de miedos, porque la manera de funcionar de las emociones está alterada, aquí el trabajo es reconstruir los mecanismos de gestión emocional para que el perro reinterprete el mundo de manera adecuada. Esto es trabajoso; tanto para los perros como las personas, es muy difícil cambiar nuestras emociones, porque son involuntarias y además muy consistentes. Creo que es donde obtenemos mejores resultados, pero también lo que nos hace sudar tinta china, afortunadamente en EDUCAN somos un equipo amplio y muy consolidado lo que nos permite apoyarnos unos en otros y tener siempre una visión fresca cuando nuestras emociones, que las emociones de los entrenadores también son muy relevantes en todo el proceso, nos hacen perder la perspectiva.
Pero si la clave del adiestramiento cognitivo emocional es la gestión correcta de las emociones del perro… tampoco es nada nuevo, Darwin ya lo sabía, ¿o es que se nos había «olvidado»?
Darwin era mucho Darwin y supo ver cosas que han tardado años en comprenderse o poder aprovecharse. Escribió “La expresión de las emociones en los animales y en el hombre” en el año ¡1873! Y ahora la neurociencia le está dando la razón en un montón de temas. Pero tú has dado en el quid de la cuestión: primero la visión racionalista del diecinueve y después la revolución que supusieron primero la psicología conductista y después la cognitiva habían dejado a un lado la emoción como algo incontrolable, poco relevante y opuesto al aprendizaje. Hoy, gracias a trabajos como los de Damasio en “El error de Descartes”, sabemos que la emoción es necesaria y mucho más relevante que la cognición para el aprendizaje y la conducta. Estamos en un momento de reconocimiento y estudio de la importancia capital de las emociones, algo que debe ser incorporado a los protocolos de entrenamiento de animales, no sólo de perros. En este momento llevo más de un año formando al equipo de entrenadores de mamíferos marinos del Zoo de Madrid, en un proyecto para que incorporen un modelo C-E de entrenamiento para los delfines y los leones marinos, y lo que más les sorprende es ver cómo se puede programar y evaluar el trabajo en base al estado emocional del animal. Teníamos un león marino que tendía a la agresión durante los entrenamientos: le construimos un espacio de calma (uno de los protocolos actuales de trabajo C-E) y ahora está disfrutando al máximo de su entrenamiento y de la relación con su entrenador. Los cambios son muy notables en todos los animales cuando la emoción pasa a ser tu primer evaluador de la calidad del entrenamiento. Sobre todo en la relación con el entrenamiento y su entrenador.
Profundizando un poco en las emociones de los perros, ¿cuáles son las que se «manejan» mediante el adiestramiento cognitivo-emocional?
Tenemos que manejar todas las emociones que puedan aparecer, algunas para cambiarlas, otras para que podamos reeducar la manera del perro de gestionarlas y, por supuesto, otras para conseguir el estado óptimo de entrenamiento que es lo que denominamos “concentración relajada” y que nos permitirá desarrollar el entrenamiento de manera fluida y deseable para el animal. Más que cuáles, la pregunta es cómo manejar y enseñar al perro a gestionar sus emociones, por ejemplo, hoy sabemos que los “picos” emocionales, ya sea en positivo o en negativo (sobre todo en negativo), dificultan la activación del auto-refuerzo, por lo que huimos de técnicas que metan al perro en una montaña rusa emocional.
«Un perro que trabaja para conseguir un trozo de salchicha y uno que desea evitar la activación de un collar eléctrico o un tirón de un collar de púas tienen exactamente el mismo grado de obligación: ninguno»
¿Y los llamados «motores sociales? A la postre motivar al perro es lo que todos deseamos, pero los detractores del adiestramiento cognitivo emocional argumentan que es «blando», que no existe «obligación» en el perro…
Empezando por el final de tu pregunta te diré que ya hace años que escucho dos tipos de crítica opuestas sobre el trabajo cognitivo: para alguna gente somos demasiado blandos y para otra demasiado exigentes. Creo que es algo consecuente con que estos últimos años se ha crispado mucho la visión del adiestramiento, haciendo que quienes tienen una visión más positiva del entrenamiento y quienes son más defensores del uso de presión y/o estímulos negativos sobre el perro se radicalicen en sus posturas, haciendo que los modelos de entrenamiento de animales que no están claramente en una u otra trinchera sean criticados por ambos lados. Realmente no puedo pensar mucho en eso porque estoy muy liado, en EDUCAN somos poco dados al proselitismo: en todos nuestros cursos se le indica a los alumnos que existen muchas maneras eficaces de entrenar a un perro, el trabajo C-E es sólo una de ellas, obviamente la que nosotros preferimos, pero desde luego no la única. En ocasiones agradecería que otros colegas mantuvieran esta misma postura, sobre todo porque la militancia sectaria en una u otra manera de adiestrar no ayuda en nada a quienes empiezan en esto y deben estar abiertos a conocer diferentes maneras de trabajar, aunque confieso que me gustaría que después de conocerlas todas eligieran el adiestramiento C-E .
Con respecto al concepto de «obligación», hay que decir que es algo difuso y poco claro, aunque soy un firme defensor de la exigencia en el adiestramiento debo reconocer que cuando oigo a alguien hablar de obligación siempre sospecho que se refiere a mucha presión o un uso preponderante de los estímulos negativos de alta intensidad en su entrenamiento. En primer lugar decir que, para mí, un perro que trabaja para conseguir un trozo de salchicha y uno que desea evitar la activación de un collar eléctrico o un tirón de un collar de púas tienen exactamente el mismo grado de obligación: ninguno, ambos trabajan únicamente para conseguir objetivos de interés individual.
En el adiestramiento C-E debe existir una obligación de trabajar en el perro, pero esta obligación es exactamente la misma que tendría una persona cuyo trabajo le encantase, como soy un afortunado al que le gusta mucho su trabajo me es fácil entender este concepto y trasmitirlo: como te digo mi trabajo me gusta mucho, pero eso no quiere decir que sea un juego, si no acudo un día a dar clase porque no me apetece mis alumnos se quejarán, si desatiendo una cita con un cliente el cliente se enfadará conmigo. Yo no juego en mi trabajo pero me divierto mucho, de hecho Csíkszentmihályi demostró que se disfruta más en un trabajo satisfactorio que en el ocio. Esto es lo que se pretende con el adiestramiento Cognitivo Emocional, que el perro disfrute de trabajar, lo que se consigue a través de dos caminos: potenciar sus capacidades de auto-refuerzo, esto es que les divierta lo que hacen por el mero hecho de hacerlo, no por la obtención de premios, y que el adiestramiento sea una actividad social que realiza con una persona que quiere y por ello sea deseable para el perro, solo una vez conseguido esto se puede exigir, lo que hacemos enfadándonos cuando realiza una desobediencia flagrante, no para asustar ni aplicando un estímulo negativo individual al perro sino para trasmitirle nuestro estado emocional: si la relación está bien construida esto afectará al perro como lo haría con nosotros el enfado de un amigo que nos indica que nuestra actuación le ha decepcionado. Esa es nuestra manera de entender la exigencia.
«La gente elige la raza por sus características físicas y no por su temperamento, es como elegir un Ferrari, pero querer que sea diesel y que el seguro nos salga barato»
Hay muchos perros con problemas, sobre todo en las ciudades ¿en qué fallamos, cómo fomentamos los problemas de comportamiento?
Bueno los problemas de conducta se producen por muchos motivos, también es cierto que ahora se tratan problemas que antes no se tomaban en cuenta, pero los principales errores que tenemos es desatender las necesidades de ejercicio, actividad mental y actividad social de los perros. Esto sucede porque a veces se decide tener un perro con demasiada ligereza y, en realidad no tiene cabida en nuestra forma de vida, en otras ocasiones se elige una raza o individuo inadecuado. Es absurdo elegir un border collie para darle tres paseos de veinte minutos como única actividad, es seguro que tendremos problemas. La gente elige la raza por sus características físicas y no por su temperamento, es como elegir un Ferrari, pero querer que sea diesel y que el seguro nos salga barato.
Y hablando de las razas… ¿Cuáles son las más sensibles, las que tienen un equilibrio psicológico más delicado, y en el punto opuesto, las más «duras»?
Siempre es más adecuado hablar de individuos que de razas, además un cierto tipo de cría está cada vez más intentando homogeneizar un carácter tranquilo y cómodo en muchas razas, una visión que no comparto, pues creo que una raza no sólo se determina por un aspecto físico, sino, sobre todo, por un carácter propio, que se está perdiendo en aquellas razas más populares. Entiendo los motivos de que esto suceda: hacer que razas cuyo carácter podría dificultar su tenencia sean aptos para cualquier propietario, aumentando su popularidad y presencia, pero se están perdiendo muchos años de selección funcional especializada.
En todo caso las razas que se activan con estímulos de baja intensidad suelen ser más activas, pero también más sensibles, son razas muy prestacionales como los malinois o los border collies, pero que requieren de un guía particularmente competente.
Obviamente la otra cara de la moneda la tenemos en las razas que requieren una alta estimulación para ponerse en marcha, estas tienden a ser más tranquilas, pero en muchos casos también exigen más esfuerzo para conseguir resultados al adiestrarlos. Muchos molosoides podrían ser representativos de esta tendencia.
De unos años a esta parte se habla mucho del estrés canino, tanto en perros de deporte como en compañía… ¿Toleran peor el estrés los perros actuales que los de hace veinte años… o es que ahora somos conscientes de lo que antes ignorábamos?
Sí a todo, es cierto que antes no se tomaban en cuenta los niveles de estrés de los perros, en parte porque el mundo del perro era mucho menos avanzado conceptualmente y en parte porque no se sabía la relevancia del estrés en muchos problemas de conducta y en el adiestramiento, pero también es cierto que, desde que el estrés se ha convertido en la “vedette”, se ha generado una cierta obsesión por evitar todo tipo de estrés a los perros, sobre todo a los cachorros, que está generando perros en los que no maduran las estructuras neuronales necesarias para el afrontamiento de problemas y la correcta gestión del estrés y que, por ello, se estresan con más facilidad y gestionan peor el estrés. Debemos recordar que la sobreprotección puede ser muy negativa para un cachorro, el estrés es un mecanismo adaptativo que en su justa medida ayudará al perro a ser feliz, no todo estrés es malo o patológico.
Muchas gracias por tu colaboración con doogweb y tu tiempo Carlos. Dejamos muchas cosas en el tintero… ¿Deseas añadir algo que hayamos pasado por alto?
Agradeceros el interés por el adiestramiento Cognitivo Emocional y la ocasión de poder explicar alguno de sus conceptos para un público tan amplio como el que os lee. Espero que volvamos a hablar en alguna otra ocasión…
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Me ha gustado mucho la entrevista que le has hecho a Carlos!Sabéis que yo tenía muchos problemas con mi perrita porque no podía pasar mucho tiempo con ella, cada vez que me iba de casa, lloraba mucho, pero a partir de ahora hago mis compras por internet y el tiempo que pasaba en el super ahora lo disfruto con Uile! le estoy enseñando muchas cosas ahora y su ánimo ha cambiado mucho!
Me parece interesante, pero sigue siendo condicionamiento operante.
Da igual que el refuerzo sea de tipo afectivo-social, un mordedor, o que sea una salchicha, se trata de algo agradable para el animal que convierte en más probable la realización de una conducta.
En ese sentido no le veo la diferencia, es adiestramiento en positivo (no se utilizan técnicas invasivas), usando el afecto como reforzador, lo cual me parece interesantísimo y súper necesario (y más para callar algunas bocas que dicen que los que nos dedicamos a la educación canina en positivo sólo inflamos a comida a nuestros perros).
Me gusta mucho la propuesta del adiestramiento C-E, pero no entiendo qué empeño tiene Carlos Alfonso en desmarcarse del adiestramiento en positivo y mostrarse contrario a él. Yo considero que forma parte de él.
Saludos
Edu, lo que apuntas es muy cierto, pero de alguna forma lo que diferencia al adiestramiento C+E es la discriminación entre refuerzos, centrándose en la relación con el perro y sus emociones por encima de otros refuerzos primarios como puede ser la comida.
Pero los matices son infinitos, quizás tantos como las combinaciones de personas/perros. A la postre, el «adiestramiento en positivo» es mucho más que atiborrar a los perros a salchichas. 🙂
Saludos.
Buenas!
Sí, estoy contigo, y al final el motivo por el cual se producen esos matices que dices es siempre el mismo, la costumbre de etiquetarlo todo como si se tratara de cosas aisladas.
En mi opinión, si hablamos de condicionamiento operante nos estamos refiriendo a un proceso mediante el cual estamos constantemente (y me gustaría subrayar esto) interaccionando con el ambiente. Las leyes del comportamiento están ahí siempre y no sólamente cuando «las queremos usar» de manera deliberada.
Siempre estamos sometidos a las contingencias ambientales, esto es, estímulos discriminativos, refuerzos, castigos, asociaciones pavlovianas, etc.
En la medida en que podemos controlar dichas contingencias al final hace que «nos acerquemos» más a una línea de trabajo en positivo o a otra, pero al fin y al cabo, cuando etiquetamos las cosas hace automáticamente que rechacemos lo que no esté escrito en nuestra propia «etiqueta».
Con ésto último quiero decir, que al poner el nombre «en positivo», parece que nos referimos a una metodología cerrada, basada siempre en lo mismo, cuando ésto no es así.
Por eso mi conclusión es que el adiestramiento C+E me parece súper interesante, me gusta mucho la propuesta y es verdad que la importancia que se le otorga a cierto tipo de refuerzos no se hace otras veces (aún trabajando en positivo).
Pero no por ello creo que deba ser considerado algo diferente a lo que hay, ya que el nombre «en positivo» a lo que en realidad hace alusión es a la manera de controlar las contingencias de las que antes hablaba. Y sinceramente, ésta forma de control y manejo me parece la misma.
Al final con todo esto de lo que me doy cuenta es de que la etiqueta «en positivo» no se utiliza tan ampliamente como para abarcar todo lo que por definición debería.
Espero haberme explicado con claridad y no haberte aburrido mucho 🙂
Un saludo.
Por cierto, enhorabuena por la web, es buenísima.
Hola!
Si me permitís que os lo diga, el adiestramiento cognitivo-emocional NO es adiestramiento en positivo. Si leéis el libro, podréis comprobar cómo habla del uso del castigo positivo: collar eléctrico, técnicas de dominancia directa, etc.
Hola, Sulcata.
Desconozco esa información de la que hablas, pero permíteme decirte 2 cosas:
1- Una cosa es que hable de ello (yo también lo hago), y otra cosa es que promueva su uso, cosa que dudo mucho.
2- Si se emplean técnicas aversivas (como el collar eléctrico), dudo mucho que luego se pueda construir una relación afectiva potente con el perro, que al fin y al cabo en el adiestramiento C+E es de lo que se trata.
Gracias por las felicitaciones Edu.
Respondiendo a ambos… en este enlace se puede hojear el libro que menciona Sulcata, el capítulo 7 está dedicado al collar eléctrico y al clicker. Sólo con echar un vistazo rápido se aprecia con claridad que el controvertido collar eléctrico es una herramienta de muy complicada utilización (problemas de habituación, timing, asociaciones indebidas, acumulación de estrés…), y que como dice Carlos Alfonso en el libro… «es demasiado fácil apretar el botón».
Saludos.
Hola Edu,
Te aseguro que en el libro SÍ que promueve el uso del collar eléctrico, diciendo cosas como que bien usado aporta limpieza y claridad a determinados trabajos, que es un apoyo en muchos trabajos o que, en sí mismo, no es ni bueno ni malo, sino bien o mal utilizado.
Si quieres comprobarlo por ti mismo, puedes leer el capítulo correspondiente del libro (de la página 157 en adelante).
En mi opinión, el mayor problema del collar eléctrico es que caiga en manos inadecuadas e inexpertas. Aunque a ti te parezca una aberración, yo lo he visto utilizar por verdaderos profesionales y te aseguro que los perros no sólo aprenden, sino que están emocionalmente estables y para nada traumatizados.
Un saludo
Por supuesto que Carlos Alfonso advierte que es complicado saber manejarlo, pero también dice que, bien utilizado, es una excelente herramienta de trabajo. Así que queda bastente claro que no trabaja sólo en positivo, ¿no?
Pues sí, eso parece. Disculpad mi ignorancia, es lo que ocurre por opinar sin haberlo léido primero (no me gusta hacerlo, luego pasa lo que pasa :))
La verdad, me parece horrible, aunque es sólo mi opinión.
En cuanto a su valor como herramienta de trabajo, no lo pongo en duda ni mucho menos. Pero eso ya va en cada uno (ojo, no quiero juzgar a nadie ni decir que uno es peor persona que otro por usarlo). Yo no lo usaría en la vida, por mucho que funcione, aunque aquí ya entraríamos en un debate demasiado controvertido, y no creo que sea el tema principal de ésta entrevista.
De todas formas ahora entiendo por qué se muestra alejado del trabajo en positivo, que era mi duda.
Gracias por la información.
Saludos!
Edu, dices que no usarías el collar eléctrico en la vida pero, ¿y si tuvieras un perro que se escapa continuamente de casa y cerca de la misma hubiera una carretera, con el consiguiente riesgo de atropello?¿no lo usarías sabiendo que en una sola sesión puedes solucionarlo y que si lo hicieras en positivo tardarías meses, por lo que podría ser demasiado tarde, y que en el mejor de los casos seguiría habiendo riesgo?
Hola.
Hombre, aunque no me gusta decir «de este agua no beberé», creo que intentaría buscar otra solución, que seguro que la hay.
Antes que recurrir a eso procuraría cercar mejor la casa y utilizar todo tipo de prevenciones que se puedan, para empezar.
En cuanto a lo de que con adiestramiento en positivo se tardan meses en conseguir resultados, siempre me ha parecido un mito insostenible.
Evidentemente no es cuestión de 10 minutos ni de 2 días, pero meses.. depende de cada situación y de las aptitudes/actitudes del educador. Con el collar eléctrico puedes conseguir que no se escape, pero muy probablemente crearás muchos otros problemas asociados que luego te resultarán muy muy complicados de extinguir, y más si sigues usándolo.
Conozco casos como el que expones tú, en los que había riesgo de atropello, y se han solucionado rápidamente (repito, ni en 10 minutos ni en 2 días) con metodología en positivo, por lo que no es ni imposible, ni inviable.
Pero vamos, eso es lo que haría yo.
Si tú o cualquier otra persona optaríais por el collar eléctrico me parece muy bien, siempre y cuando se tengan los conocimientos necesarios para aplicarlo correctamente, claro.
Estoy convencido de que os basáis en algo tan válido como en lo que me baso yo, que es mirar por el bien del perro. El problema de ésta herramienta es que miremos por nuestra propia comodidad, ya que como tú bien dices, en una tarde, problema resuelto.
Yo al contrario que muchos otros educadores con los que hablo, no soy un firme detractor de otros métodos de trabajo. Simplemente defiendo el mío sin hacer de menos a los demás.
Muchos padres compran videoconsolas a sus hijos cuando aprueban y otros les dan cachetes cuando suspenden. No considero que uno sea peor que otro, ambos quieren que el niño tenga unos estudios para labrarse un futuro mejor.
Y cada uno lo hace convencido de que es lo mejor para todos.
Saludos.
Hola edu,
estoy en parte de acuerdo contigo. Creo que es inteligente por tu parte el hecho de defender tu propio método de trabajo sin criticar a lo demás. Deberíamos hacerlo todos los profesionales del mundo del perro, ya que hay muchas críticas a los métodos que no son los que uno mismo utiliza. Cada uno tiene una personalidad única, y se siente cómodo trabajando de una manera, pero no por ello debemos menospreciar el trabajo de los demás.
Creo que lo importante en este sentido son los resultados con el perro, respetando la integridad del perro. Cuidando este aspecto, ¿qué mas da el método que se utilice? si a uno le funciona, adelante, pero sobretodo y recalcando, respetando la integridad y el ser del perro, que es lo más importante.
Yo no me reflejo en ningún método en concreto. Durante muchos años he entrenado perros de utilidad (perros de búsqueda y rescate, de explosivos, de terapia, etc), y cada perro es un mundo. Lógicamente hay una técnica, pero el proceso puede ser diferente de un perro a otro. Creo, sinceramente, que lo mejor es aprender a comunicarte con el perro, y hacer que el perro haga lo que tú quieras, porque él quiere hacerlo, no porque se le obligue o se le coaccione.
Saludos
Hola Mónica!
Totalmente de acuerdo contigo.
Yo confieso que trabajo siempre en positivo, el problema está en que al decirlo automáticamente los demás te encasillan, como si el hecho de trabajar de una determinada manera rigiese toda tu forma de pensar. Y aunque todos los que trabajamos en positivo utilizamos más o menos las mismas técnicas, no pensamos exactamente igual. Al igual que en los perros, cada persona es un mundo.
Y creo que has dado con la clave cuando dices que lo importante es no coaccionar, saber establecer un vínculo comunicativo, y mirar por el bienestar del perro siempre.
Un saludo.
Hola a todos, permitirme que me presente, ya que vuestros comentarios me han entusiasmado, en la actualidad tengo 65 años de los cuales aproximadamente 45, los he dedicado a los perros y todos los dias me enseñan algo nuevo, soy autodidacta, apenas se utilizar este trasto, que se llama ordenador, pero de algo si estoy convencido, es que el «perro» es mi amigo y como tal, tengo que estar a su altura, pero sin olvidar el liderazgo, por lo tanto muchas de las tecnicas que aqui se exponen yo no excluyo ninguna por que dependiendo del tipo de perro, actividad , o trabajo que se desee hacer tanto en deportes, como rci, mondioring , o educacion basica, se utilizan diferentes tecnicas como todos sabemos, que con las cuales, el «perro» debe realizar con absoluto equilibrio emocional, donde este y guia forman y comparten lazos emocionales, o como ahora se llama «filing», sin estos principios yo no entiendo el adiestramiento, todo lo que se utilice debe ser en su justa medida, como, cuando, y para que, saludos, y animo.