Orugas y perros… ¡Maldito «gusanito»!
Por: Marcos González.
Hoy hablamos de la procesionaria del pino, esa oruga que forma hileras a principios de primavera y que puede suponer un auténtico peligro para nuestros canes. A pesar del título de este artículo, debo aclarar que la procesionaria del pino es una oruga, no un gusano. Vamos, que este desagradable bichejo, es en realidad una larva de mariposa.
A parte de mi dedicación al adiestramiento de perros, he ejercido durante diez años como Ingeniero Técnico Agrícola en dos empresas de control de plagas. En todos estos años, muchos de ellos dedicados en exclusiva al sector fitosanitario, me he enfrentado a la procesionaria con frecuencia, encontrándome situaciones muy desagradables, casi todas para los perros.
La procesionaria en su fase larvaria, concretamente en sus cuatro últimos estadios, posee unos pelos urticantes, que libera cuando es molestada. Estos pelos producen reacciones inflamatorias, estornudos y erupciones en la piel de los humanos y otros mamiferos. En nuestros amigos los perros los efectos son algo más desagradables, puesto que cuando entran en contacto suele ser por ingestión. En perros he llegado a ver necrosis en la lengua e incluso inflamaciones de garganta que han llevado a los canes a la muerte.
Precauciones con la procesionaria y los perros
No es mucho lo que podemos hacer, pero considero que antes de nada debemos conocer su ciclo vital: la mariposa hace sus puestas en los pinos y cedros durante la primavera, estas puestas se abrirán después del verano. Las orugas formarán bolsones, muy pequeños al principio, y se alimentarán durante la noche de las acículas. Una vez completados todos los estadios larvarios y con los primeros días de calor después del largo invierno, las orugas descienden por el tronco para buscar un lugar donde enterrarse y formar la crisálida (es este el momento más peligroso). Dado los cambios en la climatología, yo diría que el periodo de riesgo abarca desde mediados de enero a finales de mayo.
Para evitar problemas con los perros debemos:
• Evitar pasear con nuestro perro por zonas con pinos y cedros durante el periodo de riesgo.
• Durante este mismo periodo, estar muy atento a lo que nuestro perro se pueda meter en la boca durante el paseo.
• Si tenemos pinos o cedros en nuestro jardín, realizar tratamientos preventivos a través de una empresa especializada (recomiendo EZSA, es trabajan en toda España, preguntar por el Dpto. Fitosanitario), estos tratamientos deben realizarse de septiembre a diciembre.
• Si ya vemos los bolsones en nuestros pinos y se acerca el periodo de riesgo, se pueden instalar conos barrera que tienen una efectividad de casi el cien por cien (www.ezsa.es).
• Si las ramas con bolsones son accesibles, cortarlas y eliminarlas.
Típico aspecto de un «bolsón» de procesionaria del pino (Foto: Marcos González).
¿Qué hacer en caso de que mi perro toque una oruga?
A partir de este momento lo mejor es la atención del veterinario y por tanto debemos proceder de la siguiente forma: Antes de nada, lavar la zona con agua templada y acudir inmediatamente al veterinario. El lavado deberíamos hacerlo con todos los perros que tengamos que puedan haber entrado en contacto con orugas, aunque no muestren síntomas.
Si está en nuestra mano, administrar algún tipo de corticoide en pomada o en pastilla, e informar al veterinario una vez que lleguemos de los medicamentos administrados. (Recordad que en la boca sólo se pueden emplear pomadas no contraindicadas para mucosas).
¿Cómo sé que mi perro ha estado en contacto con la procesionaria?
Los síntomas son claros: el perro tendrá dolor en la boca por lo que se intentara frotar y rascar. Buscar edemas en lengua y labios, en muchos casos se inflama también la cabeza. Es bastante desagradable para los perros.
¿Son peligrosos los tratamientos en los pinos?
Si se realizan en el momento adecuado, para nada. En caso de realizar los tratamientos de septiembre a diciembre, se emplean idrs (reguladores del crecimiento), que sólo afectan a los insectos, dado el particular ciclo de la procesionaria, no coincide con fauna útil en estado larvario, por lo que se combate sólo la especie diana. Los conos son una barrera física, por lo que en principio son 100% inocuos para animales y personas.
Conclusión
Evitemos que nos entre el pánico, no es un buen amigo en situaciones graves. Seguid los consejos y no os preocupéis, pero manteneos atentos sobre todo durante los primeros meses cálidos después del invierno.
En los días que corren el tiempo es cada vez más inestable lo que ha hecho que en medio del invierno se lleguen a ver hileras de orugas cerca de los pinos, esto nos hace estar prevenidos durante mucho más tiempo.
La procesionaria del pino, no es la única oruga procesionaria que ataca a los pinos pero sí la más frecuente, existen otras especies con ciclos vitales distintos, por lo que os sugiero que cuando acudáis a pinares silvestres estéis atentos a estas pequeñas orugas.
Existe otra oruga urticante muy frecuente en las ciudades, la oruga del olmo, que se caracteriza por ser negra con dos puntitos rojos en el extremo posterior, ataca a olmos y prunos.
Recordad que la seguridad de nuestras mascotas forma parte de su calidad de vida, pero que este principio no os condene a la sobreprotección que resulta tan dañina.
¿Qué son los conos de barrera?
He oido que para eliminar la oruga procesionaria en los pinos le impregnan el tronco de alguna sustancia (parte baja). ¿Es cierto? ¿Qué sustancia es?
Genial artículo, nosotros como empresa de control de plagas en Madrid, hemos tenido bastantes casos en los que casas con jardin han tenido que llamarnos despues de que sus perros tuvieran una «mala» experiencia con estas orugas. Si estás en Madrid y necesitas eliminar estas orugas, puedes llamarnos al ******** y te ayudaremos lo antes posible.
La procesionaria del pino puede matar a tu perro … Esta oruga con pelos venenosos se encuentra en pinares pero también en parques y jardines …
Un artículo muy bueno. Cada año son mayores los avisos que tenemos por plagas de orugas en zonas urbanas y mucho me temo que la cosa va a seguir de manera creciente.