Sniffers electrónicos logran resultados esperanzadores

Ejército de EE.UU. El sargento Mike Heinzig y Brandon, su perro militar, el 18 de noviembre 2008, durante una búsqueda por la mañana temprano cerca de la ciudad de Tarmiyah, Irak. (Ejército de los EE.UU. Foto del sargento. Jacob H. Smith).

Desde que comenzara la guerra en Afganistán, más de mil doscientos soldados han perdido la vida por explosivos, en su mayoría de fabricación casera. Precisamente ante este tipo de minas el papel de los perros es fundamental. La eficacia de un equipo guía-perro especializado en explosivos es superior al ochenta por ciento, lo que hasta ahora no era superable con ningún otro método conocido.

Sniffers electrónicos
Sin embargo, según alertan desde la Joint Improvised Explosive Device Defeat Organization, JIEDDO, la eficacia podría ser aún mayor si los soldados no se involucraran emocionalmente con los perros. Los perros son los mejores amigos de los soldados desplazados a zonas de guerra, y ese vínculo les lleva a cometer errores. Si se mantuviera el adiestramiento original de forma «aséptica» los perros detectores de explosivos superarían el 80 por ciento de efectividad. En la actualidad,  JIEDDO está financiando con 12 millones de dólares nuevos programas y manteniendo otros actuales para el adiestramiento de perros especialistas en detectar explosivos improvisados (el presupuesto global de la organización es de 19.000 millones de dólares), pero simultáneamente los avances en detectores electrónicos portátiles (sniffers) están aportando resultados alentadores, en algunos casos superiores a los de los perros.

Las fuerzas armadas cuentan con 2.700 perros, de los que 600 están desplegados en zonas de guerra.

Más información: JIEDDO, revista National Defense.

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