¿Afecta a todas las razas de perros por igual?
Desde hace años se piensa popularmente que golden retriever y labrador retriever son especialmente propensos a contraer la enfermedad de Lyme, transmitida por garrapatas, mientras que el sistema inmunológico de otras razas hace que porcentualmente estén menos afectadas.
Un estudio de hace veinte años
Hay pocos estudios que se hayan centrado en la enfermedad de Lyme en perros mencionando las razas a las que pertenecen, y tal vez por ello se haya tomado éste de 1987-1992 como uno de referencia. En el mismo se analizan 49 casos de perros con insuficiencia renal provocada por enfermedad de Lyme, y de esos 49 perros, 24 eran golden retriever o labrador retriever.
Sin embargo, el objetivo del estudio no era calcular la capacidad inmunológica de determinadas razas, sino las lesiones renales producidas por borreliosis. Hay muchos más retrievers que otras razas, y parece lógico pensar que es ése el motivo por el que están más presentes en el estudio. De hecho, en otros de regiones diferentes, ya no se da una prevalencia tan definida de estas razas.
Acerca de la enfermedad de Lyme
En el perro la enfermedad de Lyme es conocida desde 1984 (Lissman y cols., 1984) y se asocia con un cuadro clínico de artritis (cojeras y dificultad de movimientos), deformación de articulaciones, carditis, nefritis y fiebre (Stevens, 1989; Levy y Dreesen, 1992), entre otros síntomas (Azuma, 1994). En España fue diagnosticada por Font y cols. en 1992.
A partir de allí se han iniciado diversos estudios en las diferentes regiones españolas para determinar la seroprevalencia de esta enfermedad en cánidos, con cifras próximas al 17% en la provincia de Soria (Serrano y cols., 1994). Estos datos de seroprevalencia deben ser considerados con precaución, ya que en perros con infección natural los títulos de anticuerpos pueden persistir durante años (Magnarelli y cols., 1984a), y concretamente las IgM al menos 9 meses (Bosler y cols., 1988).
Se desconoce si esto es debido a la persistencia del microorganismo dentro del hospedador o a nuevas exposiciones al mismo, ya que es posible que un perro seropositivo sea todavía susceptible a la infección por este patógeno. Lo que sí está demostrado es que a pesar de la resolución de los signos clínicos después del tratamiento antibiótico en perros, los títulos generalmente se mantienen durante meses o años (Jacobson y cols., 1996).
La borreliosis de Lyme del perro no debe ser considerada como un problema de Salud Pública (André-Fontaine y cols., 1994), ya que no hay evidencia de que los perros y gatos domésticos supongan un riesgo para los humanos, excepto a través de la posibilidad de introducir las garrapatas en la casa (Levy y cols., 1996).Reproducción de Epidemiología de Borrelia burgdorferi s.l. (enfermedad de Lyme) en un ecosistema de pinar de montaña supramediterráneo.