Los perros de Fukushima padecen estrés extremo
Miho Nagasawa y Kazutaka Mogi han estudiado qué ha sucedido con los perros abandonados tras el terremoto de Fukushima. Es un caso muy especial, porque al desamparo de un abandono se une el estrés por la situación vivida en el terremoto.
Cortisol y estrés
La situación prolongada de los refugiados por el accidente nuclear posterior al terremoto del 11 de marzo de 2011 llevó al abandono involuntario de muchos animales domésticos. Los autores recibieron perros callejeros o abandonados en los centros de rescate en Fukushima Prefecture. Durante la atención y re-socialización se contrastaron acceso a las características de comportamiento y el nivel de cortisol en orina de cada perro y se compararon con las de otros perros abandonados que no sufrieron el terremoto.
Los perros de Fukushima mostraron significativamente una menor agresividad hacia personas desconocidas, inferior capacidad de adiestramiento, y menos apego a sus cuidadores, también, los niveles de cortisol en orina de los perros de Fukushima fueron de 5 a 10 veces más altos que los perros abandonados en otras áreas de Japón. Estos resultados sugieren que los perros de Fukushima sufrieron una crisis extremadamente estresante.
Un estrés extremo que perdura en el tiempo
Las respuestas endocrinas de los perros de Fukushima sugieren un estrés extremo, que persistió incluso después de transcurridas 10 semanas de tratamiento adecuado. Los perros con un comportamiento más agresivo, especialmente los relacionados con conflictos sociales relacionados con la agresividad a los miembros de la familia, muestran niveles más altos de cortisol en comparación con los perros no agresivos. Sin embargo, los perros en este estudio mostraron niveles más bajos de agresividad junto con los niveles de cortisol más altos, lo que sugiere que los síntomas de estrés no se relacionan ni manifiestan directamente en su comportamiento agresivo. Además, los perros desplazados a refugios generalmente muestran niveles elevados de cortisol durante los tres primeros días, seguido de una disminución relativamente rápida. La persistencia de altos niveles de cortisol en este estudio es improbable que sea atribuible a una reacción de estrés a un nuevo entorno, sino que probablemente se observó debido a la crisis de la experiencia vivida en Fukushima. De hecho, los niveles de cortisol en los primeros días después de su llegada fueron de 5 a 10 veces mayor en los perros de Fukushima que en los perros abandonados de otras áreas que no habían vivido el terremoto.
El estrés puede inducir traumas psicosomáticos profundos con manifestaciones implícitas de comportamiento, tales como los déficits en el apego y la capacidad de aprendizaje en perros
El estrés puede inducir traumas psicosomáticos profundos con manifestaciones implícitas de comportamiento, tales como los déficits en el apego y la capacidad de aprendizaje en perros
Excelente trabajo, existen pocos estudios, y además recientes sobre el estrés específicamente sobre como afectan los terremotos a los perros; muy buena aportación. Gracias. JM