Obesidad canina: Cuando algo falla en el metabolismo
En el mundo de los perros (como en las personas) cada vez es más frecuente la obesidad canina. En muchos -la mayoría- de los casos, se puede corregir simplemente mejorando la calidad de la alimentación, ajustando las cantidades en relación al gasto (la ingesta calórica siempre debería ir en consonancia con el gasto energético). Parece que no hubiera otras causas, sin embargo la obesidad canina por desarreglos metabólicos existe, y es más frecuente de lo que pensamos.
Perros obesos por mala alimentación o por metabolismo
En el apartado de «mala alimentación» podemos incluir a su vez tres causas: Piensos de baja calidad (cada vez más demandados y utilizados por su bajo precio), piensos que siendo de buena calidad no son adecuados para el estilo de vida del perro (los piensos de «alta energía» son eso…: para perros con mucho desgaste, no para perros de ciudad). Y como tercera causa, cantidad incorrecta. Los piensos incluyen siempre unas tablas orientativas con las cantidades de acuerdo al peso corporal del perro, pero no dejan de ser aproximadas, y se deben ajustar a cada perro concreto.
Alrededor de un 20 por ciento de los perros obesos, lo son por causas metabólicas
Sin embargo, en un estudio de la Universidad de Liverpool se llegó a la conclusión de que aproximadamente un tercio de los perros británicos son obesos. Y de ese tercio -extrapolando los datos de otro estudio de BMC Veterinary– alrededor del veinte por ciento padecen desarreglos metabólicos que son los causantes directos de esa obesidad.
Así las cosas, ante un perro obeso el camino es claro: en alimentación canina siempre pienso de calidad, en la cantidad correcta… y si no conseguimos que baje de peso, el veterinario nos proporcionará un tratamiento adecuado para controlar su metabolismo. Eso que decimos tanto los humanos de «no como nada, engordo por el metabolismo»… también se da en los perros, y la comida para perros con tendencia a engordar debe elegirse con cuidado.