Cuestión de prevención (y responsabilidad)

Es fácil, económico y necesario… Sin embargo a menudo olvidamos desparasitar a nuestros perros, sobre todo internamente. Garrapatas y pulgas son visibles, producen picor y heridas resultando mucho más «visibles». Sin embargo, los parásitos internos pueden tardar semanas o meses en manifestarse, en ocasiones será demasiado tarde si dan la cara, e incluso transmitirse al ser humano.

Cuándo desparasitar
La desparasitación interna habitual (la que evita los peligros derivados de lombrices intestinales, parásitos planos, quiste hidatídico…) es obligatoria en algunas Comunidades (entornos rurales, con más incidencia por la presencia de ganado) cada tres meses. Y nunca, ni en entornos muy seguros y controlados, debería hacerse menos de tres veces al año (cada cuatro meses). Gracias a estas prácticas preventivas la hidatidosis, antaño muy frecuente en humanos de estos entornos rurales, hoy no es habitual.

Otros peligros, localizados en zonas cada vez más extensas tienen que ver con los «mosquitos»: La Leishmania es la más habitual, aunque no podemos olvidar los gusanos del corazón. En ambos casos contamos con la «ventaja» de que conocemos la temporada anual de peligro. Por ejemplo, el flebotomo transmisor de la Leishmania, no estará activo hasta que entre la primavera, y lo hará de noche. Y lo mismo sucede con los mosquitos responsables de la transmisión de la filaria que aunque no son estrictamente nocturnos, necesitan temperaturas en el ambiente de al menos 12-14 grados. En ambos casos la prevención es el mejor camino (comprimidos, pipetas…), en la actualidad existen repelentes y tratamientos muy eficaces que aplicados con la frecuencia adecuada ofrecen una protección muy elevada (en algunas zonas, como Canarias, más de una cuarta parte de los perros tienen gusano del corazón).

Nuevo vídeo de Fórum Bayer, prevención de Leishmaniosis