Búsqueda de objetos…
sí, pero no cualquiera
Es una estampa habitual: parque, dueños lanzando palos y perros que los buscan, los traen, los muerden… Una actividad que tal vez por frecuente pasa inadvertida para todos. Sin embargo, los veterinarios australianos han levantado la voz de alarma.
Los peligros de los palos
Ha sido en Australia, pero es una costumbre que no entiende de fronteras, y los palos son los causantes de infinidad de lesiones. Algunas leves en las encías, pero otras muy graves en esófago, traquea, y también en el paladar, los belfos… Los palos deberían eliminarse de los juegos de los perros y-según aseguran los veterinarios- ser sustituidos por juguetes seguros como pelotas de goma, frisbeees o juguetes de cuerda. El comunicado de los veterinarios australianos es sorprendente: las lesiones producidas por los palos durante el juego son de las más frecuentes en las las clínicas. La asociación de veterinarios británica también se ha hecho eco de esta recomendación, y se encuentran en plena campaña de mentalización para erradicar la costumbre de lanzar palos a los perros.
Y los peligros del resto de objetos…
Sin embargo, al igual que sucede con los niños, los juguetes destinados a los perros deberían ser irrompibles, o al menos no deberían poderse trocear con facilidad. Y esto es más importante si cabe en cachorros y perros jóvenes, más dados a tragarse cualquier objeto. Esto viene al caso por la proliferación de juguetes para perros de pésima calidad, cuando no realmente peligrosos en bazares e hipermercados. Y el ahorro no es tal, porque un buen juguete diseñado para soportar los envites de los perros nos durará mucho más tiempo.
Los juguetes de cuerda son especialmente seguros para los perros.
Pero existe un nuevo peligro: Las obsesiones. Un paseo con los perros debe ser eso precisamente, un paseo. El momento del día en el que los perros exploran, huelen, se relacionan con otros perros y personas, todo ello sin prisas. Si se quiere, o ese día no coincidimos con otros perros, se puede jugar un poco con una pelota… pero se la tiraremos media docena de veces, no más. Es más, en perros en los que detectemos cierta tendencia a obsesionarse por la pelota… lo mejor es eliminarla del repertorio de juegos. Y si la mecánica del juego es buscar la pelota en una maraña de arbustos, mucho mejor que si se limita simplemente a correr detrás de ella, lanzar, traer y lanzar…
• Más información: Asociación Australiana de Veterinaria.