Los perros saben más de nosotros de lo que imaginamos
Y nosotros menos de ellos de lo que créiamos. Porque… que los perros nos observan y que son capaces de evaluar nuestro comportamiento, nuestros gestos y miradas, es algo que ya nadie duda, pero que los perros sean capaces de analizar cómo nos comportamos con otras personas es algo completamente novedoso, y que aporta un nuevo punto de interés para los estudiosos del mundo del perro y de sus mecanismos de aprendizaje.
El aprendizaje social como ventaja
El aprendizaje social permite que los animales adquieran una valiosa información mediante la observación y/o la interacción con otros organismos, sin tener que incurrir en los costos de ensayo y error individual.
Un caso particular de aprendizaje social se denomina «espionaje», e involucra la extracción de información a partir de la interacción entre terceros . El «espionaje» puede tener consecuencias evolutivas muy importantes.
Los perros han demostrado ser capaces de discriminar un ser humano que se acerca amistoso en lugar de otro amenazante, y preferir a una persona que les dio recompensas sociales como caricias y halagos con respecto a otra persona indiferente.
Es más, los perros pueden distinguir entre una cara sonriente y una cara neutral , entre una expresión de felicidad y de disgusto , y pueden usar esa información para encontrar comida. Por último, los perros reconocen reacciones tristes en la gente y se acercan a las personas que lloran…
Sin embargo, los autores no están de acuerdo sobre el origen de estas habilidades, y si las capacidades comunicativas de los perros son innatas, aprendidas, o son el resultado de una interacción de predisposiciones innatas y el aprendizaje.
Perros y personas
Los perros domésticos viven en contacto íntimo con la gente durante toda su vida, lo que supone innumerables oportunidades para aprender acerca de su comportamiento a través de interacciones directas e indirectas con ellos. De hecho, los perros han demostrado ser capaces de aprendizaje por observación de modelos humanos.
Por otra parte, las personas somos los principales proveedores de recursos valiosos para los perros, tales como alimentos, agua y refugio, y, dado que las personas pueden variar en su disposición a cooperar y ayudar a los demás, los perros pueden beneficiarse de establecer discriminaciones entre los tipos de cooperación.
Por lo tanto, dada la historia filogenética de la domesticación de los perros y su ontogenia en contextos humanos, los perros son claro candidatos para utilizar el «espionaje» con los humanos.
]Despues de la observación, todos los perros del estudio mostraron su preferencia por la persona generosa sobre la egoísta
Los perros nos observan (y más de lo que pensábamos)
Y la evidencia reciente sugiere que los perros domésticos pueden ser capaces de desarrollar preferencias a favor o en contra de las personas que observan según sea su interacción con un tercero. Rooney y Bradshaw observaron que los perros prefieren acercarse al ganador en lugar de al perdedor en un juego de tira y afloja entre una persona y un perro, lo que sugiere que los ganadores de los juegos son percibidos como interlocutores sociales deseables.
A su vez, Kundey y sus colaboradores exploraron el «espionaje» en un protocolo en el que los perros vieron a una persona «generosa» y otra persona «egoísta» que interactuaron con una tercera persona que pedía comida (lo llamaron «mendigo»). La persona generosa no dudó en dar abundante comida al «mendigo», mientras que la persona «egoísta» retuvo la comida, sin compartirla con el «mendigo». ¿Lo adivinas?….
Todos los perros del estudio mostraron su preferencia por la persona generosa sobre la egoísta. Este hallazgo fue claro y consistente incluso cambiando de escenario y método.
• Más información: Estudio completo «Los perros espían las reacciones d e las personas con terceros«.