Fría noche para los mushers en lo alto de la Sierra de Alcubierre

Arrancaba en el horario previsto ayer a mediodía la XXII Travesía de Los Monegros con perros de tiro, con la salida escalonada de la treintena de equipos participantes. Las bajas temperaturas registradas durante la noche del miércoles sirvieron de aviso a lo que encontrarían los mushers en el monte de San Caprasio, donde la noche pasada durmieron antes de emprender esta mañana la vuelta a Alcubierre.
Mucho sol para empezar la competición
Con una temperatura óptima para la práctica del deporte del mushing –inferior a los diez grados-, pero bajo un sol que en algunos tramos resultó especialmente molesto para los perros de algunos equipos, tomó la salida el primero de los participantes en la travesía. Durante la mañana, el equipo veterinario de la carrera estuvo realizando ha tomado la salida el primero de los participantes en la travesía, de la categoría bicicleta con entre uno y tres perros. Durante la mañana, el equipo veterinario de la carrera había realizado los controles necesarios para asegurar el bienestar de los perros, siendo desde los inicios de esta prueba una prioridad velar por el bienestar de los canes participantes. El recorrido de esta primera etapa, de veinticinco kilómetros y cuatrocientos metros de desnivel, transcurría por caminos entre bosques de sabinas y paisajes de un verde excepcional en el desierto de Los Monegros. A pesar del fuerte sol, del desnivel acumulado en las subidas y del encuentro de algunos corredores con rehalas para la caza del jabalí que hicieron vivir algún momento de tensión, todos los participantes han conseguido completar la prueba sin incidentes destacables.
Poco más de una hora y media tardó el primero de los participantes en llegar al refugio El Jabalí, en lo alto de la Sierra de Alcubierre, destino final de esta etapa tras la que los esforzados corredores pudieron descansar bajo un cielo excepcional para la observación de estrellas. El interior del refugio permaneció durante la tarde y parte de la noche abierto para disfrute de los participantes, que pasaron horas intercambiando impresiones frente al fuego.
La organización prohibía la utilización del refugio para dormir, exceptuando condiciones climatológicas adversas – que no se dieron-, con lo que los corredores pasaron la noche al raso junto a sus perros, con temperaturas que bajaron de los -7º. Hoy amanecieron cubiertos de escarcha; material congelado, agua congelada… pero nada les impedía esta mañana comenzar con la segunda de las etapas, que les llevaría de vuelta a Alcubierre.










