Perros en la nieve: 3 riesgos a evitar

La nieve esconde peligros
para los perros

¿Vas a lllevar a tus #perros a la nieve? 3 riesgos a evitar.

Llevar a los perros a la nieve es divertido para todos, y casi diría que una «obligación» si es que podemos acceder a ella cerca de casa. Pero la nieve, incluso para los más domingueros y sin ninguna aspiración deportiva, esconde algún que otro riesgo.

3 Riesgos de la nieve (que podemos evitar)

1. Hipotermia. Es el más obvio, la hipotermia en perros no es un problema frecuente, pero hay razas (como los galgos) a los que nos les van nada bien los ambientes fríos. De igual modo, los cachorros de menos de seis meses (ojo al calendario de vacunas de los cachorros), y los individuos de mayor edad o con con sensibilidad al frío deben evitarlo. Los perros toleran muy bien las bajas temperaturas (en teoría siempre mejor que nosotros), así con perros sanos, un paseo de una hora por la nieve no debería ser problema.

2. Accidentes. Tanto por hielo (se rompe, puede llegar a cortar la almohadillas) como por la nieve ocultando agujeros y obstáculos, los accidentes en la nieve siempre pueden estar presentes. No te compliques con lugares extraños, mejor una pradera o un bosque nevado en el que no se escondan huecos en los que los perros (y nosotros mismos) podamos caer y fracturarnos un hueso. Como bien conoce la Guardia Civil de Montaña, perdernos es otro percance habitual en la nieve… Que se puede evitar con un poco de sentido común siendo conscientes de nuestras limitaciones y del conocimiento del entorno.

3. Comer, beber… Aunque menos que en verano, los perros deben beber con  frecuencia. Vale, la nieve es agua, pero agua demasiado fría: calmará la sed, pero con mucha seguridad la diarrea no tardará en llegar. Comer en unas horas no es necesario, pero si llevamos agua en la mochila nos ahorraremos las tentaciones de los perros por devorar la nieve (y con un poco de suerte las habituales diarreas por frío)… Aunque quedarán otras tentaciones de jugar con la nieve.

Y un cuidado especial para las almohadillas
La parte del cuerpo más delicada al estar en contacto directo con la nieve y el hielo, son las almohadillas. Y no hace falta encontrarnos con lesiones serias o cortes en las almohadillas de los perros, los nudos entre los dedos (se forman en razas con pelo largo, desde Yorkshire hasta golden retriever) ayudan a la creación de pequeñas bolas de hielo. Revisar las almohadillas con frecuencia es una buena rutina en la nieve, y si estamos ante un paseo un poco más ambicioso, lo mejor será proteger las almohadillas con alguno de los productos protectores de almohadillas que se emplean en deportes como mushing, o canicross.

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