Ordenanzas de animales de compañía ¿existe una buena?

En busca de una Ordenanza mas o menos «lógica»

En Granada todos los #perros de más de 20 kilos deberán llevar bozal. Ordenanzas de animales de compañía ¿existe una buena? ¿cómo sería?

Los ayuntamientos son los encargados de legislar todo lo referente a animales de compañía a través de las «ordenanzas». Se trata de un conjunto de normas que, en el momento en que son publicadas, son de obligado cumplimiento… Y no siempre son lógicas.

Hablemos de ordenanzas…
Que hoy traigamos las ordenanzas de animales de compañía a doogweb no es casualidad. Lo ha motivado la recién desarrollada Ordenanza de Animales de Compañía de Granada (sustituye a la hasta ahora vigente que databa de 2003), que acaba de incorporar las medidas más restrictivas que existen en España: Bajo un loable interés por reducir los abandonos (es lo que argumentan desde el ayuntamiento), se han legislado aspectos como: No se podrán tener más de tres animales en un domicilio particular («tres animales» serían, por ejemplo, dos perros y un gato), y una de las más llamativas (por lo restrictiva) «los perros de más de veinte kilos (sean o no «potencialmente peligrosos») deberán ir SIEMPRE atados y con bozal«. La única excepción que se contempla es la de los perros-guía para invidentes. En Granada hay 26.111 perros censados (uno por cada nueve habitantes).

¿Y cómo sería una Ordenanza «lógica»?
Identificación. Todos los animales de compañía deberían estar identificados. Es la mejor medida para controlar el censo, y eso es también de alguna forma controlar los potenciales abandonos. Es útil también para identificar perros perdidos.

Vacunación. Sobre todo con los últimos casos de rabia en España, nadie duda de que la obligatoriedad de vacunas como la rabia, o las desparasitaciones, son algo necesario para evitar zoonosis y problemas de salud pública. Las campañas de vacunación a precios reducidos que desarrollan muchos ayuntamientos en España es el mejor camino para que se cumpla esta obligatoriedad.

Paseo con correa. En lo referente a la obligación de que los perros vayan atados… Es algo completamente lógico, siempre y cuando existan espacios en los que los perros puedan estar sueltos (zonas específicas para perros en los parque de grandes dimensiones por ejemplo), o al menos horarios en los que los perros puedan ir sueltos (es la medida que se utiliza, por ejemplo, en Madrid, municipio en el que la ordenanza reza literalmente «Los perros podrán permanecer sueltos en las zonas especialmente acotadas por el Ayuntamiento para este fin. En los parques y jardines que carezcan de dichas zonas, podrán estar sueltos entre las 20 y las 7 horas desde el 15 de Octubre al 23 de Febrero, y entre las 22 y las 7 horas el resto del año, quedando exceptuadas las zonas de recreo infantil y otras áreas en las que figure expresamente la prohibición de su acceso».

¿Y los perros potencialmente peligrosos? O mejor dicho ¿Por qué no «perros peligrosos»? La diferencia es que propongo eliminar «potencialmente». Sí, que los perros con antecedentes de agresión tengan un mayor control, y que tengan un registro especial es algo que no es difícil de implantar y evitaría muchas injusticias. Disponer de un seguro de responsabilidad civil obligatorio en todos los perros evitaría muchos disgustos (un perro de cinco kilos de peso puede morder, provocar una caída de un ciclista o un accidente de tráfico…).

Perros en lugares públicos, transporte público… La realidad es que no es nada fácil que se puedan permitir los perros en establecimientos o transportes de forma generalizada, pero ¿y su se instaurarán los programas de «buen ciudadano canino»? Estaríamos hablando de perros que han superado unas pruebas de comportamiento y sociabilidad suficientes como para desenvolverse en estos entornos sin causar molestias al resto de personas. Además, tener al alcance de la mano estos privilegios redundaría en que muchas personas se interesarían por la educación de sus perros más allá de un «da la pata».

Multas, sanciones. Las multas por no recoger los excrementos están muy bien, y quizás sean el único camino para «concienciar» a los más guarr@s (ojalá pusieran más). Pero se echan de menos multas más cuantiosas, y sobre todo más habituales, para los casos de abandono, maltrato, fraudes o timos en la venta de cachorros

¿Más ideas? Seguro que sí, pero mientras que en muchos ayuntamientos se esfuerzan por crear zonas para perros, o preparar leyes de perros de asistencia que se adapten a los tiempos modernos, Granada nos ha sorprendido con una ordenanza «pet-enemy«.

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