¿Cómo identificar
si un perro sufre dolor?
El dolor es subjetivo en los humanos, y no todas las personas tenemos los mismos umbrales de dolor: Lo que para alguien puede resultar insoportable, para otra persona puede resultar «llevadero». No es extraño entonces que la interpretación del dolor ajeno (el dolor del perro en este caso) sea difícilmente evaluable.
5 Signos claros de que hay dolor
El dolor no solo se manifiesta solo con sonidos (chillidos), hay otras muchas señales de que el dolor existe, y si se muestra es que no es precisamente un dolor llevadero para el perro.
Es nuestra responsabilidad estar atentos a esas señales, conocer los comportamientos que no son normales, y vigilar esos pequeños signos que avisan que algo va mal.
1. Perro postrado, encogido sobre sí mismo. Los perros que no se mueven permaneciendo en su cama mucho tiempo, pueden no estar manifestando el dolor, sino evitándolo. Los dolores articulares, casi siempre, se producen con el movimiento, y se alivian con la inactividad.
El perro no se mueve porque le duele, pierde masa muscular, la lesión se agrava y el perro sufre más dolor… Un perro que evita la actividad está sufriendo algún problema, seguro.
2. Cojeras, más o menos acusadas. Es obvio que una cojera está producida por dolor ¿verdad? El problema es que no todas las cojeras son tan obvias como un perro que deja de apoyar una pata.
Pequeños vicios al caminar (como saltitos) casi seguro están asociados a algún dolor, que viene derivado a su vez de alguna lesión. Seguro que has visto chihuahuas y otras razas que dan saltos evitando apoyar una de las patas traseras ¿verdad?
La luxación de rótula (un problema articular muy frecuente en razas pequeñas) es la responsable de esos saltitos.
3. Pequeños gemidos continuos. Son por ejemplo los que sean cuando los perros eliminan la anestesia. Se trata de un dolor acompañado de inseguridad, algo parecido a ¿Qué me esta pasando, de dónde viene este malestar?
Es un dolor que puede provenir de diferentes causas, pero con frecuencia está asociado a dolor de cabeza o de aparato digestivo.
Si los gemidos van acompañados de mordiscos (perros que se muerden las patas por ejemplo) nos da una pista clara de que el dolor proviene de esa zona (puede ser una espiga, una uña rota, otro tipo de lesión…).
4. Cabeza ladeada. Es una postura casi cómica, como cuando los perros intentan escuchar algo que les sorprende…
Y puede deberse a un dolor de oídos, que proviene de una otitis avanzada por no haberse detectado a tiempo (las otitis son muy traicioneras en los perros, no supone ningún esfuerzo realizar una pequeña exploración una vez a la semana).
5. Reacciones agresivas o de marcaje al tocar determinadas zonas. Pueden ser problemas leves… o muy graves, pero si un perro no se deja tocas o acariciar una zona concreta de su cuerpo (otra cosa diferente sería que estemos hablando de un perro al que no le guste que le toquen), es con seguridad un problema de dolor.
Perros que gruñen al tocarles un lado de la cabeza pueden tener otitis, los que no se dejan cepillas las ancas traseras pueden estar sufriendo dolor en sus glándulas perianales… Observa a tu perro, si su comportamiento ha cambiado sin motivo es muy posible que se deba al dolor.
Un cachorrito de boxer con displasia. El autor relata cómo el perro no caminaba normal, el mucho tiempo que pasaba en su cama para ser tan joven…