Deberíamos cambiar los prejuicios sobre el uso del bozal
Desde el proyecto «Muzzle Up!» quieren eliminar el estigma que rodea a los perros que llevan bozal, y cambiar la percepción que se tiene sobre ellos.
Los perros con bozal NO son perros peligrosos
Podemos necesitar el bozal para cumplir con la legislación (perros potencialmente peligrosos, perros en transporte público o para cumplir con determinadas legislaciones locales), porque nuestro perros puede suponer un problema en algunas circunstancias (por ejemplo perros reactivos ante algunos estímulos, como los «cazadores de bicicletas»), o porque estemos ante un perro que no es capaz de gestionar su autocontrol y puede morder de forma imprevista. En cualquier caso, el bozal, lejos de asociarse con un cartel de «perro peligroso», debería asociarse a «perro seguro».
5 claves para utilizar bien los bozales
1. Utiliza un bozal cómodo para tu perro.
2. El bozal debe ser apropiado a la morfología del cráneo del perro.
3. El bozal debe permitir al perro -al menos- jadear. Mejor si el perro también puede beber y coger premios (se podrá utilizar el bozal durante el adiestramiento).
4. El bozal es un accesorio neutro. Para el perro un bozal (si es el adecuado claro) no es diferente a un collar: un objeto al que no está acostumbrado.
5. El bozal de puede positivizar. Con el proceso de habituación, para el perro el bozal no es algo malo ni incómodo, sino todo lo contrario.
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