Cazador imputado por supuesto maltrato animal

Declara en el Juzgado No 1 de Navalcarnero el cazador de Villa del Prado imputado por un supuesto delito de maltrato animal

Supuesto maltrato animal de un cazador en Villa del Prado.

La protectora El Refugio está personada como acusación en el procedimiento abierto contra el imputado, Roberto G. G. Uno de los cuatro perros rescatados por El Refugio, falleció el 17 de septiembre debido al tremendo deterioro de su estado salud.

Roberto G. G. ha declarado en el Juzgado No 1 de Navalcarnero, como imputado por un supuesto delito de maltrato continuado a los animales
Según el Atestado de la Guardia Civil, el imputado era responsable de 55 perros de razas utilizadas para la caza mayor, que se encontraban hacinados en un pequeño recinto rural a las afueras de Villa del Prado, sin las debidas condiciones de salubridad y con ausencia de alimento y agua.

Roberto G. G. ha declarado ante el juez del Juzgado No 1 de Navalcarnero (ver declaración más abajo), como imputado por un supuesto delito de maltrato continuado a los animales. Conforme consta en el atestado de la Guardia Civil, el imputado ya había sido denunciando con anterioridad también por una infracción a la normativa sobre animales de compañía. Del mismo modo también consta que el denunciado posee armas de caza y que también tiene licencia de caza, por lo que, tratándose de una reala la que ha sido intervenida, resulta lógico pensar que utilizaba los perros para el ejercicio de dicha actividad. En el atestado levantado también se hace constar “… el lamentable estado en los que encontraban dichos perros, que se hallaban hacinados en una especie de casetas aladrilladas, sin ninguna medida higiénico sanitaria, comprobando cómo dichos animales, físicamente estaban delgados, faltos de alimento, encontrándose todo el suelo lleno de heces, así como el hallazgo de dos cadáveres de perros en avanzado estado de putrefacción”.

La protectora El Refugio, que rescató a cuatro de los perros incautados, está personada como acusación. Uno de dichos perros, falleció el 17 de septiembre, debido al deplorable estado físico en el que se encontraba. Los tratamientos a los que fue sometida no consiguieron salvar su vida. La protectora ha aportado como prueba en el procedimiento el informe veterinario que acredita que la perra mostraba claros síntomas de deshidratación y una condición general por debajo de su peso muy significativa; también presentaba diarreas con sangre, ganglios retrofaríngeos infartados e infección en ambos conductos auditivos, además de unas pésimas condiciones higiénico-sanitarias en general.

Desde El Refugio hemos pedido una serie de medidas cautelares y esperamos que el juez otorgue a este caso la misma gravedad que le damos nosotros y entienda que tan sólo la máxima condena de cárcel para delitos continuados de maltrato a los animales como los que se le imputan a este cazador, harán posible que el resto de cazadores que operan al margen de lo establecido por la ley dejen de maltratar sistemáticamente a los perros que utilizan para cazar”, declara Nacho Paunero, presidente de El Refugio.

Declaración del imputado
Roberto G. G. ante el Juez del Juzgado No 1 de Navalcarnero manifiesta con palabras textuales: “que los perros que han muerto fuera de su perrera no son suyos. Que uno de ellos llevaba microchip y no es suyo y el otro no llevaba microchip. Que el declarante vive de la caza, organiza monterías, cazaba con sus perros y por lógica no puede maltratar a quien le da al declarante de comer. Que tenía 52 perros, unos con microchip y otros sin ellos. Que cada caseta es de 1’65 metros x 2’50 y que había 8 casetas. Que todos los perros no estaban en las casetas y que había 4 perros por caseta. Que los perros no estaban delgados, que les daba de comer, que tiene facturas de pienso y de sobras de los restaurantes de por allí, que dos veces al día les llevaba agua con garrafas. Que todos los años el cuatro de septiembre que es la revisión anual, va un veterinario a las instalaciones. Que algunos no tienen microchip porque cuando iba algunos perros por allí les daba agua y comida. Que si tenían los perros heridas, llamaba al veterinario y le decía dale esto o lo otro. Que no es cierto que los perros no tuvieran sombra. Que no es cierto que cuatro tuvieran heridas sin ninguna cura, que solamente un perro tenía una raja atrás. Que no es cierto que la mayoría presentaran síntomas de desnutrición, que tenían allí pienso y no se lo comían. Que a los perros de caza se les corta las orejas y rabos para evitarles sufrimiento y que no sangren con la caza, que lo hace el veterinario. Que el perro que estaba más delgado es porque había cubierto a cuatro perras seguidas. Que tiene las vacunas de todos los que tienen microchip. En relación con las medidas solicitadas no está de acuerdo. Que no se pueden comparar perros que trabajan para la caza y están en un núcleo zoológico con los perros domésticos. Que ahora no tiene animales, que le hizo el Ayuntamiento tirarlo todo y en las instalaciones de Camino de Almorox no hay perros, ni casetas.

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