Acerca del «Síndrome del sobreadiestramiento»

Cada día que pasa tenemos más información, y gracias a esa información podemos conseguir mejores y más rápidos ¿seguro que más rápidos? resultados con nuestros perros. El adiestramiento está «de moda», pero ¿»cuánto» adiestramiento es el óptimo?

En adiestramiento…: Siempre mejor calidad que cantidad
Como en tantísimos otros ámbitos de la vida, es muco más importante la calidad que la cantidad, y en el adiestramiento no podía ser de otra forma. ¿Una medida? No existe esa medida, dependerá del perro, de su edad, experiencia, motivación por el trabajo, exigencia, la experiencia del guía… Lo que sí es seguro es que siempre es mejor pecar por defecto y dejar al perro con ganas, que pasarnos, y saturar su cabeza.

Los efectos del síndrome del overtraining
Un perro «sobre adiestrado» es un perro en un estado de excitación importante. El perro no está fuera de control, pero está descentrado, sin ideas claras sobre qué hacer ni sobre lo que se espera de él. Es algo que sucede con frecuencia si se entrena con mucha frecuencia alcanzando demasiada excitación y exigencia hacia el perro.. Al final, el perro no puede abandonar ese estado de excitación.

Un buen programa de entrenamiento
Los programas de entrenamiento pueden ser tan variados como los perros y las personas. Y lo mismo sucede con los diferentes métodos y protocolos. Evidentemente el perro que aprende por asociación (mediante métodos conductistas) necesita «n» repeticiones para mecanizar los comportamientos. No sucede lo mismo con los perros cognitivos, que tienen un progreso lento al principio, pero mucho más rápido después (son perros que «aprenden a aprender», pero en cualquier caso, incluso en perro de deporte que compiten habitualmente, no se se entrena más de tres días a la semana. Y esos días, el entrenamiento será tanto más extenso cuanto más sencillo sea, y viceversa, más breve si existe una alta exigencia.

La curva de Yerkes Dodson lo deja claro: Existe un momento en el que la relación estrés aprendizaje es óptima, pero si se sobrepasa ese punto, la curva de aprendizaje cae abruptamente. La moraleja, como se explicaba unas líneas más arriba, es clara: Debemos trabajar para crear, prosperar en el entrenamiento en sesiones cortas -de apenas unos minutos, tal vez entre 15 y 30 para los perros más expertos-, no para llegar al error. Así crearemos y avanzaremos de forma respetuosa con el perro.

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