Ponencia de Michael Hennessy en SPARCS 2015

Para los perros, la vida en una perrera o refugio es una fuente muy importante de estrés. De hecho, mediante mediciones de cortisol, se encuentran valores tres veces superiores a lo normal. El estés en los perros de refugio es algo habitual, y además se prolonga en el tiempo de forma indefinida.

Trabajar con los perros de refugio
El simple hecho de llegar a una perrera es ya un bombardeo de estresores para los perros, desde los otros perros, los olores, la situación, el confinamiento… Pero los perros de perrera o refugio pueden beneficiarse de algo tan sencillo como la interacción con los seres humanos. Sesiones paseo, caricias e interacción de solo 15 minutos son suficiente para que el nivel de cortisol disminuya. Si estas sesiones se realizan en un plan de reducción de estrés durante varios días el resultado es aún mejor. Sin embargo, aunque el estrés se puede contrarrestar o disminuir en cierta forma, no se puede eliminar solo con esto, y se deberían aplicar otra serie de medidas para mejorar el bienestar de los perros que viven en esta situación.

Es muy importante mejorar la calidad de vida de los perros de los refugios, porque está demostrado que los niveles altos de cortisol mantenidos de forma prolongada, desembocan en cambios fisiológicos y de comportamiento que afectan a las posibilidades de esos perros para ser adoptados.

Este apasionante debate es parte de la ponencia de Michael Hennessy en la edición 2015 de SPARCS.

• Más información: SPARCS 2015.

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