Las heridas emocionales en el cachorro

Los otros cuidados del cachorro

Las heridas emocionales en el cachorro

Empezando por el nivel más básico, el bienestar del cachorro se mide en protocolos de vacunas y educación de sus esfínteres. En el siguiente escalón nos encontramos con la inhibición de mordida y ya como mucho se habla de socialización de cachorros ( o la más correcta definición de sociabilización). Pero los cachorros son ante todo pequeñas criaturas que absorben todo lo que sucede a su alrededor, y todo influye en su bienestar emocional, para bien o para mal.

La 2 heridas emocionales del cachorro, que le marcarán toda su vida
1. No confiar en el hombre. El cachorro debe tener en «su humano» una referencia de seguridad, un amigo, un líder que indicar, un proveedor de todo lo necesario (agua, comida), pero sobre todo el cachorro -que es un animal confiado por naturaleza- no debe bajo ningún concepto verse defraudado por «su humano». Nunca falles a tu cachorro, porque las heridas emocionales puedes ser graves y difíciles de recuperar. La traición es percibida por el cachorro, no lo dudes, tal vez no en sus primeras semanas de vida, pero sin duda la captará desde edades tan tempranas como los pocos meses de edad.

2. No tener control sobre lo que sucede. La indefensión aprendida es un fenómeno interesante en su estudio, pero terrible para quien la padece. El comportamiento incoherente del humano, peor aún si esa situación se ve acompañado de refuerzos y castigos arbitrarios, se encargan de crear un caldo de cultivo perfecto para que el cachorro sea infeliz. La indefensión aprendida es humillación, hace daño en silencio y, además, es mucho más frecuente de lo que imaginamos.

Las heridas emocionales en el cachorro

Observa a tu cachorro, debe ser inquieto, romper cosas, trepar por tus piernas, querer jugar a todas horas… Si no es así algo va mal, y el bienestar emocional del cachorro dependerá de ti. Enséñale lo que esperas de él desde la confianza, el juego, el cariño y el respeto. Solo así será un cachorro sin heridas emocionales, y un perro feliz durante los próximos quince años.

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *