Muerto Dayko… ¿dónde está el límite de los perros de trabajo?

Difícil ponerse de acuerdo, pero los perros de trabajo siempre deben tener un límite

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Hace unos meses la protagonista fue Diesel, la perra del RAID que murió por disparos en los atentados de París. Ahora estamos muy lejos, en Ecuador, y posiblemente nunca se sepa si Dayko murió por un golpe de calor, deshidratación o un problema cardíaco previo… Pero el hecho es que Dayko, un perro de rescate que participaba en la búsqueda de personas tras el terremoto de Ecuador, murió con solo cuatro años de edad.

¿Dónde está el límite de un perro de trabajo?
Los sectores animalistas más «duros» argumentan que utilizar perros en trabajos de todo tipo (también rescate) es de alguna forma un tipo de esclavitud. En el otro extremo encontramos a quien argumenta que el servicio de un animal (un perro o cualquier otro) por el beneficio de las personas está siempre justificado. Medidas demasiado extremistas… Debería haber un consenso ¿verdad?

Porque los perros como seres sensibles que son nunca deben ser tratados como una simple herramienta para alcanzar un fin (evidentemente no estamos de acuerdo con las opiniones que los consideran «herramientas», ni siquiera cuando el fin es salvar vidas humanas). Pero es que resulta que los perros, hoy por hoy, son insustituibles en muchas labores en las que se pone en juego su superdotado olfato (perros detectores de drogas, explosivos, personas). Y los perros pueden disfrutar haciendo su trabajo de detección, siempre y cuando existan límites, claro.

Dos cuestiones a tener en cuenta
Los perros detectores sufren estrés. Parece que «oler» es una actividad inocua para el perro, pero no lo es. Los perros detectores trabajan por la expectativa de un refuerzo, lo que conlleva (si no se trabaja bien) altos grados de frustración y estrés. Dependiendo de la edad y la experiencia, los perros detectores podrán trabajar más o menos tiempo, pero siempre debe ser un tiempo medido. Las emociones influyen en los resultados.

El estado físico. A priori, al menos para el profano, los perros de rescate no tiene un gran desgaste físico, pero siempre hay que tener presentes las circunstancias del lugar. Desde los elementos que puedan suponer peligros físicos inmediatos (cortes, caídas) hasta los acumulativos (calor, humedad…). Un perro de rescate siempre tiene que tener una condiciones físicas impecables, y de eso es responsable su guía.

Así que llegados a este punto, es importante recalcar que el guía -que además es quien mejor conoce a su perro- es responsable de la salud física y emocional de su perro de rescate. Es la persona que debe velar porque el perro esté motivado, feliz, y que por lo tanto sea eficaz. Y también es responsable de que el perro está trabajando al cien por cien durante el tiempo de su trabajo, lo que implica que nunca debe sobrepasar umbrales de cansancio, dolor, etcétera.

Y en el peor de los casos los accidentes existen, y por desgracia se llevan a héroes humanos y caninos. Pero los accidentes casi siempre son prevenibles, sobre todo si se actúa aplicando los protocolos apropiados. Aunque estas líneas son solo una opinión… DEP Dayko.

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