Un estudio de ADN canino ha puesto de manifiesto una mutación genética ligada a la forma del cráneo de perros braquicéfalos, como pugs y bulldogs
La popularidad de las razas bulldog francés y carlino contradice las morbilidades causadas por la forma de su cara chata, tales como la dificultad respiratoria y el trauma ocular.
374 perros a examen
El Dr. Jeff Schoenebeck y sus colegas del Instituto Roslin analizaron muestras de ADN de 374 perros de diversas líneas de perros de pedigrí y razas mezcladas, que estaban siendo tratados en la Escuela Royal Dick de Estudios Veterinarios.
Todos los animales fueron sometidos a escáneres corporales como parte de su cuidado durante la estancia (se produjeron imágenes en 3 dimensiones detalladas de las cabezas de los perros). Estas imágenes de alta resolución -llamadas tomografías computarizadas- permitieron a los investigadores realizar mediciones precisas de la forma del cráneo del perro.
Mediante la comparación de la información genética de los perros con las mediciones de sus cráneos, el equipo fue capaz de identificar las variaciones genéticas en el ADN que se asocian con diferentes formas de la cabeza.
Una variación -encontrada por interrumpir la actividad de un gen llamado SMOC2– se encuentra fuertemente ligada a la longitud de la cara del perro. Los animales con la mutación tenían significativamente caras planas, una condición llamada braquicefalia.
Los bebés humanos a veces nacen con braquicefalia también, aunque se sabe poco sobre sus causas. Los científicos piensan que la detección de cambios en el gen SMOC2 podría ayudar a diagnosticar la enfermedad en niños.
El investigador principal, el Dr. Jeffrey Schoenebeck dijo: “Nuestros resultados arrojan luz sobre la naturaleza molecular de este tipo de forma de cráneo que es tan común y popular entre los perros».
• Más información: Instituto Roslin.