¿Cómo se puede «cuantificar» el comportamiento social de los animales?

Repensar las medidas de complejidad social animal con la ayuda de conceptos de sistemas complejos

Los investigadores proponen utilizar tres conceptos fundamentales de la teoría de sistemas complejos: las escalas de organización, compresión y emergencia.

Una discusión que viene de antiguo, y que afecta especialmente a animales como los perros, que tradicionalmente han sido identificados con comportamientos sociales heredados de sus parientes los lobos. Pero el comportamiento social de los animales va mucho más allá, pues es algo omnipresente en el mundo animal, desde los insectos a los primates.

Discusión acerca de los conceptos para conceptualizar la complejidad social en la relaciones animales
Explicar cómo y por qué algunas especies evolucionaron para tener estructuras sociales más complejas que otras ha sido un objetivo a largo plazo para muchos investigadores en el comportamiento animal, ya que proporcionaría una visión importante de los vínculos entre evolución y ecología, sociabilidad y cognición.

Sin embargo, a pesar del interés desde hace tiempo, la evolución de la complejidad social aún es poco conocida. Esto puede deberse en primer lugar en parte a los investigadores que se centran en la viabilidad de cuantificar aspectos de la estructura social en animales, en lugar de a qué características son propias de la complejidad social animal.

Cualquier enfoque dado para estudiar la complejidad puede decirnos algunas cosas sobre la estructura social animal, pero puede pasar por alto otras, por lo que es fundamental decidir primero cómo conceptualizar la complejidad antes de saltar a cuantificarla.

En esta publicación se resumen brevemente los cinco enfoques existentes para medir la complejidad social
Luego, se destacan tres conceptos fundamentales que se usan comúnmente en el campo de los sistemas complejos: (1) escalas de organización, (2) compresión y (3) emergencia.

Todos estos conceptos son aplicables al estudio de los sistemas sociales animales, pero a menudo no se abordan explícitamente en las medidas de complejidad social existentes.

Los autores discuten cómo estos conceptos pueden proporcionar una base rigurosa para conceptualizar la complejidad social, los beneficios potenciales de incorporarlos y cómo las medidas existentes los incluyen (o no).

En última instancia, los investigadores deben evaluar críticamente cualquier medida de la complejidad social animal para equilibrar la relevancia biológica del aspecto de la sociabilidad que están cuantificando con la posibilidad de obtener datos suficientes.

Más información: Texto publicado en Animal Behaviour.