El 90% de los envases de comida para mascotas está compuesto por plástico, pero Edgard & Cooper apuesta por la huella cero con envases de pienso biodegradables elaborados con bioplásticos y latas y tarrinas elaboradas con aluminio
El Día Internacional del Perro puede ser un buen momento para reflexionar sobre lo que nuestros amigos de cuatro patas suponen, no sólo para nosotros, sino también para el planeta.
Según la Red Española de Identificación de Animales de Compañía (REIAC), hasta mediados de 2019 se registraron 13 millones de mascotas en España, de las cuales un 93% son perros y un 6% gatos. Aunque si bien es cierto que no existe ningún registro centralizado de animales domésticos, lo que puede suponer un problema si lo sumamos al hecho de que no existe una ley estatal que obligue a la identificación de los animales de compañía.
Convivir con una mascota aporta múltiples beneficios; reducen el estrés, alivian la depresión, reducen el sentimiento de soledad, disminuyen el riesgo cardíaco, etc. Es decir, hacen más felices a las personas con las que conviven. A cambio, lo único que los seres humanos deben hacer por ellos es cuidarles, pero en el momento actual en el que el cambio climático y el calentamiento global están más en boga que nunca, no se debe dejar de lado el cuidado del medioambiente, incluso si hablamos de cuidar de las mascotas.
En España se consumen al año más de 61 millones de envases de plástico de pienso de perro y gato, es decir, prácticamente la totalidad de los productos del mercado de mascotas están envasados en plástico, lo que supone un gran impacto para el medioambiente.
Por eso existen empresas que buscan hacer las cosas de manera diferente. Como Edgard & Cooper, marca de comida natural para mascotas con un claro compromiso eco-friendly, que supieron desde el principio que no querían lanzar al mercado otra marca de nutrición animal con envases de plástico, sino que era el momento de buscar otra opción que supusiese el menor impacto posible sobre el medio ambiente.
En Europa aproximadamente el 90% de las fábricas envasadoras usan plástico, ya que es fácil de utilizar y más barato que el bioplástico, por lo que fue una tarea difícil encontrar un proveedor. Después de duros meses de trabajo, encontraron al proveedor adecuado y consiguieron una bolsa de origen vegetal que tuviese las mismas propiedades del plástico.
La conservación del alimento húmedo también fue una tarea complicada, pero finalmente los expertos de Edgard & Cooper optaron por el aluminio, el metal más reciclable del mundo, ya que depositándolo en el contenedor adecuado se puede reciclar infinidad de veces. En algunos países como Alemania o Bélgica la tasa de reciclaje de este material alcanza el 99%. Gracias a todos estos esfuerzos la marca ha conseguido ahorrar hasta la fecha casi 5 millones de bolsas de plástico (4.332.435 bolsas para ser exactos bolsas para ser exactos).
Además de con la alimentación, existen otras muchas formas de implicar a las mascotas en un estilo de vida ecológico.
1. Optar por lo clásico.
Pelotas, cuerdas o peluches, optar por este tipo de juguetes en lugar de los nuevos dispositivos electrónicos ayuda a reducir el consumo de energía. También existen tiendas de segunda mano donde poder comprar tanto juguetes como accesorios para las mascotas. Incluso se pueden fabricar en casa juguetes reutilizando objetos que ya no se utilicen como unos calcetines viejos o unos vaqueros rotos.
2. Elegir productos y marcas ecológicas.
Desde la comida ecológica hasta los champús libres de químicos pasando por los comederos y bebederos de acero inoxidable, existen marcas con gamas de productos ecológicos y que están concienciadas con el medio-ambiente que harán que reducir el impacto medioambiental sea más fácil.
3. Adopta, no compres.
Adoptar a una mascota de un refugio permite que haya más alimentos, juguetes, cuidado médico y personal para ayudar a otras mascotas necesitadas. No sólo se ayuda a la mascota adoptada, sino también al resto de mascotas de la protectora. Además, también se evita la propagación de enfermedades de las perreras e incluso de los perros callejeros.
4. Pasear.
Ir al veterinario, hacer recados, ir al parque… son actividades que se pueden realizar dando un paseo con tu perro o incluso yendo en bici. Por supuesto antes tendrá que aprender a caminar junto a la bicicleta o, si se trata de un perro pequeño, incluso puede caber en la cesta de la bicicleta.
Con todas estas pautas conseguiremos reducir el impacto que las mascotas pueden suponer para el medioambiente y seguir un estilo de vida respetuoso con el mismo.